Video: En Suba se teje la memoria y se lucha por la no repetición
La Casa de la Memoria de Suba, que funciona en el antiguo Sena de La Gaitana, tuvo una inversión de 450 millones de pesos, y hoy es un escenario de paz.
Luis Alejandro Tibaduisa
Las voces, los tejidos y los saberes de las mujeres que han sido víctimas de la violencia, han encontrado desde hace varios años en Bogotá, un hogar lleno de cuidado y de oportunidades, pero también un espacio como el Costurero de la Memoria, un colectivo de historias y de recuerdos, conformado por víctimas de diferentes partes del país y que han encontrado en una localidad como Suba, un territorio diverso lleno de oportunidades, donde también convergen los recuerdos, los aprendizajes, el dolor y la alegría.
“Lo que nosotros hacemos es como una terapia sanadora para las personas víctimas y no víctimas, para que la gente reflexione con el ejercicio y con la pedagogía que brinda la tela. Este es un proceso muy bonito en el que puedo denunciar la injusticia junto a otras personas”, resume Marina Salazar, una mujer que fue víctima de violencia sexual en su natal Tumaco, desplazada posteriormente por el conflicto armado y al final, una mujer que quiere seguir tejiendo memoria, dejando en la tela su historia y la de su comunidad.
Compartimos la imagen de uno de los telares que se pueden apreciar en este costurero:
Este mismo sentimiento lo comparte María José Álvarez, otra de las integrantes de este colectivo; para ella “estas telas reflejan prácticamente la historia, porque la memoria es un punto muy esencial de lo que es la historia de un país como Colombia”
El Costurero de la Memoria es uno de los ejes de la Casa de la Memoria en La Gaitana, un sector de Suba que vivió de cerca los violentos episodios del 9 y el 10 de septiembre de 2020, pero que también ha sido el refugio de miles de víctimas que buscan reivindicar la vida, la esperanza, pero sobre todo que se garantice la no repetición.
Así lo considera Vladimir Rodríguez, alto Consejero para las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, quien asegura que “reconocer los hechos y entender sin olvidar lo sucedido, es necesario para construir espacios y escenarios que nos permitan reflexionar, para no cometer los errores del pasado y para que las generaciones futuras puedan a partir de ese aprendizaje, de ese espacio de encuentro, de generación de empatía, construir una nueva sociedad en paz”.
Para la alcaldesa, Claudia López, en este lugar se “honra la memoria y se reconoce la gravedad de lo que pasó, y mientras la investigación y el esclarecimiento judicial contra los abusadores avanzan, la comunidad debe tener un espacio de encuentro, de trabajo, de reconciliación y de memoria”.
La Casa de la Memoria de Suba, que funciona en el antiguo Sena de La Gaitana, tuvo una inversión de 450 millones de pesos, y hoy es un escenario de paz, un pequeño refugio de amor, de recuerdos, de historias, de respeto a la diferencia, pero también de perdón y de reconciliación.
A continuación, la imagen de una de las creaciones de estas mujeres víctimas del conflicto: