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Bogotá Tu Casa: contar la ciudad, crear el destino

02•May•2025

El lanzamiento de "Bogotá a tu casa" en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá marca un antes y un después en la manera como la capital de Colombia decide presentarse ante su gente y ante el mundo.

Andrés Santamaría Garrido

Andrés Santamaría Garrido

Director del IDT

No es simplemente un catálogo de rutas, ni un esfuerzo más de promoción turística. Es, en esencia, una declaración de identidad, una apuesta por narrarnos a nosotros mismos, desde nosotros mismos. Más de 100 atractivos y más de 50 recorridos turísticos han sido organizados, clasificados y presentados de manera viva y vibrante, bajo un concepto que va mucho más allá de vender una ciudad: Bogotá no quiere simplemente ser visitada, quiere ser vivida, sentida, apropiada como se apropia un hogar.

En un mundo saturado de imágenes prefabricadas y relatos impuestos desde el exterior, que Bogotá tome la decisión consciente de construir su propio relato, de narrarse con orgullo, rigor y belleza, es un acto profundamente político, cultural y necesario. Porque quien no cuenta su historia corre el riesgo de ser contado —y deformado— por otros.

Lanzar este libro de productos turísticos en la Feria del Libro no es una casualidad; es un gesto simbólico de enorme potencia. La literatura y el turismo comparten un mismo linaje ancestral: ambos son formas de viajar, de descubrir, de transformarse. Como recordaba Jorge Luis Borges en "Otras inquisiciones", “de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro”, porque resume todas las demás invenciones.

Un libro, como un viaje, nos transporta, pero sobre todo nos transforma. Así, este libro que hoy nace no es solo una guía práctica para el turista, sino una puerta de entrada a un universo emocional, cultural y simbólico que es Bogotá en toda su diversidad. Un ejercicio de autoafirmación que organiza nuestra riqueza natural, patrimonial, gastronómica y cultural en una narrativa coherente y accesible, abierta al mundo, pero fiel a nuestra esencia.

No debe pasar desapercibido un elemento crucial: todos los productos y atractivos incluidos en "Bogotá a tu casa" fueron previamente clasificados y evaluados bajo los criterios del proceso de certificación de Destino Turístico Inteligente (DTI), siguiendo la metodología de Segittur, una iniciativa promovida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España. Esto implica que cada ruta, cada experiencia, cada atractivo cumple con estándares internacionales en materia de innovación, calidad, seguridad, sostenibilidad, asequibilidad y gobernanza. Bogotá no solo organiza su oferta: la cualifica, la depura, la lleva a un nivel superior que responde a las exigencias de los viajeros del siglo XXI.

Es necesario entender el poder real de un proyecto como "Bogotá a tu casa". No se trata simplemente de aumentar la estadía media de los turistas o incrementar el gasto promedio —aunque eso, naturalmente, es deseable—. Se trata de algo más profundo: sembrar en el imaginario colectivo la idea de que Bogotá no es una ciudad de paso, ni una suma de atractivos desconectados, sino un destino completo, vivo, sorprendente, capaz de ofrecer experiencias inolvidables en cada rincón.

Esta estrategia, basada en más de 50 recorridos turísticos temáticos, desde rutas de naturaleza hasta rutas culturales, pasando por experiencias gastronómicas, de paz, de arte urbano o de memoria histórica, le da sentido a lo que tantas veces nos ha faltado: una mirada integrada, curada, amorosa sobre nosotros mismos. Porque solo quien se conoce, quien se respeta, puede invitar al otro a descubrirse.

El turismo que Bogotá propone no es el de la cantidad sino el de la calidad. No busca llenar plazas de turistas indiferentes, sino tocar corazones, provocar emociones, generar recuerdos duraderos. Entiende, como Octavio Paz, que “La modernidad no está en el cambio, sino en la conciencia del cambio”. Y hoy Bogotá es consciente de sí misma, de su riqueza y de su necesidad urgente de narrarse con voz propia.

Esta apuesta también es ética y política: es una afirmación de diversidad, de inclusión, de sostenibilidad. Es declarar que no queremos que nuestro relato lo escriban desde afuera, ni que nuestra identidad se diluya en la marea de lo genérico. Queremos, y merecemos, contarnos desde adentro. Con nuestras luces y nuestras sombras, pero también con la belleza inmensa que nos habita.

