En la Unidad de Protección Integral de la Calle 32 del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron en Bogotá, se cumplió el fin de semana la primera confrontación boxística entre las barras de fútbol de Millonarios y Santa Fe.
¿Qué importa el resultado de quién o quiénes ganaron la primera épica batalla de barras futboleras en un ring de boxeo?
El primer balance de esta gran velada boxística fue, sin duda alguna, el abrazo final entre los integrantes de las barras Comandos Azules y La Guardia Albirroja Sur.
El ring de la Unidad de Protección Integral de la Calle 32 perteneciente al, Idipron, se engalanó con luces de color azul y color rojo para recibir a cada uno de los chicos y chicas que venían inspirados para defender y hacer valer sus colores.
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Eliminar todo rastro de violencia en la relación de las barras
En el público, generales de la policía, directivos de las principales entidades distritales y miembros de las barras azules y rojas, presenciaron cada uno de los combates pactados entre los azules y los rojos, reviviendo el eterno clásico capitalino, esta vez con un objetivo más poderoso y especial: Eliminar todo rastro de violencia en su relación.
Todo comenzó en diciembre de 2020 cuando los barristas apreciaron con entusiasmo el primer enfrentamiento entre boxeadores del Idipron de Bogotá y del Inder de Medellín, un encuentro pactado entre las dos ciudades hermanas para buscar en el boxeo la herramienta para arrebatar a los jóvenes de la violencia y las drogas.
Los barristas se aproximaron al Idipron y manifestaron su intención de seguir los pasos de los boxeadores que son capaces de enfrentar a sus rivales y luego estrechar sus manos como símbolo de respeto y paz.
Primera piedra de las nuevas relaciones entre barras
Una y otra vez las banderas azules y rojas fueron enarboladas por los hinchas presentes en el escenario de la 32 de Bogotá para poner la primera piedra de las nuevas relaciones entre las barras, seguramente alejadas de la violencia tradicional.
Por eso, cuando miramos atrás, a la noche del sábado pasado, en un ring engalanado para la ocasión y un escenario que crece y crece en entusiastas seguidores, nos fijamos la meta de lograr una ciudad libre de violencia y de enfrentamientos en torno al fútbol. Una ciudad de colores, de muchos colores y banderas que convivan en paz...
¡Viva el boxeo, viva Boxvida!
