El hombre que inició como negociante a los ocho años

Publicado:
13
Sep
2013

Únete a nuestro canal de noticias en WhatsApp

Escucha la noticia

Hay líderes que nacen y otros que se hacen. Esta es la historia de Juan Carlos Guáqueta, quien nació líder y con 25 años de edad gerencia la empresa Acua Care que el mismo ayudó a fundar. Cuando se revisa la experiencia de un joven colombiano que le está apostando a una innovadora forma de descontaminar el agua en el país se podría llegar a la conclusión que el líder nace.

Negociante a los ocho años

Cuando Juan Carlos empezó a visitar la empresa donde trabaja su padre se dio cuenta que las mujeres de la oficina usaban muchos collares y tenían fascinación por los dibujos. En ese espacio empezaron sus primeros negocios: primero les vendió dibujos estampados en colbón y luego le hizo collares.

No contento con las ganancias que dejaba la venta de esos artículos, detectó que en navidad todos los regalos llevaban un gran moño, entonces en las noches se dedicó a hacerlos y en la mañana los vendía en las tiendas y misceláneas del barrio.

Cuando entró al colegio, la historia no varió. Vendió dulces y afianzó el olfato para descubrir necesidades, “en las mañanas la gente llegaba con mucho frio al colegio, entonces empecé a llevar capuchino y mocaccino, en una hora lo vendía todo. Además, cree una estrategia para no tener que dar cambio cuando me compraran y consistía en que siempre tenía un producto que costaba lo mismo que las vueltas que tenía que dar”, relata Juan Carlos.

Según él, hay oportunidades obvias que la gente no ve porque se acostumbra a ver las cosas de la misma forma todos los días.

Negocios más grandes

En la adolescencia invirtió algunos de sus propios ahorros en ganado, empezó con una vaca y sus padres tenían cuatro más. No pasó mucho tiempo para que se diera cuenta que la leche que producían no era lo suficientemente rentable, entonces se interesó en la lombricultura y en un par de meses empezó a transformar el estiércol de las vacas en abonos orgánicos.

Cuando estaba en segundo semestre de la universidad ya distribuía casi una tonelada y media de abono y se convirtió en proveedor para clientes fijos. Aprendió más sobre el negocio de la ganadería y multiplicó las vacas: llegó a 40.

Con el crecimiento del ganando creció el estiércol, entonces le apostó a la producción de hollies y ruscus para vender, que son variedades de plantas para arreglos florales.

Juan Carlos tenía ganado que producía estiércol, con lo que producía abono y con los residuos tenía extras de abono para cuidar las plantas que a la vez daban residuos para generar más abono, ese círculo de aprovechamiento lo utilizó como tesis de grado para el título de profesional en la Universidad Javeriana y terminó siendo laureada.

Rompiendo paradigmas

Terminada la época universitaria se postuló para cursar una maestría en administración de empresas constructoras en Chile donde solamente recibían a profesionales de 35 años de edad y con entre cinco y siete años de años de experiencia laboral. Como no cumplía con los requisitos habló con el director de la carrera, contó su historia de emprendimiento y fue admitido.

Estando en Santiago se inscribió en un concurso de innovación tecnológica que lo llevó a Silicom Valley en California. En ese viaje conoció a un chileno que utiliza la lombricultura para descontaminar el agua a través de procesos naturales, inmediatamente reconoció que era una propuesta innovadora. Volvió a Chile y selló una alianza con la que trajo la exclusividad a Colombia. Se alió con un experto en descontaminación y este año crearon la empresa Acua Care.

Pero como emprendedor que se respete, Juan Carlos ha estado trabajando en mejorar el diseño del chileno y ha creado un sistema que además de descontaminar el agua por medios naturales hace que los residuos producidos se conviertan en abono. En pocas palabras está rompiendo con el paradigma que tiene como regla que el agua contaminada genera más contaminación.

Como si fuera poco anda desarrollando un proyecto tecnológico de gamification para hacer que la aburrida tarea de contestar una encuesta sea un asunto divertido...