Mujeres campesinas de la vereda La Requilina, en Usme, y agricultores de Ciudad Bolívar, en el sur de la capital, ofrecen novedosas rutas turísticas con atractivos propios del campo, además de la degustación de la gastronomía local, el aprendizaje de la agricultura y compra de artesanías, hortalizas orgánicas, miel y procesados lácteos. Sus innovaciones fueron expuestas como ejemplo de turismo rural comunitario.
Por un lado están las mujeres que forman parte del proyecto de turismo rural comunitario ‘Ruta Agroturística La Requilina’, que recorre un sendero con 13 atractivos propios de las fincas campesinas de Usme. Por el otro se encuentran agricultores de Ciudad Bolívar, que se ingeniaron otro proyecto similar para descubrir la riqueza cultural e histórica y los majestuosos paisajes de la localidad.
Ambas propuestas fueron presentadas a los asistentes al Encuentro de Turismo Rural Comunitario realizado esta semana en esa localidad bajo el auspicio del Instituto Distrital de Turismo, IDT, y la Universidad Antonio Nariño.
Durante su ponencia, las mujeres de La Requilina sorprendieron a los asistentes al evento con esta novedosa propuesta, que además de ser ejemplo de turismo rural comunitario ofrece originales atractivos para los visitantes, entre ellos conocer cómo es la vida cotidiana en una finca de la zona, así como degustar de la gastronomía local, aprender del manejo de viveros y producción de semillas, comprar artesanías, hortalizas orgánicas, miel y procesados lácteos.
Dentro de los sitios turísticos se encuentra una de las primeras haciendas de la vereda, considerada patrimonio arquitectónico, lo mismo que otras fincas en las que se puede conocer e interactuar con sistemas de producción de cerdos y cría de ovinos y de trucha arco-iris y siembra de frutales de clima frío como la mora y la curuba y de hortalizas como la cebolla, la arveja y la papa, entre muchas otras variedades agrícolas.
“Desde los direccionamientos del Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana 2012-2016, el Turismo Comunitario se proyecta como una alternativa para contribuir a mejorar las condiciones de calidad de vida de las poblaciones más vulnerables de la ciudad, y este tipo de iniciativas es la muestra de que el camino es el correcto”, dice el director general del IDT.
Primero el campo
Por su parte, un grupo de labriegos de Ciudad Bolívar, con el apoyo de la Asociación de Turismo Rural Comunitario, se capacitaron en administración, agroturismo, gastronomía y servicio al cliente para recibir turistas y mostrarles una cara de la localidad 19 que se aparta de las malas noticias de inseguridad, tragedia o pobreza. Los creadores de la iniciativa destacan en los recorridos turísticos que brindan los majestuosos paisajes de la localidad que, según sus habitantes, representan el 75 por ciento de su territorio.
Al igual que sus colegas de Usme, los agricultores de esta zona dan a conocer a los turistas prácticas rurales propias como la extracción de miel, la producción de alimentos orgánicos en huertas familiares y hasta los trucos del sembrado de la papa. La mayoría de las ponencias presentadas en el encuentro son en general desconocidas para los bogotanos, como sucede por ejemplo con el agro-parque Los Soches.
“Parece increíble, pero solo el 50% de los habitantes de Suba desconoce que a 500 metros de la plaza principal está el Mirador de los Nevados, desde donde se pueden apreciar esas riquezas naturales”, señala el director del IDT. “Llegó la hora de promocionar este tipo de turismo rural, eje principal de la Bogotá humana que promueve el alcalde mayor. Es tiempo de mirar al sur”, concluyó el funcionario.
Video del proyecto.
Agroturismo en Bogotá, una fuente de empleo en la zona rural de la ciudad
5·JUN·2013
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