Para Linda Carolina Corredor, lideresa de la localidad de Fontibón, ver que la parálisis cerebral que padece Amanda Caicedo Reyes, no fue obstáculo para que cursara y aprobara con honores el diplomado de la Estrategia Territorial Integral Social, ETIS, se convirtió en un aliciente para su vida.
En medio de los aplausos y la algarabía de los familiares de los diplomados en el auditorio de la Universidad Sergio Arboleda, Amanda fue exaltada, además, con una mención de honor que premiaba su esfuerzo y tenacidad en el curso de 120 horas, enfocado en la atención de las necesidades, potencialidades y problemáticas de los territorios, comunidades y hogares.
Aquí, la foto de Amanda acompañada por sus padres en la ceremonia de graduación del diplomado ETIS
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Esa imagen, ese momento; compartiendo la felicidad y el orgullo de Amanda, le hizo entender a Linda Carolina, una de las 379 lideresas que obtuvieron su certificación, que había valido la pena tomar el diplomado, convertido en una especie de duelo para ella. “Amanda no puede hablar mucho, no puede caminar, pero es súper constante y fue de las mejores del curso. Siento que Amanda y yo nos conectamos muy bien porque nos estábamos beneficiando de otra manera, también”, cuenta Linda.
El diplomado ETIS fue una motivación para seguir adelante
Esa “otra manera”, es porque, cuando en noviembre pasado fue admitida en el diplomado, Linda Carolina acababa de perder a su papá por un cáncer. “Estas oportunidades se presentan en los momentos donde uno más se siente como perdido, como triste y frustrado y creo que Dios y la vida le dan a uno esta clase de motores para seguir avanzando. Es decir: ¡ey! no estás muerto, estás pasando por momentos difíciles, pero puedes seguir avanzando, evolucionando, creciendo porque también hay otras vidas como la de Amanda que son más complicadas. Así que, para mí, fue una historia súper motivacional y muy chévere”.
En medio de las dificultades propias de cuidar a su progenitor en los últimos años, así como a su mamá, en unas condiciones agravadas por la pandemia del COVID-19, esta lideresa fue contactada por la Tropa Social, en su labor de identificar a las mujeres cabeza de hogar para brindarles el apoyo y las ayudas del Distrito.
“Este diplomado es para que nos ayuden a replicar todo nuestro portafolio, que va de la mano de la Tropa Social, acerca de qué es un Centro de Desarrollo Comunitario, qué se hace allí, qué es el Sistema Distrital del Cuidado y cuál es la transformación social que ello implica”, sostiene Fanny Gutiérrez, directora territorial de la Secretaría Distrital de Integración Social.
Y es que Linda -una contracción de Olinda, que era como querían bautizarla- se ha ganado un espacio entre la comunidad, como gestora social, gracias a su empuje, proactividad y amor por el servicio. Bondades que pulió con el diplomado.
Linda siempre está pensando en cómo aportar a la comunidad
Recientemente, “sin saber dibujar ni un gato”, como ella dice, organizó un taller de ilustración para niños y adolescentes en la biblioteca La Giralda, de Fontibón. Tal fue la acogida que solo 20 jóvenes y niños pudieron participar, evidenciando un talento innato. “Es bonito que ellos sientan que de verdad tienen madera para hacer esas cosas y que ojalá no les trunquen el aprendizaje porque hubiera sido bonito que a uno lo llevaran a una biblioteca a aprender esas cosas y explotarlas”, dice con una mezcla de gratitud y nostalgia.
Cuando era muy niña sufrió, no solo las consecuencias económicas que llegan con los divorcios, también las afectivas, por todo lo que representan en el desarrollo normal de una persona que apenas está empezando su vida. Sin embargo, esas adversidades lo que hicieron fue fortalecer su carácter aguerrido.
En la ruta H 50, muy pequeña, recorrió la ciudad para terminar su primaria y bachillerato
Por ejemplo, ya viviendo con su mamá en el Garcés Navas -con no más de 10 años- tenía que atravesar sola la ciudad para conservar la beca en un colegio de Usme, localidad donde vivía antes de que sus padres se separaran. “Me levantaba a las 3:30 de la mañana, me bañaba y demás, para estar a las 4:10 en Transmilenio, en el Portal de la 80 y coger el H 50 que me llevaba hasta el Portal de Usme, para estar justo a tiempo en el colegio”, dice con un poco de orgullo porque fueron más de 8 años con ese trajín diario hasta terminar su bachillerato como una de las más destacadas.
Con ese fervor juvenil, Linda, como pudo, estudió locución y medios audiovisuales para seguir abriéndose camino en la vida, aún por encima de las nuevas dificultades.
A los 23 años, de repente le apareció un dolor en el pie izquierdo, “como cuando uno se lo troncha”, recuerda. Fue al médico, pero no le encontraban nada hasta que un día se levantó y no sentía la pierna por lo que le hicieron un doppler (estudio por imágenes que utiliza para mostrar la circulación de la sangre por los vasos sanguíneos) y le detectaron tres trombos en esa extremidad. “Uno estaba muy grande y ya iba para el pulmón a causar embolia y el doctor le dijo a mi mamá que si no hubiera ido me quedaban 4 horas de vida, no me quedaba más tiempo, y gracias a Dios pues siento que ahí se corta como la historia de mi vida y eso me motivó a hacer muchas más cosas”.
Publicó su revista gracias a Es Cultura Local
Por eso no para. Gracias al programa Es Cultura Local y a la alcaldía de Fontibón, pudo publicar Cacofonías, una revista para mostrar el talento de diferentes artistas emergentes que hay en las distintas localidades de Bogotá.
A continuación, una foto de Linda Corredor al lado del secretario de Cultura, Recreación y Deporte, Nicolás Montero:
Yendo de un lado para otro, en el rebusque diario para mantener su casa, Linda Carolina trabaja como free lance en todo aquello que se le cruce y en lo que pueda mostrar sus habilidades como comunicadora. “Redacto, hago radio, marketing digital, presentaciones; entonces yo creo que son cosas que podría explotar muy bien y me gusta mucho meterme a cada cosa que me ofrecen porque siento que es una buena manera de lograr el objetivo de llegar a algo grande, que tenga que ver con las comunicaciones, ojalá con el Distrito”, sostiene.
Mientras ese gran momento llega, Linda seguirá capacitándose en todo lo que pueda, a pesar de los bajonazos y subidas de la vida que no le han impedido seguir potenciando sus habilidades en el servicio social que lleva cosido a su esencia.
