Bogotá, que actualmente se desempeña como vicepresidenta del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico (CIDEU), se une a las apuestas de las ciudades miembros del CIDEU plasmadas en la Declaración Iberoamericana 2020. En esta Declaración, se insta a los gobiernos locales a generar debates, reunir esfuerzos, involucrar a ciudadanos y ciudadanas para trabajar juntos y encaminar el rumbo hacia las “nuevas ciudades”.
Bogotá ha implementado proyectos con una visión urbana estratégica para generar un mayor bienestar en los ciudadanos y poder convertir los obstáculos en oportunidades. Desde el comienzo de la pandemia, la ciudad ha buscado mitigar las consecuencias del COVID-19, poniendo como eje central el bienestar de la ciudadanía, a través de estrategias intersectoriales que buscan crear un nuevo contrato social y ambiental.
Debido a la crisis, la ciudad implementó medidas de contingencia para evitar un colapso del sistema médico. En primer lugar, se realizó la compra de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), en donde se incrementó de 935 a más de 2,100 unidades. Por otra parte, se incrementó la capacidad de procesar pruebas PCR de 200 a 15,000 diarias, todo con el propósito de fortalecer la estrategia de identificación y rastreo de los casos en la ciudad. Finalmente, se realizó la capacitación y entrenamiento de personal médico y asistencial.
Para atender las problemáticas sociales que se ahondaron con la pandemia, por primera vez en la historia de la ciudad se implementó el Programa Renta Básica Bogotá, apoyando a 712,000 hogares pobres y vulnerables en una población de 8 millones de habitantes.
Por el lado económico, Bogotá ha adelantado proyectos como Bogotá a Cielo Abierto, una iniciativa de reactivación económica, donde de jueves a domingo los restaurantes, plazas de mercado, artesanos y gimnasios pueden realizar sus actividades al aire libre en zonas cerradas por la alcaldía para este fin. En los tres primeros fines de semana de implementación de la medida, se lograron reactivar 6,500 establecimientos y 117,000 empleos. Bogotá a Cielo Abierto fue reconocida a nivel internacional por promover la reactivación económica sin poner en juego la salud de los ciudadanos.
Finalmente, Bogotá sigue apostándole a una estrategia urbana sostenible a través de proyectos como el Corredor Verde de la Carrera Séptima, una de las vías principales que conecta la ciudad de sur a norte. Este proyecto fue aprobado por el Concejo de la ciudad y se está construyendo con la participación de toda la ciudadanía a través de las plataformas de Gobierno Abierto. Dentro de este proyecto, se contempla también el desarrollo de vías para el uso de la bicicleta, el cual fue promovido durante la pandemia como un método bioseguro para moverse, al igual que sostenible. Muchas de las estrategias que se han desarrollado, con ocasión de la pandemia, permanecerán cuando se supere la crisis sanitaria. A largo plazo, se busca que estas iniciativas generen beneficios en términos de sostenibilidad, movilidad, salud y bienestar en la ciudad.
Posteriormente a la Asamblea del 8 de octubre, en la cual Bogotá fue nombrada vicepresidenta, el CIDEU lanzó la Declaración Iberoamericana 2020, un documento que tuvo como tema central la importancia de definir un modelo de ciudad a largo plazo que integre el conocimiento técnico y científico, con la experiencia de la ciudadanía en la planificación urbana estratégica, para atender los tiempos turbulentos que como sociedad vivimos. En esta declaración se reafirma la importancia de humanizar las estrategias urbanas, con el fin de dar mayor valor a las estrategias de salud pública, reducción de desigualdades sociales y búsqueda de la sostenibilidad en la gestión de los retos generados por la crisis del COVID19.
Con la implementación de estas medidas, Bogotá reafirma su compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con las estrategias urbanas que lleven a Bogotá a convertirse en un ejemplo de desarrollo equitativo, justo y sostenible.