El proyecto del metro para Bogotá, una mega obra que beneficiará a todos los habitantes de la capital del país siempre genera interrogantes, dudas y discusiones.
En entrevista con El Tiempo del 30 de noviembre de 2020, el gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, explicó por que se tomó la decisión de cambiar el trazado inicial y extender la primera línea desde la calle 72, pasando por la localidad de Engativá, y la Avenida Ciudad de Cali hasta llegar a Suba.
Lo anterior, entre otras cosas, porque se tuvieron en cuenta criterios de evaluación por parte de los consultores ingleses y franceses contratados, que confirmaron que la mayor demanda de pasajeros la presentaba la localidad de Suba. Adicional a esto, la decisión de cambiar el trazado inicial tuvo también en cuenta los estudios de pre-factibilidad contratados por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) que determinaron criterios como el impacto ambiental, renovación urbana, beneficios sociales y de transporte urbano y ahorro de tiempo, entre otros.
Estos beneficios serán para cerca de dos millones de personas, si se tiene en cuenta que estas localidades son unas de las más pobladas de la capital: Engativá con 123 barrios y 768.774 habitantes y Suba con 259 barrios y 1.113.413 habitantes. Se calcula, a nivel de prefactibilidad, más de 500 mil pasajeros al día.
Según Escobar, “el segmento desde el portal hasta la calle 72 gana mucha importancia porque alimentaría el metro conectando una zona muy importante de Engativá. De la calle 72 hacia el norte su importancia será menor, pero el Distrito, en cabeza de la Secretaría de Movilidad, estudia todas las opciones para trazar prioridades a mediano plazo”
Según el profesor José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad y Logística de la Universidad Nacional, el trazado fortalece el sistema metro, permite mayor conectividad con el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) y Transmilenio. Advierte, sin embargo, que si la política es privilegiar el transporte público y la bicicleta, esto implicaría quitarle espacio al automóvil privado, lo que no está claro en el proyecto.
Hasta ahora, este cambio de trazado es sólo un estudio que no define el tipo de obra. Es decir, si va a ser metro elevado o subterráneo. Lo que sigue es presentar la propuesta de actualización del plan regional de transporte de pasajeros, al igual que la localización y los tipos de estaciones, garaje de los trenes y ubicación del patio.
Según Escobar, “Una vez el Conpes apruebe el trazado, la Empresa Metro arranca los estudios de factibilidad, que incluyen topografía, geología, aguas subterráneas, inventario de edificaciones, obras civiles, redes y árboles, con los cuales se hacen los diseños y el presupuesto de factibilidad”.
El costo aproximado de este proyecto es de unos 4,8 billones de pesos y se financiaría, según el secretario de Hacienda, Juan Mauricio Ramírez, el 30% con aportes del Distrito y un 70% de la Nación a través de vigencias futuras a 25 o 30 años.
Una vez aprobados los acuerdos pertinentes entre Nación y Distrito se podrán hacer las solicitudes de los créditos internacionales y, cuando los aprueben, se podrá abrir la licitación. “En el caso de la primera línea, el proceso tomó prácticamente los cuatro años. Para la segunda fase esperamos que dure seis meses menos”, concluye Andrés Escobar, Gerente de la Empresa Metro.
