Ordenamiento ambiental de la Sabana
08•Apr•2025
Llamamos a trabajar para garantizar que los lineamientos se hagan con rigor técnico y articulación institucional

Adriana Soto Carreño
Secretaria Distrital de Ambiente
La reciente decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, que ordenó reiniciar el trámite de la resolución del Ministerio de Ambiente sobre los lineamientos ambientales para la sabana de Bogotá, ha generado discusiones donde algunos sectores nos acusan de querer acabar con el agua para Bogotá, para privilegiar "apetitos voraces de cemento".
Nuestro llamado es a la unidad, para que, entre todos, Distrito, los municipios de la Sabana, las comunidades y los sectores productivos, trabajemos para garantizar que los lineamientos se hagan con rigor técnico y articulación institucional, de manera que las decisiones respondan a la realidad territorial y a la mejor información disponible.
Desde la Secretaría de Ambiente de Bogotá estamos listos para coordinar con el Ministerio, aportando datos sólidos y un conocimiento detallado y actualizado del territorio. En materia de agua, proponemos incorporar las determinantes ambientales ya establecidas en el Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, asegurar el cumplimiento del Plan de Ordenación de la Cuenca del Río Bogotá y compartir la información sobre la calidad y cantidad de nuestras fuentes hídricas.
La propuesta actual del Ministerio utiliza una cartografía a una escala de 1:100.000, inadecuada para una toma de decisiones en la sabana de Bogotá. Por ello queremos compartir estudios a escalas más detalladas, contenidos en los Planes de Ordenación de Cuencas, que permiten tomar mejores decisiones.
En Bogotá necesitamos un enfoque integral que reconozca que la protección ambiental y el desarrollo sostenible no son opuestos. La protección de los humedales, bosques y otras áreas de importancia ambiental de la sabana de Bogotá no significa excluir completamente el uso humano, sino garantizar que su uso sea responsable y compatible con su conservación a largo plazo. Esto cobra aún más sentido si, como lo establece la Ley 99 de 1993, la destinación de la Sabana es también agropecuaria y forestal.
Estamos listos a la señal del Ministerio de Ambiente para trabajar coordinadamente en un propósito que no tiene color político: la protección de la vida y del agua.
Los hechos demuestran el compromiso ambiental de esta administración. Asignamos $ 1,3 billones al sector ambiental, un 14 % más que la Bogotá Humana, y en solo un año superamos casi tres veces la restauración lograda en dicha administración. Hemos avanzado en procesos de restauración de 897 hectáreas en los cerros orientales, la reserva Thomas van der Hammen y áreas protegidas distritales, con la meta de llegar a 1.454 hectáreas en proceso de restauración al final del cuatrienio. Pusimos en marcha la Transferencia de Derechos de Construcción para restaurar nuestra estructura ecológica principal, incluyendo la reserva Thomas van der Hammen, donde ya se han ofertado 194 hectáreas por parte de propietarios privados para este propósito.
En un solo año, superamos la meta de adquisición de predios para conservación de la Bogotá Humana: mientras que en cuatro años se adquirieron 278 hectáreas, nosotros hemos comprado 311 hectáreas en los cerros orientales y en las cuencas de los ríos Sumapaz, Teusacá, Chiguaza y Fucha.
La situación ambiental exige medidas urgentes del Gobierno Nacional. La deforestación en la Amazonía aumentó un 35 % en 2024 frente a 2023. Lo anterior pone en riesgo la seguridad hídrica de Bogotá en la medida en que el 24 % de las lluvias que abastecen a Chingaza dependen de la humedad generada por los bosques en la Amazonía.
Nuestra administración está trabajando con Conservación Internacional en la estructuración del proyecto más ambicioso para restaurar y conservar 172.499 hectáreas vulnerables al cambio climático en la cuenca de los ríos Bogotá, Chingaza y Sumapaz, con una inversión de 92 millones de dólares.
El Ministerio de Ambiente tiene la facultad de expedir determinantes ambientales, pero estas deben coordinarse con los entes territoriales. Excluir a Bogotá del proceso generó incertidumbre jurídica y desconoció los estudios técnicos y la cartografía del Distrito. Estamos listos a la señal del Ministerio de Ambiente para trabajar coordinadamente en un propósito que no tiene color político: la protección de la vida y del agua.
Por: Adriana Soto
Secretaria Distrital de Ambiente