Por: Antonia Castiblanco
“¡Estamos aquí para colaborar lo que más podamos y abrir vía!”. Esta es la frase más escuchada en la vía Bogotá - La Calera por estos días. La pronuncian los trabajadores y operarios de los distintos sectores que apoyan a los organismos de emergencia y socorro para superar las dificultades que vive la comunidad luego de las fuertes lluvias del fin de semana, las cuales han dejado más de 46 familias afectadas, 2 muertos y un desaparecido.
Personas como don Harold Santamaría, operador de un minicargador, dan inicio a su día desde las 3 de la mañana porque, a pesar de vivir al otro extremo de la ciudad, en Juan Rey, deben llegar muy puntuales en la mañana a La Calera para ejecutar las tareas que les asignan sus jefes, quienes participan en el Puesto de Mando Unificado donde se organizan todos los organismos bajo las directrices de la alcaldesa mayor, Claudia López y del Instituto Distrital de Gestión del Riesgo, IDIGER.
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Harold, de 30 años de edad, cuenta con una licencia de conducción C2 en regla para poder mover la máquina que tiene bajo su responsabilidad y con la que desde el domingo ayuda a levantar la tierra y el barro que dejó a su paso el alud.
“Soy operador de minicargador y estamos aquí para colaborar en lo que más se pueda, a hacer cargues de volquetas, raspado de vía, habilitar vía en general. En la emergencia para sacar barro, tierra, sacar escombros de las casas. Tratar de agilizar lo más rápido posible”, relata el trabajador al volante.
En un momento de respiro y de pausa activa socializa con otra de las personas que entregan todo para poder habilitar el paso a los vehículos por el sector que permanece cerrado entre San Luis y el peaje, el cual no solo es el clamor de los habitantes sino la instrucción de la alcaldesa, Claudia López, pensando en la reactivación de la cotidianidad y el bienestar de los moradores.
Clamando porque no llueva y para que el sol sea el protagonista en este lugar conocido como kilómetro 6, la interlocutora de Harold, una mujer de rostro bello y con semblante de felicidad por poder ayudar a limpiar el sector, hace su tarea no solo de recoger la basura sino de concientizar a los habitantes de la importancia de evitar echar los residuos en la calle porque al acumularse, generan los represamientos que ocasionan los taponamientos de las alcantarillas y con ellos se inician las inundaciones.
“A veces yo los regaño (a los habitantes de la zona) porque sacan la basura cuando ya el carro recolector ha hecho el recorrido y les digo por favor no la dejen ahí porque pasan los perros o los carros y la riegan y se van a los conductos de agua y por eso es que se tapan los canales y se inundan los sitios. Falta mucha cultura en esto”, expresa Leidy Franco, una operaria de recolección asignada a la ruta de La Calera.
Ella también debe madrugar para llegar a su sitio de trabajo: se levanta a las 3:30 a.m. para poder salir de Juan Rey con tiempo y estar lista en el transporte público a las 4:30 de la mañana cuando deja solos a sus tres hijos, a la espera de que una vecina se los lleve al colegio, mientras ella comienza su día laboral apoyando las labores de limpieza unos metros antes de llegar al peaje.
Su compañero de ruta, Carlos Arturo Guevara, operario de barrido en la entrada de la zona San Luis explica que su prioridad y la de su grupo hoy es habilitar los andenes y los bordillos.
“La función es mantener todo despejado para que no se tapen las alcantarillas. Que los usuarios saquen las basuras en el horario que es porque si la sacan en los que no son, por eso es que pasa lo que pasa. Aquí son los martes, jueves y sábados. Los camiones pasan todas las mañanas, pero a veces la gente no madruga y eso que los camiones pitan”, señala el señor Guevara.
Harold, Leidy y Carlos Arturo hacen parte de las 681 personas en terreno atendiendo la emergencia, donde hasta el momento 223 árboles han sido talados, se continúan las labores de rescate del señor Javier Velilla, vigilante en unos de los conjuntos del sector y se mantiene paso restringido en la vía desde la calle 85 hasta La Capilla.
Del kilómetro cero al 6, entidades como Policía, Ejército, Jardín Botánico, CAR, Acueducto, avanzan en las labores de remoción de material vegetal, de poda, corte y tala de individuos arbóreos que puedan generar algún tipo de riesgo, proceso que se realiza de manera paulatina para garantizar la seguridad de los habitantes del sector.
Hasta el momento, según cifras del IDIGER, se han caracterizado 60 familias; 121 adultos y 39 niños que son atendidas en los tres albergues habilitados temporalmente y hasta donde llegan no para pernoctar sino para recibir las ayudas representadas en refrigerios, raciones de comida caliente o kits de aseo, entre otros.