En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ el aprendizaje va más allá de las aulas. Por ello, Secretaría de Educación (SED) con el propósito de potenciar las capacidades y habilidades de las niñas, niños y jóvenes, busca que las rutas escolares de los colegios oficiales convierten en aulas extendidas del conocimiento, la pedagogía y el aprendizaje.
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Durante los desplazamientos, las y los estudiantes podrán participar en diversas actividades pedagógicas guiadas por los Adultos Acompañantes de Ruta – AAR, que les permite fortalecer sus comportamientos y actitudes, así como fomentar hábitos de movilidad escolar segura, soltar cargas emocionales y promover actitudes positivas para iniciar la jornada escolar.
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Esta iniciativa, en la que la Secretaría de Educación (SED) es pionera, cuenta con el apoyo de cerca de 1500 hombres y mujeres quienes recientemente se reunieron en el Primer encuentro de experiencias exitosas con adultos acompañantes de rutas escolares (AAR), donde tuvieron la oportunidad de compartir sus experiencias y aprendizajes.
“Buscamos mantener una capacitación constante con ellos, por ejemplo, vamos a trabajar en cómo interactuar con niños con discapacidad, con trastorno del espectro autista, con niños que estar sentados por el lado de una ventana los pone nerviosos y pueden entrar en episodios disruptivos. Esto no es algo intuitivo, van a tener esa capacidad para darles un mejor servicio a todos los niños y ayudar en sus comportamientos. A veces un niño se sube al bus y ni saluda, ni quiere saludar, se baja y no quiere dar las gracias. Gracias a esta estrategia hemos logrado que ya los niños comiencen a mejorar esa interacción”, afirmó Daniel Eduardo Mora Castañeda, director de Bienestar Estudiantil de la Secretaría de Educación (SED).
Por su parte, Claudia Patricia Acero, del colegio Ciudad Bogotá, destaca el impacto transformador de este programa en la vida de los estudiantes.
"Antes, las mamás tenían que sacrificar su tiempo y comodidad para transportar a sus hijos, pero ahora, los niños pueden venir conmigo y disfrutar de un servicio seguro y confiable. La integridad de los niños es fundamental, y este programa es el mejor apoyo para las mamás", afirmó.
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Los niños han encontrado en Claudia una figura maternal, "me ven como una segunda mamá, me encanta verlos y las mamás confían en mí. Me siento realizada y orgullosa de mi labor, cada día me esfuerzo por dar lo mejor de mí para que los niños se sientan felices y seguros. Son ellos quienes me motivan a seguir adelante", concluyó.
Felipe Cárdenas, estudiante de 13 años del Colegio Ciudad de Bogotá, considera que su monitora se ha convertido en como una hermana mayor, agradeciendo su cuidado y apoyo.
“Le doy gracias a la monitora Claudia por cuidarnos, por tratarnos bien y de todas las actividades que nos ha hecho. Me siento bien, para mí ella es como una hermana mayor para mí”, afirmó.
