Así reconstruyen el emblemático monumento al Libertador en la Plaza de Bolívar

Restauración monumento Plaza de Bolívar - Foto: Prensa Alcaldía Mayor / Camilo Monsalve
Restauración monumento Plaza de Bolívar - Foto: Prensa Alcaldía Mayor / Camilo Monsalve
Publicado:
12
Sep
2016
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El monumento a Simón Bolívar, ubicado en el corazón de la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, está siendo restaurado minuciosamente.

Luego de sufrir varios ataques de vandalismo este año, que terminaron con la destrucción de las escalinatas, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y la Fundación Escuela Taller de Bogotá se dieron a la tarea de recuperar ese emblemático lugar, testigo de la historia del país.

En esa tarea participan restauradores, arquitectos, cuadrillas de construcción y estudiantes voluntarios. Los trabajos son arduos: se extienden jornadas completas y sus participantes se exponen al uso de agentes químicos.

Además, con agua y jabón en mano, quitan la pintura de grafitis y también reparan las losas, hechas en piedra, que resultaron destruidas en la manifestación del primero de mayo. Para remover la pintura de los grafitis, a veces es necesario usar la técnica de abrasión, que puede debilitar la piedra de forma significativa.

Pero ni los ratones interfieren en los trabajos que buscan dejar como nuevo el monumento. En su momento, tres voluntarios de la Escuela Taller se equiparon de pies a cabeza con botas, guantes industriales, máscaras antigás, gafas y cascos, para adentrarse en la plataforma del monumento, de donde sacaron tres costales de basura que servían de trinchera para decenas de roedores.

Mauricio Uribe, director del IDPC, explicó que la escultura de Bolívar en la plaza es reconocida por su “simbolismo”, y lamentó que sea objeto de “ataques con pintura y grafitis durante las manifestaciones ciudadanas”.

“Al ser un monumento ubicado en la plaza, un símbolo por excelencia de la democracia, representa la libertad. Es un lugar con una gran carga simbólica y, por lo mismo, la ciudadanía se apropia de manera incorrecta”, dijo Uribe.

El funcionario contó que, en lo corrido del año, ya han hecho cuatro intervenciones en la plaza de Bolívar, por cuenta de los daños que causan algunos manifestantes que, en medio de las protestas, cometen actos de vandalismo.

En los últimos tres años, de hecho, el Distrito ha invertido cerca de 1.300 millones de pesos en la recuperación de 1.608 estructuras que forman parte del patrimonio cultural de Bogotá, según las cifras del IDPC.

“Para la entidad representa una inversión de alto costo que implica materiales, tiempo y personal especializado. Eso sin contar con las gestiones administrativas que son demandantes porque se tramitan permisos ante el Ministerio de Cultura”, agregó Uribe.

Con extremo cuidado

Las intervenciones en los monumentos son cuidadosas, señala María Fernández, arquitecta restauradora de la Fundación Escuela Taller.

“Después de realizar una historia clínica, con la que identificamos los daños, pasamos una propuesta, procurando que la intervención sea mínima para revitalizarla. Entre menos intromisiones se hagan, más se preserva el monumento”, afirma.

En medio de los trabajos que se adelantan, las personas que ‘habitan’ la Plaza de Bolívar piden a los ciudadanos que cuiden el patrimonio cultural y público de Bogotá.

Juan Pineda es un fotógrafo que, desde hace 15 años, trabaja en el sitio y califica como “faltos de cultura” a los que incurren en vandalismo.

“No solo maltratan el patrimonio cultural, sino que nos perjudican a todos los que vivimos de esto. El visitante siempre quiere llevarse una foto bonita y se queja cuando ve eso rayado. No pueden creer que algo tan importante esté en ese estado”, dijo Pineda.

Lo mismo piensa Leonardo Andrés Vargas, quien llegó de Bucaramanga a Bogotá y lo primero que hizo fue dirigirse a este céntrico lugar.

“Es un lugar muy bonito y representa nuestra historia. Los que intentan dañarlo simplemente no saben lo que significa. Lo hacen por atacar al gobierno cuando no tiene ninguna relación”, afirmó.

Lo que más le sorprende a Lilly Portilla, vendedora desde hace 10 años de maíz y arroz partido, es ver cómo tiran basura debajo del monumento a Bolívar. “Hay una caneca de basura en cada extremo, pero la gente prefiere tirarla en las escaleras”, se lamentó.

La profesora Luz Helena Barrera, del colegio distrital Técnico Faustino Sarmiento Angulo, les enseña a sus alumnos de tercer grado la estatua de Bolívar, mientras ellos se distraen con las palomas. El hecho de que sus alumnos puedan vivir la historia a través de este sitio la llena de satisfacción.

Y es que el Bolívar atrae turistas extranjeros, pero también de todo el país. Gabriela Rico no puede ocultar la satisfacción al ver las caras alegres de sus estudiantes (en condición de discapacidad) asomándose por las vallas que encierran a Bolívar.

Después cinco horas de trayecto, llegaron desde Granada (Meta). Aunque debían regresarse el mismo día, la experiencia que tuvieron sus 'pupilos' pagó el esfuerzo que hizo para traerlos.

Lo que todos esperan es que, apenas termine la restauración del monumento, todos los ciudadanos se encarguen de cuidarlo, incluyendo a esos manifestantes que derivan en vándalos cuando dañan el patrimonio cultural, como el histórico Simón Bolívar de la plaza.



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