El Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul no solo es una fecha simbólica, sino también un recordatorio de los esfuerzos que Bogotá está emprendiendo para mejorar la calidad del aire.
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El aire que respiramos es el reflejo de las decisiones que tomamos cada día. Bajo la administración del alcalde Carlos Fernando Galán, Bogotá se prepara para respirar mejor, con el firme compromiso de que cada ciudadano sea parte del cambio.
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Consciente de este desafío, el Distrito ha trazado un plan ambicioso que gira en torno a varios pilares fundamentales para reducir la contaminación y mejorar no solo la calidad del aire, sino también la salud de los ciudadanos y el bienestar del medioambiente.
El primero es la implementación de las Zonas Urbanas por un Mejor Aire (ZUMA). Esta estrategia será un paso clave para transformar áreas críticas en espacios más limpios. A través de acciones intersectoriales, como la pavimentación de vías, la creación de bosques urbanos y la promoción del transporte eléctrico, se beneficiarán más de 35.000 personas.
En estos sectores se reducirá el tránsito de vehículos contaminantes, promoviendo medios de transporte sostenibles y ecológicos. Cada persona que elija caminar, usar la bicicleta o un vehículo eléctrico estará contribuyendo a un aire más puro para todos.
El segundo pilar será el lanzamiento del Fondo para la Renovación de Vehículos de Transporte de Carga Urbano (Foncarga), una iniciativa que impulsará la modernización de los vehículos de carga, promoviendo la transición a tecnologías más limpias, especialmente en aquellos de peso bruto menor a 10.5 toneladas con más de 15 años de antigüedad. Se priorizarán también las volquetas que circulan por la ciudad.
El transporte de carga es una de las principales fuentes de contaminación en la ciudad. Con esta iniciativa, Bogotá apuesta por vehículos más eficientes, lo que contribuirá a un aire más limpio y a una mejora en la calidad de vida, no solo de los transportadores sino de toda la ciudadanía.
Así mismo, el Distrito fortalecerá los sistemas de monitoreo de contaminantes, lo que permitirá obtener datos más precisos y ajustar medidas en tiempo real para tomar mejores decisiones frente a los episodios de contaminación, que se presentan con mayor frecuencia.
Por otro lado, la Administración trabaja en la creación de tres nuevos bosques urbanos en el suroccidente de la ciudad, los cuales no solo mejorarán la calidad del aire, sino que también ofrecerán espacios de recreación. Estas estrategias combinadas apuntan a una Bogotá con mayores índices de biodiversidad, menor contaminación y una mayor resiliencia ante el cambio climático.
Pero más allá de las políticas y medidas implementadas, el verdadero cambio proviene de la acción colectiva. El Distrito está haciendo su parte, pero cada habitante tiene un rol fundamental. Desde pequeños gestos, como reducir el uso del automóvil, cuidar los espacios verdes o mantener los vehículos en buen estado, todos podemos contribuir a respirar mejor y a vivir en una ciudad más sostenible.
Bogotá está en movimiento. El cielo azul que soñamos está al alcance con el apoyo de todos. Con la implementación de estas medidas y el compromiso de cada uno de sus habitantes, la capital se encamina hacia un futuro donde el aire limpio será la norma, no la excepción.
Aquí, un post sobre el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul:
#Noticia 🗞️ Bogotá avanza por un nuevo aire: compromisos de la administración para un cielo más azul. En el #DiaDelAireLimpio te contamos los esfuerzos que realizamos como Distrito para mejorar la calidad del aire ▶️ https://t.co/8EOIKswuR1pic.twitter.com/uwavCNnlAq
— Secretaría de Ambiente (@Ambientebogota) September 7, 2024
Desde 2020, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, una fecha que busca concienciar a las personas sobre la importancia de adoptar nuevos hábitos para prevenir y reducir la contaminación atmosférica y así contribuir al bienestar de la población mundial.
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Dejar de utilizar combustibles fósiles es una necesidad imperante. Debemos hacer una transición hacia tecnologías limpias para mejorar la calidad del aire y así contribuir a la solución de problemas de salud humana y a la prevención y mitigación del cambio climático.