El impacto de "Bogotá a tu casa" será profundo si sabemos aprovecharlo. Desde el punto de vista económico, puede dinamizar sectores que han estado históricamente marginados del circuito turístico tradicional: los mercados locales, las galerías de arte popular, los territorios rurales de Bogotá, las iniciativas de turismo comunitario. Desde el punto de vista social, puede fortalecer la autoestima urbana, el sentido de pertenencia, el respeto por la diferencia y la admiración por lo propio. Y desde el punto de vista cultural, puede proyectar al mundo una imagen de Bogotá diversa, vibrante, moderna, pero también profundamente arraigada en su historia y en sus tradiciones.

Muchos destinos turísticos del mundo han sido transformados no solo por su belleza natural, sino por la forma en que supieron contarse. La Ruta 66 en Estados Unidos no sería lo que es sin "On the Road" de Jack Kerouac. Bali, la India e Italia recibieron un impulso turístico inusitado gracias a "Eat, Pray, Love" de Elizabeth Gilbert. Castilla, en España, se resignificó a través de "Viaje a la Alcarria" de Camilo José Cela.

La literatura tiene el poder de transformar territorios. Y eso mismo puede hacer un buen libro turístico: no solo guiar viajes, sino inspirarlos, crear destinos donde antes solo había coordenadas geográficas. Como bien recuerda Vargas Llosa en "El viaje a la ficción", “narrar es inventar, y todo gran viaje es también una invención del alma”. Bogotá, con este libro y esta estrategia, se inventa a sí misma: diversa, viva, sorprendente.

Es emocionante pensar en la cantidad de nuevos viajeros, nacionales e internacionales, que descubrirán una Bogotá que no conocían. No la Bogotá de los titulares, ni la Bogotá de las postales convencionales. Una Bogotá íntima, profunda, genuina, hecha de barrios que vibran, de cerros que respiran, de memorias que laten en cada piedra del centro histórico, de plazas que conservan aún la cadencia antigua de las voces. Una Bogotá de contrastes, sí, pero también de armonías invisibles. Una Bogotá que no se impone: que invita. Que no se vende: que se ofrece.

No menos importante es el impacto que "Bogotá a tu casa" puede tener sobre los propios bogotanos. Este proyecto es también una invitación a reconciliarnos con nuestra ciudad, a redescubrirla, a caminarla con otros ojos. Como decía Antonio Machado, “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Y en este andar, redescubrimos nuestra pertenencia, nuestro vínculo, nuestra historia común. Porque no solo los turistas necesitan enamorarse de Bogotá. También nosotros.

"Bogotá a tu casa" es, en última instancia, un acto de confianza. Confianza en que podemos ofrecerle al mundo una experiencia única. Confianza en que podemos, desde nuestra autenticidad, construir una ciudad más abierta, más admirada, más respetada. Confianza en que, contándonos con honestidad y belleza, podemos transformar percepciones y abrir nuevos caminos para el desarrollo económico, cultural y social.

No nos dejemos engañar por la falsa modestia que a veces nos caracteriza. Bogotá tiene mucho que mostrar. Mucho que ofrecer. Mucho que emocionar. Pero para eso, primero debemos creérnoslo nosotros mismos. Debemos asumir con alegría y responsabilidad el derecho —y el deber— de narrarnos. De construir un relato propio, que no niegue nuestras dificultades pero que ponga en primer plano nuestras fortalezas, nuestras maravillas, nuestra capacidad infinita de asombro y de resiliencia.

Como escribió Gabriel García Márquez, “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Hoy Bogotá empieza a recordar y a contarse de una nueva manera. Con palabras que no son impostadas ni ajenas, sino nuestras. Con imágenes que brotan de nuestra memoria y nuestro presente. Con una voz que suena a calle, a montaña, a arte, a música, a historia viva.

Y en esa voz, todos cabemos. Todos estamos llamados a ser protagonistas de esta Bogotá que ya no es solo destino, sino hogar. Esta Bogotá que no espera ser descubierta como un objeto pasivo, sino que extiende los brazos como quien abre la puerta de su casa para recibir, para abrazar, para compartir lo que tiene de mejor.

Que "Bogotá tu casa" sea, entonces, más que un proyecto turístico. Que sea un movimiento cultural, una declaración de amor propio, una invitación al encuentro. Que sea un mapa de emociones, de sueños, de memorias futuras. Que al recorrer sus páginas y sus calles, propios y visitantes sientan lo que solo las ciudades verdaderamente grandes logran inspirar: el deseo de quedarse, de volver, de llevarse algo en el alma.

Porque los grandes viajes, como los grandes libros, no terminan cuando cerramos la portada o regresamos a casa. Siguen viajando dentro de nosotros. Siguen cambiándonos. Siguen haciéndonos mejores.