Finaliza agosto y su despedida trae uno de los fenómenos naturales más atractivos y especiales no solo para los astrónomos y científicos que quieren entender el universo, también para aquellas personas que ven en nuestro satélite natural la Luna un símbolo de romanticismo, metáfora y superstición.
Este 30 y 31 de agosto, por partida doble, los terrestres podremos ver la llamada superluna azul, la próxima de las cinco lunas llenas con nombre propio que quedan en este 2023.
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¿Qué es una superluna azul?
La agencia espacial de la Nasa explica que la superluna ocurre cuando, en época de Luna llena, la órbita del satélite se encuentra más cerca de la Tierra, fenómeno conocido como perigeo, opuesto al fenómeno del apogeo, cuando la órbita es más distante entre ambos cuerpos del sistema solar.
La superluna es el nombre que se le da al satélite cuando en su recorrido elíptico alrededor de la Tierra suele quedar aproximadamente a unos 363.300 kilómetros.
Como está en fase de Luna llena, nuestro satélite se ve más brillante de lo normal. Científicos afirman que aproximadamente se ve un 16 por ciento más brillante y alrededor de un 14 por ciento más grande.
Lo más sorprendente es que en agosto de 2023 sucederá dos veces seguidas. Según el Planetario de Bogotá, durante las noches del 30 y 31 de agosto, el satélite natural se verá más grande y brillante de lo habitual.
En este post de Instagram el Planetario de Bogotá nos explica de forma didáctica qué es la superluna azul y cómo verla:
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La Luna azul ocurre cada dos o tres años, por eso no te pierdas este fenómeno ya que, según el calendario lunar, se volverá a presentar en mayo de 2026. La próxima Superluna del año será el 29 de septiembre.
Orígenes del término
La misma Nasa dice que el término fue mencionado por primera vez por el astrólogo Richard Nolle, en 1979.
El término original en inglés es Blue Moon y a través de la cultura se relacionó más con estados de ánimo y melancolía, a través del arte, pero los científicos afirman que no tiene nada de triste y menos de azul.
Según otros, el nombre de la Luna Azul apareció por primera vez en 1946, cuando en la revista Sky & Telescope James Hugh Pruett publicó una nota cuyo título era "Una vez cada luna azul", donde aseguró que: “La segunda (Luna llena) en un mes, tal como yo la interpreto, se llama Luna Azul”.
Sin embargo, la denominación puede remontarse mucho más atrás, una deformación de un término usado en la Edad Media. "Belewe", que era "betrayer" (traidor) en inglés antiguo, que era similar a la pronunciación "blue" (azul), lo que generó la confusión entre "Betrayer Moon" (Luna traidora) con "Blue Moon".
Con el paso del tiempo, el uso popular del lenguaje transformó belewe/betrayer en blue, razón por la cual esa "Luna traidora" que aparecía dos veces en un mes pasó de ser conocida como "azul".
Son muchas las civilizaciones que, históricamente, han venerado a la Luna, especialmente cuando está llena, según un texto de la National Geographic. "Así lo hacían las tribus originarias de América del Norte, que atribuían un nombre especial para cada una de ellas; algo que se ha mantenido hasta el día de hoy. El mes pasado pudimos ver la Luna de Ciervo, el 1 de agosto fue la de Esturión, y el 31 llegará la superluna Azul.
De igual forma también se habla de las Lunas roja, fresa, rosa. Con significados culturales diferentes.
¿La Luna se ve azul?
Si bien la Luna se verá más brillante, es importante aclarar que este nombre no tiene nada que ver con el color del satélite, que se mantendrá con el tradicional tono grisáceo natural. Así se fue denominando a la presencia de dos Lunas llenas dentro de un mismo mes algo que sucede en promedio cada dos años y medio.
Normalmente, de acuerdo al tradicional Calendario gregoriano, los meses tienen ciclos de 28, 30 y 31 días. En este caso el ciclo de la Luna es de 29,5 días, un inusual pero esperado desacople entre los calendarios gregoriano y lunar.
La Nasa afirma que normalmente los meses solo tienen una Luna llena, pero a veces aparece una segunda. "Las lunas llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses tiene 30 o 31 días de duración, por lo que es posible que quepan dos lunas llenas en un solo mes. Esto ocurre cada dos años y medio".
Lo bueno es que, si el clima acompaña y está despejado, podrá verse en todo el mundo sin mayores problemas.
Para poder disfrutar mejor la observación del fenómeno en Bogotá, o mejor a las afueras de ella, los expertos recomiendan ubicarse en zonas que no cuenten con demasiada iluminación artificial.
De igual manera afirman que no es necesario usar binoculares y telescopios, aunque su empleo ayudaría a ver de una manera más detallada el satélite, sus cráteres y otras características. Así podrás confirmar que no tendrá nada de azul la Luna.
En esta época el cielo está despejado y la observación resulta mucho mejor. Sin embargo, las condiciones pueden variar en Bogotá, por lo que es conveniente consultarlo Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático- IDIGER.