25 años de TransMilenio: pasado, presente y futuro de un sistema esencial
26•Dec•2025
TransMilenio cumple 25 años de operación y el balance es concreto: el Sistema ha transformado la movilidad de Bogotá y hoy tiene el reto de evolucionar más rápido que la ciudad misma, en medio de un escenario exigente marcado por más de 1.000 frentes de obra, la llegada del Metro y nuevas troncales. La prioridad es clara: garantizar un servicio cada vez más confiable, integrado y sostenible, centrado en las necesidades de la comunidad usuaria.

María Fernanda Ortiz
Gerente general de TRANSMILENIO S. A.
TransMilenio cumple 25 años de operación y el balance es concreto: el Sistema ha transformado la movilidad de Bogotá y hoy tiene el reto de evolucionar más rápido que la ciudad misma, en medio de un escenario exigente marcado por más de 1.000 frentes de obra, la llegada del Metro y nuevas troncales. La prioridad es clara: garantizar un servicio cada vez más confiable, integrado y sostenible, centrado en las necesidades de la comunidad usuaria.
El 18 de diciembre de 2000, con los primeros 14 buses articulados en las troncales Caracas y Calle 80, TransMilenio abrió una nueva etapa para el transporte público de la ciudad. Hoy, TransMi es una red integrada —troncal, TransMiZonal y TransMiCable— que mueve más de 4 millones de viajes al día y se sostiene gracias al trabajo de cerca de 35.000 personas.
Uno de los avances estructurales ha sido la integración tarifaria. Bogotá es la única ciudad del país con tarifa integrada: con un solo pasaje y la tarjeta tullave personalizada, los usuarios pueden hacer transbordos a cero pesos entre componentes en una ventana de 125 minutos. Esto reduce barreras económicas y mejora el acceso a oportunidades de empleo, educación, salud y cuidado.
En sostenibilidad, Bogotá ya opera una transición energética tangible: el Sistema cuenta con 1.486 buses eléctricos y más del 47 % de la flota corresponde a vehículos de cero y bajas emisiones. Este avance continúa con la llegada de 705 buses eléctricos adicionales entre 2026 y 2027. Menos emisiones y menos ruido no son una promesa: son una mejora concreta de ciudad.
La operación también se prueba en condiciones complejas. TransMilenio acompaña la construcción del Metro y se adapta al impacto de las obras sin detener el servicio: ajusta rutas, coordina en territorio e informa cambios a la comunidad. Esa capacidad de adaptación es indispensable para proteger el tiempo de las personas y sostener la movilidad mientras Bogotá construye infraestructura para las próximas décadas.
Hay un avance de ciudad que pocas veces se cuenta con toda su dimensión: la formalización laboral de quienes operan el transporte. Antes de TransMilenio, se estima que había alrededor de 17.000 conductores en condiciones de informalidad. Hoy, a través de las empresas operadoras, el Sistema cuenta 24.627 operadores con empleos formales y garantías laborales. Pasamos de un esquema en el que los conductores tenían un ingreso variable y jornadas extendidas sin control, a uno con empleador definido y contrato, turnos y límites de jornada, salud y ARL, prestaciones (prima, cesantías, vacaciones), y capacitación y controles, con gestión obligatoria de prevención en seguridad y salud en el trabajo. Mejorar las condiciones de quienes conducen la ciudad también fortalece la calidad del servicio para la comunidad usuaria.
En cultura ciudadana, el dato es contundente: en el componente troncal, alrededor del 86 % de las personas pagan su pasaje. La mayoría cumple. El desafío es reducir la evasión y enfrentar conductas que deterioran la experiencia de viaje, combinando pedagogía, control y tecnología. Porque cuidar lo público es cuidar el derecho a moverse.
Y aquí hay un punto que es necesario explicar sin eufemismos: como ocurre en muchas capitales del mundo, el transporte público masivo requiere subsidio para garantizar acceso y continuidad del servicio. En Bogotá, ese subsidio está alrededor del 50% y, incluso así, es menor al de otras ciudades comparables de la región. La discusión real no es si existe o no existe subsidio; la discusión real es si ese esfuerzo se traduce en mejor calidad, integración, seguridad, información y experiencia de viaje. Ese es el compromiso.
TransMilenio también ha construido un lenguaje de ciudad. Se convirtió en una galería de arte a cielo abierto: más de 174 murales, 194 tótems que evocan la biodiversidad del país y 1.817 metros cuadrados intervenidos con arte urbano adornan estaciones y portales. La infraestructura no es solo concreto: es espacio compartido. Cuando se cuida, se dignifica el viaje; cuando se vandaliza, se deteriora la experiencia de millones y se desvían recursos que deberían destinarse a mejorar el servicio.
Mirar estos 25 años también implica hablar del futuro con realismo y con ambición. La agenda de ciudad incluye proyectos que seguirán ampliando la red: la troncal Caracas Sur, Calle 13, el corredor de Soacha y los futuros TransMiCable de San Cristóbal y Potosí. El horizonte está claro: avanzar hacia la misión como Ente Gestor, proyectada para 2028, de ser orgullo de la ciudadanía por prestar un servicio de transporte público confiable, inteligente e innovador, centrado en las necesidades de los usuarios.
Y la celebración por los 25 años del Sistema continúa pues Bogotá realizará el Congreso internacional TransMilenio - 25 años, innovación que transforma ciudades, los días 5 y 6 de marzo de 2026, en el Centro de Convenciones Ágora Bogotá. Será un espacio para aprender, contrastar experiencias, acelerar soluciones y seguir posicionando a Bogotá en la conversación global sobre movilidad sostenible.
Cumplir 25 años es una responsabilidad. TransMi existe para mover a Bogotá, pero también para transformar la manera en que la ciudad se encuentra consigo misma: en la fila, en el transbordo, en el cuidado del espacio público, en la posibilidad de llegar a nuestros destinos. El compromiso es seguir mejorando con disciplina técnica, con escucha activa y con una convicción sencilla: el transporte público no es un problema, es una de las herramientas más poderosas que tiene una ciudad para ser más equitativa, más competitiva y más humana.

