Cinco historias ocultas de Bogotá

Bogotá
Bogotá encierra múltiples historias ocultas a lo largo de sus cuatro siglos.
Publicado:
13
Dic
2018
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Desde la fundación de Bogotá han transcurrido más de cuatro siglos, y por sus calles han pasado los personajes más importantes y han sucedido los  eventos más memorables del país. Entre tanto, la ciudad evolucionó hasta convertirse en lo que es hoy: una capital multicultural y con gran proyección en diferentes ámbitos.

Aunque son ampliamente conocidas historias como la fundación de la ciudad y sus  12 casas; el florero de Llorente que desencadenó la Independencia, o el Bogotazo, que cambió el panorama político del país, también hay cualquier cantidad de historias que el paso del tiempo ha olvidado y que hoy queremos desempolvar para ti.

La historia del Himno de Bogotá

No empieza un clásico en el Campín sin que suenen sus estrofas, y los niños de todos los colegios bogotanos lo entonan en las izadas de bandera. Pero, ¿cómo nació el himno de nuestra ciudad y uno de nuestros símbolos más importantes? A mediados de los años 60 el Distrito abrió una convocatoria pública a través del acuerdo 71 de 1967 con el fin de adoptar el himno oficial de la capital.

Se ofreció un premio de 50.000 pesos. Los ganadores fueron Pedro Medina y Roberto Pineda Duque, autores de la letra y música respectivamente. Después, a través del decreto distrital número 1000, el alcalde Aníbal Fernández de Soto oficializó en agosto de 1974 el himno de Bogotá, cuya primera estrofa comienza así: "Entonemos un himno a tu cielo, a tu tierra y tu puro vivir". Desde entonces, no hemos dejado de escuchar y cantar esta melodía que nos hace orgullosos de vivir en la capital del país.

El avión que no voló

Con motivo de la Primera Feria Internacional de Bogotá, en 1910, varias personas presentaron exhibiciones para el evento. Los bogotanos Rosas y Castillo compraron un avión en Francia y lo trajeron con el plan de pasar a la historia como los primeros colombianos en volar en un aeroplano.

En la Feria, ubicada en donde hoy está el parque de la Independencia, exhibieron al Breliot, como se llamó al avión. Este debía ser tripulado por José Cicerón Castillo “Jotacé”, quien había estudiado pilotaje de aeronaves en Nueva York. Lo curioso es que aunque el aeroplano voló en todos los vuelos de prueba,  llegado el gran día, el motor se inutilizó irreversiblemente. A pesar de que fueron muchos los esfuerzos para ponerlo de nuevo en marcha, ninguno dio resultado. Así, el que estaba destinado a ser el primer avión en sobrevolar Bogotá con tripulación colombiana terminó pudriéndose en el club El Polo, en el norte de la ciudad.

¿Cómo trastear un edificio?

Cada vez que se cuenta esta historia resulta insólita, muchos la atribuyen a la ficción pero, de hecho, ocurrió. Un edificio fue cambiado de lugar en Bogotá. Con un peso aproximado de 4.800 toneladas el edificio Cudecom ubicado en la calle 19 con avenida Caracas fue construido en 1955.

En los años 70, casi dos décadas después de su construcción y debido a la necesidad de conectar el occidente con el centro de la ciudad, el Cudecom fue trasladado 29 metros durante 9 horas con la ayuda de un equipo de 400 personas encabezado por el ingeniero Antonio Páez, quien diseñó un plan basado en el estudio de los cimientos y un mecanismo que pudiera mover la estructura al nuevo punto de referencia. Esta hazaña mereció el Premio Guiness por el objeto más pesado jamás movido hasta entonces.

La historia perdida

Donde hoy se levanta el Capitolio Nacional, hubo en el pasado un edificio de suma importancia para el país. Se trata del Palacio Virreinal, una imponente edificación de dos pisos en su momento habitada por los virreyes Caballero y Góngora, Joseph Solís Folch de Cardona, y Pedro Messía de la Zerda.

En 1786 el Palacio se incendió y junto a él se perdieron innumerables y valiosos documentos que formaron parte de nuestra historia. Entre ellos el acta original de la fundación de Bogotá, escrita de puño y letra por Gonzalo Jiménez de Quesada, y las primeras leyes que se expidieron en la actual Colombia, de las que no existe copia alguna.

El primer conjunto vallenato de la capital

El género musical más emblemático de la historia colombiana (y patrimonio inmaterial de la Humanidad) tuvo sus orígenes en la costa Atlántica. Sin embargo, con el paso de los años terminó conquistando todo el territorio y más aún, ganando seguidores en distintos países. A pesar de ser central y fría, Bogotá no fue inmune al sonido del acordeón al punto de abrir paso a la creación del primer conjunto vallenato del altiplano cundiboyacense.

Julio Torres y un grupo de sus amigos en el barrio Ricaurte conformaron en 1948 “Los Alegres Vallenatos”. Juntos grabaron varios éxitos entre ellos: "El aguacero", "Mi totuma" y "Los camarones", dedicada a la reina de belleza Myriam Sojo Zambrano, y "Pomponio". Una carrera que estaba en su mejor momento fue cortada de repente pues Torres se ahogó en Cartagena en enero de 1950; tenía 23 años.