“Hay que hacer todas las ferias, que no se cancele ni una sola": Alcaldesa
Corferias lanzó su calendario 2021, junto a la estrategia “Ferias 4.0”, como parte de la estrategia de ciudad y de país para la reactivación económica.
Daniel Febres Cordero
Durante el anuncio de “Ferias 4.0” el miércoles 2 de junio de 2021, en el marco del Día Internacional de las Ferias, la alcaldesa ofreció unas palabras para apostarle al compromiso de salir juntos de la crisis social, económica y de legitimidad a través de la reactivación económica.
A continuación el discurso dado por la alcaldesa Claudia López:
Muchísimas gracias a todos y a todas, a nuestros empresarios, los gremios que están aquí presentes. La señora ministra de Comercio, muy bienvenida, un gusto seguir trabajando con usted en esta tarea que hemos venido adelantando. Al señor ministro de Ambiente, un placer volverlo a ver, estamos trabajando en muchos temas juntos. Por supuesto a nuestra Cámara de comercio y a Corferias.
Qué gusto volver aquí para refrendar nuevamente el compromiso que tenemos todos de salir juntos de esta enorme crisis social y económica por la que estamos atravesando. De este estallido social, de esta crisis que en realidad son tres al tiempo. Hay una crisis social, sin duda, por la pobreza, hay una crisis económica por el desempleo y hay una profunda crisis de legitimidad. Profunda, tal vez más profunda que la del desempleo. Y hay una decisión de la sociedad colombiana y las nuevas generaciones por el cambio, el cambio es imparable. No tengan duda de esto. Necesitamos un rescate social, una reactivación del aparato productivo y empresarial, que es la mejor máquina de inclusión social y productiva que tiene Colombia. Para que genere empleo, oportunidades e ingresos.
Pero también se necesita perdón y enmienda para poder tener la reconciliación, para poder volver a generar lazos de confianza que nos permitan recuperar todas las instituciones, públicas y privadas, la confianza y legitimidad de nuestros ciudadanos para trabajar en conjunto. Sin confianza y legitimidad, no hay trabajo en equipo, no hay acción colectiva, y sin estas últimas no hay productividad, no hay recuperación que valga.
Todas las encuestas que han publicado sobre los ya 34 días de movilización ciudadana indican que Bogotá es la ciudad que más apoya el cambio, que más apoya esta movilización, que más está dispuesta a continuarla, y que más optimista es sobre esta crisis y que no solamente saldremos bien sino mejores. Eso creen los ciudadanos a quienes representamos, ustedes desde el sector productivo, nosotros desde el público. Es lo que la ciudadanía espera de nosotros. No es que volvamos al pasado, claro que es brutal tener 21 millones de pobres.
Cuando no había pandemia ni límites al funcionamiento del aparato económico, teníamos 18 millones de pobres, eso ya era inmoral e inaceptable. Por supuesto que es terrible tener 21, o sea tres más en un año. Ya éramos uno de los países más desiguales e inequitativos del mundo. No creamos que basta con reactivar para volver al mismo pasado en el que estábamos hace un año. No es a eso a lo que aspiran los ciudadanos y no es eso lo que nos van a permitir.
Aspiran a un cambio genuino, a un nuevo contrato social y ambiental que tendrá que pasar tarde o temprano por un nuevo pacto fiscal. Los justísimos reclamos son de educación de calidad, pertinente, oportuna, gratuita. De acceso a los empleos del Siglo XXI, de desarrollo sostenible. De que podamos seguir construyendo en Bogotá un sistema de transporte basado en una red eléctrica de metro, limpia, digna; que sea alimentada por una red de buses eléctricos. Bogotá es la única ciudad de América Latina que ha aprobado no por decreto de su gobierno sino por acuerdo de su Concejo la emergencia climática en la ciudad. Y ha decidido que va a hacer las inversiones necesarias para que su transporte público migre a las energías renovables y sostenibles.
Estamos haciendo el POT para que Bogotá tenga una ruta clara y podamos construir en el espacio privado y en el espacio público una ciudad que se adapte y mitigue el cambio climático. No simplemente que lo siga viendo y padeciendo sus consecuencias, que construya edificaciones capaces de retener y reutilizar el agua. Que construya espacios verdes, que proteja su Estructura Ecológica Principal, empezando por los humedales.
Que proteja su sistema de páramos. ¿Por qué es Bogotá la capital de Colombia y el principal centro productivo del país si está a 2.600 metros de altura, en medio de tres cordilleras, a mil kilómetros del puerto más cercano? Porque a 3.500 metros tenemos el sistema de páramos más grande -no de Colombia- del planeta Tierra. Gracias al cual tenemos agua pura y por gravedad, a un costo mínimo. El día que Bogotá tenga que bombear agua 2.600 metros para arriba, se acaba. No importa que tan buen empresariado tengamos o qué tan buenas inversiones hayamos hecho, el costo de vivir en esta meseta sería prohibitivo.
Por eso no podemos dejar de hacer lo importante, como atender la emergencia climática, como adaptarnos y mitigar el cambio climático, como promover las industrias 4.0 y las industrias creativas. Venía de un evento con el ministro de Cultura. Hoy anunciamos que tenemos ya reglamentados con inversión pública 12 Distritos Creativos de Bogotá, que hacen parte de los 50 que habrá en el país.
Muchos premios nobel a lo largo de la historia han tratado de responder la pregunta: ¿de dónde viene la riqueza?, ¿qué la genera? El más reciente se lo ganó por demostrar que no viene de las máquinas, ni de las innovaciones tecnológicas ni de los chips, viene de las ideas.
De esas cosas únicas que cada ser humano puede transmitir: creatividad, comunicación, la educación, empatía, acción colectiva. Esas cosas que hacen a la humanidad única como especie serán aún más valiosas en la era de la inteligencia artificial.
