A 74 años de 'El Bogotazo', memoria de Jorge Eliécer Gaitán se resiste a morir

Historia de 'El Bogotazo' y de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán
Pintura del político liberal Jorge Eliecer Gaitán, baleado en este sitio del centro de Bogotá, carrera séptima con avenida Jiménez, el 9 de abril de 1948. -Foto: Portal Bogotá
Publicado:
9
Abr
2022
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Con la misma indiferencia con la que tres palomas grises se espulgan en la saliente de una ventana del edificio Nemqueteba, justo al lado de donde están las 10 placas en memoria de Jorge Eliécer Gaitán, así pasan los transeúntes por la acera donde hace 74 años cayó el llamado ´Caudillo del pueblo’, a pocos pasos de la emblemática esquina de la Avenida Jiménez con carrera séptima, en el centro de Bogotá, que aún conserva como unas cicatrices imborrables, los rieles del tranvía, que fue uno de los más afectados por ´El Bogotazo´.

Aquí, una fotografía del sitio donde hace 74 años fue baleado el político liberal Jorge Eliécer Gaitán. 

Sitio del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán
El político liberal parece reclamar desde lo alto por la indiferencia de los transeúntes que diariamente recorren este sector del centro de Bogotá. Foto: Portal Bogotá

Una fría indiferencia que contrasta con el polvorín que estalló allí y cuyas esquirlas causaron destrozos y muertes, no solo en la ciudad. “Fue una muerte que se multiplicó en trescientas mil muertes y causó el desplazamiento forzoso de más de dos millones de personas, una quinta parte de la población. Además, produjo la destrucción de buena parte de la capital”, según el escritor bogotano Antonio García Ángel.  

El 9 de abril de 1948, un poco después de la 1:05 p.m., cuando el exitoso abogado de la Universidad Nacional salía de su oficina, ubicada en el cuarto piso del edificio Agustín Nieto, fue impactado por tres balas de un viejo revólver 38 corto manipulado por Juan Roa Sierra, un sujeto desempleado que vivía con su esposa y una hija en el barrio Ricaurte, y que fue linchado en medio de los disturbios y el maremágnum que se regaron por la ciudad y  cuyos daños fueron calculados en unos 500 millones de pesos. Pocos, en pesos de hoy, pero muchos para la época, cuando el salario mínimo no sobrepasaba los 50 pesos y una libra de carne de 400 gramos costaba 63 centavos.

García Márquez estuvo el 9 de abril en el sitio de la muerte de Gaitán 

Si Roa, de 27 años, actuó solo o no, todavía sigue siendo un misterio. “Mi tía (María Mercedes Carranza), vio cómo su compañera Gloria Gaitán, acusaba vehementemente, a los gritos, a Álvaro Gómez y a la élite conservadora de haber fraguado el asesinato de Gaitán y les gritaba que eran unos asesinos”, recuerda Jerónimo Carranza, sobrino de la poetisa bogotana e historiador de la Universidad Nacional de Colombia.

Son muchas las versiones sobre la autoría intelectual del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Incluso Gabriel García Márquez, el Premio Nobel de Literatura, quien estaba por esos días en la capital, inmortalizó ese momento, dejando abierta a la inquietud sobre el autor del magnicidio.

“Cincuenta años después, mi memoria sigue fija en la imagen del hombre que parecía instigar al gentío frente a la farmacia, y no lo he encontrado en ninguno de los incontables testimonios que he leído sobre aquel día. Lo había visto muy de cerca, con un vestido de gran clase, una piel de alabastro y un control milimétrico de sus actos. Tanto me llamó la atención que seguí pendiente de él hasta que lo recogieron en un automóvil demasiado nuevo tan pronto como se llevaron el cadáver del asesino, y desde entonces pareció borrado de la memoria histórica. Incluso de la mía, hasta muchos años después, en mis tiempos de periodista, cuando me asaltó la ocurrencia de que aquel hombre había logrado que mataran a un falso asesino para proteger la identidad del verdadero”, escribió García Márquez en ‘Vivir para contarla’, su relato autobiográfico publicado en 2002.

