Colaboración: Cristina Callejas.
Hace 15 años, Andrea Sandoval llegó a Bogotá proveniente del departamento de Casanare, una región azotada por la violencia. Ella huía de ese entorno violento en busca de un futuro mejor y se estableció en la capital. Comenzó con mucho esfuerzo y dedicación a labrarse un camino hacia el desarrollo personal, logrando, tras años de empeño, convertirse en administradora ambiental.
Llegó a Bogotá “buscando un sueño de mejorar las condiciones de vida, de hacer empresa. Bueno, en mi caso quiero crear empresa, quiero avanzar, pero pues hay muchos obstáculos entre ellos el de poder acceder a un techo digno y a otras oportunidades”, dice convencida.
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Como la mayor de cuatro hermanas, sabía que debía abrirle el camino a su hermana menor, quien aún estaba terminando su bachillerato en Paz de Ariporo (Casanare). A pesar de ser profesional ambiental, el deseo de superarse la impulsó a emprender en el campo de la joyería. Cuando su hermana menor terminó el colegio, Andrea tomó la decisión de acogerla en la ciudad de Bogotá para alejarla de la violencia y buscarle un mejor futuro, pues había sido becada por su rendimiento académico.
Vivían juntas en Suba cuando Andrea descubrió el programa de la Secretaría del Hábitat "Mi Ahorro, Mi Hogar" y decidió explorar más a fondo para conocer de qué se trataba. "Tuve un buen apoyo, hubo un buen seguimiento, también había personas que siempre me colaboraban mucho cuando tenía alguna duda", dice Andrea y recuerda como fue guiada paso a paso en el proceso. Ahora, está a punto de recibir su apartamento en un sector mejor ubicado en Suba, más central y seguro.
Con sus padres lejos y la responsabilidad de su hermana menor, el programa "Mi Ahorro, Mi Hogar" le permitió tener a esta mujer de 35 años la tranquilidad de un techo propio: "uno… digamos, se entretiene o se distrae con otro tipo de gastos, y eso hace que no se fortalezca o que no se aterrice ese sueño de casa propia".
A la fecha, "Mi Ahorro, Mi Hogar" ha beneficiado a 605 mujeres que velan por el bienestar de sus hogares. Es una iniciativa que permite mejorar las condiciones socioeconómicas de las mujeres que viven en la ciudad de Bogotá, facilitando el cierre financiero y la futura adquisición de una vivienda digna.
Ahora, Andrea sabe que los sueños se cumplen y comparte su experiencia con otras mujeres: "No rendirse jamás, no tirar la toalla, porque realmente creo que cuando uno no lucha o cuando uno se rinde ante cualquier obstáculo que se presente, pues nada ya perdió la batalla y lo importante es seguir luchando hasta conseguir los objetivos que uno tiene en frente". Hoy sabe que si algún día sus padres necesitan un lugar donde llegar a vivir en Bogotá, pueden hacerlo porque ya tiene su vivienda propia.
