Bogotá, ¡llegó el tren!

Cada columna representa la consolidación de un sueño de generaciones enteras, que hoy observan con orgullo y alegría la llegada del primer tren y con él, la certeza de que con trabajo, rigurosidad y voluntad, todo es posible.

Recibimos este primer tren con un avance de obra de más del 60 % y su llegada es el resultado de años de planeación, estudios técnicos rigurosos y la suma de voluntades institucionales y sociales. Este logro es la prueba de que los grandes proyectos requieren continuidad, disciplina y sobre todo, visión compartida de ciudad.

Cada vagón que desde hoy comenzamos a recibir, simboliza la esperanza en un transporte amable que nos ahorrará tiempo en nuestro día a día, nos brindará la posibilidad de respirar un aire más limpio y de vivir en una ciudad cada día más ordenada y bonita.

Este tren no es únicamente un conjunto de vagones y sistemas radioeléctricos de última generación, es el fruto del trabajo de miles de personas: ingenieros, técnicos, obreros y equipos de gestión, que con dedicación, han hecho posible lo que ya es una realidad.

Como gerente de la Empresa Metro de Bogotá, no me cansaré de agradecerle a todos quienes desde sus hogares, sus trabajos, sus colegios, sus universidades y un gran etcétera, han puesto un granito de arena para el desarrollo de este proyecto.

Porque cada trancón, cada vía cerrada, cada letrero de obra, cada estación de Transmilenio reubicada, cada pilote, cada ruta cambiada, cada capitel, cada tramo de viaducto, cada avance en el patio taller, cada tren que llega, van armando ese conjunto de piezas maravillosas que entre todos unimos para que en 2028 el gran telón se levante y podamos ver por fin operar nuestra L1 del Metro de Bogotá.

El primer tren ha llegado, y con él las ganas de cuidarlo, protegerlo, respetarlo, defenderlo y dignificarlo.  Ese es desde ya el gran reto para todos, una Cultura MetroBog que nos llena de orgullo y que convierte a Bogotá en modelo de ciudad.