Engativá Pueblo: del lodo al asfalto

Publicado:
26
Nov
2012
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Villa Teresita,  localizado en Engativá Pueblo, es un ejemplo de cómo esta importante UPZ  de la Localidad se ha transformado al dejar atrás las calles inundadas  de barro por calles asfaltadas. Juan Carlos Monzón (jefe de prensa de la Alcaldía Local de Engativá), hizo un recorrido por este sector con Luz Marina Calvo, una de sus líderes,  quien cuenta cómo era vivir bajo esas condiciones  y cómo se vive ahora.

"Todos acá debíamos usar botas pantaneras. Salíamos de nuestras casas hasta la avenida y allí un señor muy gentil nos las guardaba; nos poníamos  nuestros zapatos de calle y a trabajar se dijo". Comenta Luz Marina Calvo, una líder del Barrio Villa Teresita en Engativá Pueblo, con quien recorrí dicho sector para que me relatara cómo se vivía antes y cómo se vive ahora con las vías pavimentadas, gracias a la técnica del fresado.

Esta mujer paisa, que en cada frase demuestra empuje,  recuerda esa época, cuando unos pocos vecinos se establecieron en el sector y empezaron a construir sus sencillas viviendas. "Esto estaba lleno de pastizales y matas de fresa," me dice señalando una serie de casas. Me cuesta trabajo trasladar mi mente a ese escenario, pero con cariño muevo mi cabeza, como quien dice, "le creo".

Y es que esa época está llena de estigmas cargados de agua y barro, de polvo volátil que en verano se colaba en cada resquicio de las casas y en los pulmones de sus habitantes. Señales inocultables de la procedencia de la gente que recién habitaba Villa Teresita. "¿Sabe una cosa? -me pregunta Luz Marina-, casi toda la gente de la localidad sabía donde vivía uno con sólo mirarlo". Volteé a observarla mientras caminaba por esos cómodos andenes y pensé inmediatamente en los estereotipos que uno se crea en la cabeza para discriminar a los otros: ropa,  modo de hablar y figura. Entonces le pregunté intrigado, "¿Cómo sabía la gente que usted venía de Villa Teresita en Engativá Pueblo?  y me respondió sin pena: "Fácil, por los zapatos sucios". Los habitantes de otros sectores nos decían: "por sus tenis llenos de barro, podría deducir que usted vive en Engativá pueblo, ¿verdad?".

Ahora este panorama ha cambiado gracias a los  15 kilómetros de vías que están pavimentados en la UPZ 74 Engativá Pueblo, gracias a la labor de la Alcaldesa Local de Engativá, Leonor Guatibonza Valderrama, con la ayuda de la Junta Administradora Local.

Mientras camino con mi anfitriona, lo corroboro al ver un comercio pujante, en donde observo la cafetería, la miscelánea y la papelería funcionando en una misma cuadra. "A la orden  señor", escucho que me dice don Jaime Castro, un tendero a quien le pregunto  cómo lo ha beneficiado la pavimentación. "Esto ha tenido una transformación grande;  antes casi no había tiendas, pues quién se iba a animar a montar algo que por el estado de las vías, de antemano fracasaba", afirma con seguridad.

Me despido de don Jaime y continúo mi caminata con Luz Marina, quien me dice que  no sólo el barro frustró el comercio, amores también se vieron perjudicados. "Imagínese que yo conocí una vecina que tenía un pretendiente que vivía en la Estrada, la fue a visitar como tres veces, pero al ver el lodazal que se formaba y que nos impedía caminar, nunca regresó".

Ahora mientras camino por una de las calles más transitadas, observo a los niños jugando con sus bicicletas, rápido pasan frente a nosotros gritando "permiso", mientras otros juegan al balón y más lejos, con un viejo lazo, otros cuentan con sus voces agudas los saltos que dan: "uno, dos, tres..., perdiste". A mi memoria viene la ciudad de derechos que la ‘Bogotá Positiva' pregona y que acá se respira en cada cuadra; entonces digo para mis adentros, este es el verdadero salto social.

Más adelante, con Luz Marina, veo los dibujos navideños en el piso  que me ratifican que esa cuadra fue escenario de una fiesta navideña en donde vecinos quizás compartieron natilla, buñuelos y buena música. "Acá se hizo una gran verbena en diciembre. Antes no  podíamos  hacer eso, pues en invierno el barro se nos entraba a las casas cuando los carros pasaban y los niños no podían salir a jugar. Mis hijos prácticamente no tuvieron infancia,  porque cómo hacíamos, si el lodo invadía todo".

Hoy son 350 mil habitantes de 16 barrios de Engativá Pueblo los que disfrutan de este beneficio. La inversión ha sido aproximadamente de 3.400 millones de pesos, recursos  que han servido  para remover cientos de toneladas de tierra, extender asfalto, construir de 2.762 metros lineales de sardineles y decenas de sumideros que, como me dice Luz Marina, "le han cambiado la vida a mi  barrio y a Engativá Pueblo".

Después de recorrer ocho cuadras de Villa Teresita, bajo una pertinaz lluvia, me doy cuenta de que mis zapatos están limpios. Es el momento que aprovecho para despedirme de esta líder, quien con su generosidad me sirvió de anfitriona. "Gracias por haberme dado este tour por su barrio", le digo con fuerza. Ella, con su empuje, me da un beso en la mejilla y  me invita a volver, "¡y con más tiempito  nos tomamos un tinto en una cafetería acá cerca!".