Varias versiones sobre los autores de la muerte de Gaitán

Que fue un complot del gobierno estadounidense, a través de la recién creada CIA (Central Intelligence Agency); que fue Fidel Castro, quien había llegado a Bogotá, atraído por la IX Conferencia Panamericana; que fueron los comunistas. “La verdad no se sabe quién fue el autor intelectual. La novela culpa a Roa Sierra de que fue el autor material. Todas las investigaciones no dieron con los autores intelectuales. El gobierno les echó la culpa a los comunistas, los comunistas a los liberales, los liberales a los conservadores, los conservadores al pueblo”, relata el historiador del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, IDPC, Alfredo Barón.

Los historiadores Carranza y Barón coinciden en que, Roa Sierra, o quien haya sido el autor o autores material e intelectual, privaron al país de uno de los líderes más carismáticos que ha tenido, y único aspirante liberal a la presidencia en las elecciones de 1950 luego de un amplio recorrido profesional y político, en el que había perdido las elecciones de 1946 con Ospina Pérez.

Gaitán Ayala, hijo de una maestra y un librero, fue rector de la Universidad Libre, ministro de Educación y de Trabajo, Representante a la Cámara y fue elegido magistrado de la Corte Suprema de Justicia, cuya designación declinó.

En seguida, la foto del sitio en la carrera 7 con calle 12 donde quedaba el edificio Agustín Nieto, donde Gaitán tenía su oficina.

Transeúntes la séptima
Muro dedicado a exaltar la memoria de Jorge Eliécer Gaitán en el centro de Bogotá. Foto: Portal Bogotá

"Hay que hacer que los ricos sean menos ricos, para que los pobres sean menos pobres"

Como alcalde de Bogotá, por nombramiento, cargo en el que solo estuvo 8 meses, promovió,  entre otros, los temas de educación y cultura; siendo el pionero de los conciertos gratuitos en una ciudad, que según el censo, no sobrepasaba los 350.000 habitantes y en la que también inauguró la Primera Feria del Libro, el 10 de octubre de 1936.

Pero, ¿Por qué Gaitán tenía tan arraigo entre las clases populares?, ¿Cuál era su plan de gobierno? Según el artículo ‘La decisión judicial sobre la muerte de Gaitán’, del Investigador Master de la Universidad del Rosario, Carlos Ariel Sánchez Torres, (2001) “… tan sólo pretendía la reivindicación de la clase trabajadora sin afectar ostensiblemente los intereses de los empresarios; también quería una verdadera reforma agraria, sin dejar descontentos ni a los campesinos ni a los dueños tradicionales de la tierra. Su programa de gobierno se basaba en: "Hay que hacer que los ricos sean menos ricos, para que los pobres sean menos pobres".

Sus protestas no solo estaban sustentadas en su voz de trueno. Apenas, a dos meses de su muerte, el 7 de febrero promovió la ´Marcha del Silencio’ para denunciar la matanza de campesinos liberales y pedir el cese de la violencia oficial. Cien mil, de los cuatrocientos mil ciudadanos que habitaban la ciudad, llenaron la Plaza de Bolívar, en un acto pacífico que fue calificado como un ´Silencio sagrado´.

2.585 personas murieron en 'El Bogotazo'

“El Bogotazo´ lo que hizo fue recrudecer la violencia en el país, tanto que al período después de esa muerte, la de Jorge Eliécer Gaitán a sus 45 años, se le conoce como el periodo de 'La Violencia’, aunque no sea el origen preciso de la violencia en Colombia”, precisa el historiador Alfredo Barón.

Según Paul Oquist, en 'Violencia, Conflicto y Política en Colombia', 2.585 personas murieron en esa fecha en la ciudad y 48.000 en todo el año en el país. A finales de 1.947 habían muerto 'solo' cerca de 14.000 colombianos.

