Ejecutar ideas es un gran reto personal y cuando se habla de un ideal de negocio aún más, pues existen factores que pueden presentarse como obstáculos y que impiden el cumplimiento de los objetivos.
La puesta en marcha de una empresa implica asumir retos, un rol responsable, hacer una planeación y tener conciencia para superar los obstáculos con persistencia y optimismo.
El aprender a enfrentar las adversidades y sacar provecho de ellas, será una herramienta importante para fortalecer y multiplicar su negocio.
El consultor en innovación estratégica Xavier Marcet, da unos consejos para que los emprendedores asuman éstas paradojas como una oportunidad para sí mismo y para su empresa:
Creatividad - disciplina. No deje sus ideas en el aire, el éxito está en ejecutarlas. Innovar, emprender, es hacer. La disciplina de llevar las cosas a cabo es la competencia clave.
Riesgo - responsabilidad. Una empresa requiere de inversión de capital, por esto es importante llevar una planeación de sus entradas y salidas, y con base en ello, distribuir los recursos.
Razón y pasión. Pensar, es decir, tener lecturas propias de contextos compartidos, es la base que permite construir propuestas innovadoras y proyectos de empresa diferenciales.Comprométase a vivir con pasión los proyectos que tiene a corto y largo plazo, sin ella los resultados tardarán en llegar.
Experiencia y equipo. Según Marcet, el mejor emprendedor es aquel que es consciente de lo que aún no ha hecho, la idea es complementarse en un trabajo en equipo.
Empezar pequeño es pensar en grande. Los negocios deberían ser la resolución de los grandes problemas, de allí que se convierta en algo indispensable para las mismas.
Aprender y desaprender. Aprender y dar resultados es clave para su éxito sostenido.
Ambición y humildad. La humildad es la actitud de no despreciar a nadie y de ser capaz de aprender de todos. Es una gran fuente de oportunidades, la soberbia es una gran fuente de necedades.
Individuo y sociedad. Los proyectos innovadores y emprendedores tienen sello personal. Si se fracasa, se intenta aprender y pagar deudas. Pero no se adopta la queja como trayectoria. Quejarse sistemáticamente es lo menos emprendedor que hay.