Con el fin de reducir las probabilidades de que un incendio forestal se genere, la Secretaría Distrital de Ambiente recomienda:
No arrojar, ni hacer quemas de basuras u otros elementos, especialmente cerca a zonas boscosas.
Controlar las actividades de los niños y no permitir que jueguen con fuego.
No arrojar colillas ni fósforos encendidos a lugares con vegetación.
No hacer fogatas en zonas boscosas.
En caso de observar una columna de humo, la ciudadanía puede llamar al 123 y reportar inmediatamente la situación.
Los incendios forestales afectan de manera negativa el ecosistema, causando daños sobre el aire, el agua, la fauna, la flora, el suelo y la ciudadanía, ya que al quemarse la vegetación, el suelo queda expuesto a los efectos de la lluvia y el aire, que con el tiempo puede generar problemas de erosión. Adicionalmente, los suelos tienden a compactarse y los procesos de infiltración se van perdiendo, hecho que altera el ciclo hidrológico.
De otro lado, al existir pérdida de vegetación, la fauna inicia un proceso de migración debido a la pérdida de su hábitat y, con el tiempo, se puede traducir en extinción de las especies. En algunos casos, si las áreas quedan totalmente expuestas, se inicia un proceso de invasión y colonización de especies exóticas de rápido crecimiento, como el retamo, alterándose totalmente la funcionalidad y dinámica de las áreas naturales propias de la zona.
Es de señalar que los incendios forestales se incrementan con la presencia de fenómenos climáticos extremos como “El Niño” que actualmente está ocurriendo y contribuyen con el cambio climático, ya que al quemarse la vegetación se libera dióxido de carbono a la atmósfera favoreciendo el calentamiento global.
En lo corrido del año, en Bogotá se han registrado diez incendios forestales, afectando unas 28 hectáreas.
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