Cuando tenía 11 años, Enrique Peñalosa fue uno de los tantos niños que, que en medio de la alegría y la celebración de la Navidad con su familia, fue víctima de la pólvora.
El hoy Alcalde de Bogotá vivió en carne propia lo que significa perder, a su corta edad, una de las partes de sus dedos: la falange del dedo índice.
Todo ocurrió cuando el entonces niño Enrique recogió del piso un torpedo de un volador.
Los torpedos son unas mechas pequeñas, envueltas en papel, que van dentro de los voladores y son las que producen los estallidos. Cuando este tipo de elemento se enciende y vuela, varias mechas no estallan y caen al piso.
Eso fue lo que sucedió cuando Peñalosa vio una mecha y la tomó del suelo para encenderla, con tan mala fortuna que le estalló en sus manos. En segundos vio su mano ensangrentada.
Desde entonces, el Alcalde ha contado que esa parte de su dedo le ha hecho falta para asuntos tan cotidianos como registrar la huella de la cédula o para su ingreso a otro país.
Hoy, el Alcalde, víctima de la pólvora, lidera personalmente una campaña para que ningún niño sufra en esta Navidad, por la manipulación de esos artefactos.
En un video que se ha viralizado en las redes, Peñalosa hace un conteo de cada uno de los dedos de su mano, desdoblándolos, pero cuando llega a su dedo índice dice: “Y esto fue lo que pasó...a los 11 años, fui uno de tantos niños víctimas de la pólvora”.
“Invito a los padres de familia, a los tíos, a los abuelos, a que no compren pólvora y gasten el dinero en cosas mucho mejores para todos”, dijo el Alcalde.
“Pienso que, a nivel nacional, el Gobierno y el Congreso deberían impulsar leyes que prohíban totalmente la pólvora. No podemos permitir más niños quemados en todo el país", dijo el Alcalde Mayor.
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