Para Jerónimo Carranza, “El asesinato de Gaitán frustra la posibilidad de que en Colombia hubiese una democratización moderna que involucrara a la población y que, en general, ésta se hiciese parte y sujeto de los cambios políticos, del progreso en los términos que planteaba el siglo XX y que están  revisados, pero que de todas maneras en Colombia, por desgracia y por esas razones políticas que han tejido la historia nacional, impidieron los logros básico en salud pública, general, educación, entre otros”.

Así, ese viernes 9 de abril de 1948, con la muerte de Gaitán se cerraba un ciclo de esperanza para muchos colombianos y bogotanos, algunos de los cuales trataron de inmortalizar su recuerdo, recogiendo en sus pañuelos algunas gotas de la escasa sangre del caudillo que quedo en el andén, poco después de que fuera llevado vivo a la Clínica Central de la calle 12 con carrera 5ª. donde su corazón dejó de latir 40 minutos más tarde, a la 1:45 p.m.

En el sitio del atentado 10 placas mantienen viva la memoria de Gaitán

Por eso hoy, al lado del Nemqueteba, que remplazó al edificio Agustín Nieto, demolido en 1965, -según el historiador Barón como “una especie de retaliación histórica del gobierno para eliminar uno de los puntos más representativos de la historia de Bogotá”-, están apretujadas en una pared las 10 placas que recuerdan la memoria de Gaitán. Las corona un dibujo, ‘El Grito del Pueblo’ de autor que no alcanzo a descifrar, pero que captura la grandilocuencia y oratoria, que lo distinguieron y que habría pulido cuando estuvo en Roma, especializándose en derecho penal, gracias a ver de cerca los gestos y actitudes de Benito Mussolini, en boga esos años.

“Sobre esta línea se situó también el afán con que Gaitán quiso trabajar sobre su voz y sus expresiones gestuales, tomando como ejemplo precisamente la vocación oratoria de Mussolini, sus posturas, tonalidades de voz y su destreza mezclada a una personalidad seductora: calidades y técnicas que Gaitán pudo analizar de  manera  directa  fundiéndose  en  la  multitud de las plazas italianas”, reseña Graziano Palamara en ‘La sugestión del mussolinismo en la experiencia formativa de Jorge Eliécer Gaitán’(2015).

A continuación, la fotografía de la placa que contiene un aparte de uno de los discursos más celebres de Jorge Eliécer Gaitán.

Discurso de Gaitán
Apartes del discurso pronunciado por Jorge Eliécer Gaitán en 1936. Foto. Portal Bogotá

‘Aquí cayó Jorge Eliecer Gaitán, Caudillo del Pueblo, 9 de abril de 1948’, reza la placa que ocupa el centro de esta especie de dosier. Al lado izquierdo se destaca un poema, ‘Gaitán’, del vate boyacense Pedro Medina Avendaño, y un poco a la derecha una losa grande y negra, que ocupa la mayor cantidad de espacio, con un aparte de su famoso discurso de 1946 que cierra con “…para luego volver metodizadas al seno de donde han salido las demandas de lo moral, de lo justo, de lo bello, en el legítimo empeño humano de avanzar hacia mejores destinos”.  Un discurso rematado por la rúbrica firme del eminente orador.

Un poco más abajo, casi contra el piso, está un pequeño aviso escrito en mayúsculas.

Placa en honor a Gaitán
Letrero en la pared exaltando la memoria y calidad de mártir de Jorge Eliécer Gaitán, muerto el 9 de abril de 1948. Foto: Portal Bogotá

Hecho en un rojo liberal-sangre de toro, el epitafio se resiste a dejarse opacar por los brochazos del paso del tiempo, como queriendo luchar contra el olvido y la indiferencia que traen los años: “JORGE ELIECER GAITAN: MARTIR DE LA PAZ