Desde la década del 70, cuando Bogotá dio los primeros pasos en la promoción de la bicicleta y se hizo pionera en el mundo con la institución de la Ciclovía, más adelante con la implementación del sistema de buses de carril dedicado Transmilenio y recientemente con la apuesta por tecnologías limpias para el transporte masivo, Bogotá ha sido punto de referencia y líder para la región y el mundo por su innovación en soluciones para la movilidad urbana.
El modelo de Ciclovía que ha abanderado la capital durante cuarenta años ha sido replicado en más de 50 ciudades alrededor del mundo. Transmilenio, que si bien nació en Curitiba fue en Bogotá donde se implementó por primera vez como sistema masivo, ha sido una alternativa exitosa en más de un centenar de ciudades como Johannesburgo, Jakarta y Guadalajara. Hoy Bogotá es nuevamente una ciudad laboratorio, esta vez para el uso de tecnologías eléctricas e híbridas en el sistema integrado de transporte urbano.
Uno de los proyectos más ambiciosos en este sentido es el Plan de Ascenso Tecnológico, que procura la incorporación de cerca de 2.200 buses de tecnologías bajas en emisión de carbono, ya sean híbridas o 100% eléctricas, para el 2016. La electrificación del sistema troncal de Transmilenio hace parte de la iniciativa de modernizar el 18% de la flota del sistema integrado de la ciudad y representa un importante salto tecnológico que abre el camino para que la ciudad alcance estándares internacionales de emisiones y mejore de manera significativa la calidad de vida de sus habitantes.
Así mismo, desde finales de 2013 se ha puesto en marcha un plan piloto de vehículos eléctricos en el servicio de taxi de la ciudad, con miras a que en un mediano plazo se logre su masificación y se alcance el objetivo de disminuir la emisión directa de gases de efecto invernadero, los niveles de ruido y se logre una mayor eficiencia energética. El piloto, que representa la mayor flota en servicio público de América, ha arrojado muy buenos resultados: a septiembre de 2014, Bogotá ha dejado de producir aproximadamente 157 toneladas de CO2, según cifras de la Alcaldía Mayor.
Las apuestas hacia la movilidad ambientalmente sostenible no han llegado exclusivamente de la mano de entidades públicas. En Colombia, empresas privadas como Bimbo, Grupo Nutresa, Redetrans y Coca Cola, entre otras, han puesto en marcha proyectos pilotos de vehículos de carga ligera con tecnologías híbridas y/o eléctricas como parte de un plan a largo plazo de remplazar sus flotas de distribución actuales. Esto, con el fin de reducir la huella de carbono de sus negocios y generar eficiencias en su operación.
Estas iniciativas son proyectos concretos y actualmente en marcha, que traen consigo el beneficio añadido de generar inversión hacia la ciudad y dinamizar la industria local. En Bogotá hoy operan compañías como BYD, de China, –que desarrolló el primer bus 100% eléctrico diseñado específicamente para el SITP y también está desarrollando el primer bus articulado eléctrico del mundo para Transmilenio-, la sueca Volvo – que ha invertido US$ 10 millones en un centro de mantenimiento y servicio para la flota de buses híbridos que opera actualmente en Bogotá-, la japonesa Hino – que desde 2008 ensambla camiones y buses para el mercado colombiano y ecuatoriano y ofrece vehículos híbridos de carga-, y la alemana Mercedes-Benz –que a partir del 2015 ensamblará nuevos modelos de buses para el mercado local e internacional.
Ellas hacen parte de una industria emergente que demuestra un alto potencial de crecimiento y que encuentra en la ciudad las condiciones idóneas para atender el mercado regional de vehículos comerciales y de pasajeros. A medida en que proyectos como el de Bogotá demuestren resultados positivos y que estas tecnologías vayan reemplazando el uso de combustión en el transporte, aumentará también la producción y demanda en América Latina; por ejemplo, se estima que en los próximos ocho años países como Chile, Bolivia, Perú, Panamá, Bolivia y Colombia en conjunto necesitarán remplazar alrededor 67.000 buses. Estas son apuestas tangibles que generan un impacto económico para Bogotá y la consolidan como hub regional para el sector.
Bogotá, de la mano de entidades como Invest in Bogota y la Secretaría de Ambiente, promocionan la iniciativa y las oportunidades de inversión en diferentes ciudades de Europa, Asia y Américas.
Así, los beneficios de la apuesta que emprende la ciudad hacia la movilidad verde van más allá de los netamente ambientales: promueven también el desarrollo económico y social mediante la generación de nuevas industrias asociadas a tecnologías limpias, la sofisticación de mano de obra calificada y le brinda a Bogotá una visión a largo plazo que canaliza sus esfuerzos por ser una ciudad sostenible y próspera.
Bogotá, ciudad laboratorio de movilidad para el mundo
16·DIC·2014
Desde la década del 70, cuando Bogotá dio los primeros pasos en la promoción de la bicicleta y se hizo pionera en el mundo con la institución de la Cicl...