Hoy Jueves Santo, los católicos conmemoran la institución de dos Sacramentos: la Eucaristía y el Orden Sacerdotal

Publicado:
27
Mar
2013
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Los creyentes se reúnen para celebrar la solemnidad de la  Santa Misa. Uno de los actos centrales es el  Lavatorio de los pies, en el cual Cristo,  en acto de servicio, destaca como muestra del amor fraterno a sus discípulos, empezando por los más  humildes y los más necesitados. 

Según los expertos, “El simbolismo del Lavatorio es muy profundo: el anfitrión de la Cena, que es Cristo, invita a los que están por debajo de él, sus discípulos. Lo hace con todos los honores, lavándoles los pies, no tiene criados ni esclavos que hagan este menester, sino que lo hace él mismo. El anfitrión del Jueves Santo es el obispo o el sacerdote quien, en imitación a Cristo, invita a la Santa Cena”. 

Después de la Eucaristía se celebra el lavatorio de los pies, para el que tradicionalmente se han elegido pobres como mendigos.  Luego del lavatorio viene la gran solemnidad eucarística, que se anticipa ya en las antífonas: donde hay caridad y amor, allí está Dios. 

Se lleva solemnemente la Eucaristía al altar secundario que ha sido adornado como “monumento”, que en algunas iglesias, adornan, especialmente, con las palmas del Domingo de Ramos, que los fieles prestan. 

Se cantan los grandes himnos eucarísticos, en especial el eterno “Pange lengua”, compuesto por santo Tomás de Aquino. Hoy se cantan todas las estrofas, de las que el “Tantum ergo” es la más conocida; y el “Mandatum novum do vobis” “Os doy un nuevo mandamiento, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. 

En muchas ciudades y poblaciones donde los Monumentos a la Eucaristía alcanzan un valor estético extraordinario, los fieles dedican esta noche y la mañana del Viernes a visitar las iglesias.