Por eso las industrias creativas, y por eso el acuerdo de emergencia climática, y por eso seguir construyendo la red de metro, y seguir transformando TransMilenio para que tenga buses eléctricos, y por eso el POT para que protejamos la Estructura Ecológica Principal y tengamos nuevas normas de construcción que nos permitan ser resilientes frente al cambio climático, pero también responder a dónde van a estar las viviendas, los trabajos, las empresas, los emprendedores que llegarán a generar empleo.
Por eso el propósito de que dejemos de ser una ciudad de dos horas a que pasemos a ser una ciudad de 30 minutos. Para eso tenemos que lograr construir una ciudad donde uno no viva en un lado y tenga que ir dos horas para trabajar a otro. Tenemos que ser capaces de construir los incentivos urbanísticos, tributarios, que nos permitan redistribuir viviendas a sitios que ya tienen aparato productivo, pero no tienen vivienda cerca. O llevar oportunidades de empleo a donde ya tenemos población en alta densidad.
Parte de la maravilla de las ferias es esa oportunidad de encontrarnos, de comunicarnos, de ver qué innovaciones se están generando, cómo podemos compartirlas, cómo podemos emular. Posibilidad de encuentro, de descubrir de compartir, de innovar. Estas ferias 4.0 combinan lo mejor del mundo presencial con lo mejor del virtual. De aquí en adelante, las ferias van a combinar lo mejor del mundo presencial con lo mejor del virtual.
Pero tengamos claro que los ciudadanos esperan no es que volvamos a donde estábamos hace un año, sino que evolucionemos hacia esa sociedad incluyente, respetuosa, sostenible, creativa, innovadora.
Si somos capaces de asegurar un flujo mínimo diario de 60.000 vacunas día, en 50 días podemos alcanzar el 70% de la población vacunada y en 100 días, totalmente inmunizados.
Porque en vez de encontrarnos 10 días al año para un tema, podemos encontrarnos todos los días del año para diferentes temas con diferentes plataformas. Por esa capacidad de adaptación, de perseverancia e innovación es que Bogotá puede generar no sólo su propia reactivación sino la de Colombia.
Si somos capaces de asegurar un flujo mínimo diario de 60.000 vacunas, en 50 días Bogotá puede tener al 70% de su población vacunada. Y en 100 días podemos estar totalmente inmunizados. Ese es el elemento más importante de la reactivación: asegurar ese nivel de vacunación. Empezamos poniendo 5.000 vacunas al día, hoy vamos en 52.000 vacunas día
Y si tenemos que crecer más, podemos crecer más.
Entre más avance la vacunación, más a fondo podemos ir con la reactivación, y con todas las oportunidades y la generación de empleo que trae. Nos hemos defendido con lo que teníamos en cada momento, pero el remedio es la vacuna. Eso implica un esfuerzo colectivo: el Gobierno Nacional es quien compra las vacunas, nosotros las aplicamos.
Como parte del rescate social, ayer hicimos con el SENA el acuerdo más grande que ha hecho la Alcaldía con el SENA para educación de jóvenes y mujeres y el más grande que hecho el SENA con cualquier ente territorial en sus 60 años de historia. Sólo este año estamos formando a 100.000 mujeres y jóvenes para que tengan las habilidades que ustedes los empresarios están buscando. Y vamos a hacer un segundo acuerdo. Todavía pasa que hay chicos que aplican porque quieren formarse y no encuentran cupo. Mientras eso pase, tenemos que seguir creciendo. No podemos permitirnos el desperdicio ni de uno solo de nuestros jóvenes.
Eso que llamamos pobreza y desempleo al final es el peor desperdicio: el del talento de un ser humano. En ningún momento de la historia tendría sentido, pero ahorita, menos. Este año Bogotá hará el plan de rescate social más grande de su historia, por 8,5 billones de pesos. Y si logramos que en ese pacto fiscal nuevo que estamos tratando de hacer como sociedad, nos levanten las condiciones para tener una mejor deuda destinada a inversión social.
Bogotá debe cada 3 pesos de su PIB, el Gobierno Nacional debe 65 de cada 100 pesos de su PIB. Todavía tenemos una enorme capacidad de inversión para generar más empleo, oportunidades, innovación. Para formalizar más empresas, sobre todo pequeñas empresas. Sólo este año vamos a formalizar 10.000 empresas, vamos a apoyar a 61.500, vamos a generar 300.000 empleos; más todo lo que ustedes van a hacer en el sector privado.
Yo soy una de esas ciudadanas optimistas que cree que de este momento difícil podemos salir no solo bien, pacíficamente, sino mejores. Con mejores fundamentos económicos, un mejor pacto fiscal, un mejor nivel de productividad, una mejor planeación urbana, un mejor sistema de transporte, una mejor educación.
Y con un sistema de cuidado. En América Latina, la seguridad social de la informalidad se llama el trabajo de cuidado no remunerado de las mujeres. Esa ha sido la verdadera seguridad social a falta de un sistema de pensiones y seguridad social que cubra a la población. El sistema de seguridad social del 60% de los colombianos y bogotanos que trabajan en el sector informal se llama el cuidado no remunerado de las mujeres, es decir, la pobreza de las mujeres. Porque las mujeres que tienen que gastarse la vida limpiando, lavando, cocinando, planchando, cuidando de otros y no de sí mismas, sacrificaron por completo tener tiempo para su descanso, para su educación, para su mejor inclusión en el mercado laboral. Ese es el cambio social más importante.
Esas son las expectativas de las generaciones que llevan un mes hablando. Nos piden no solo que nos sentemos en una mesa, sino que hagamos, que actuemos, que tomemos las decisiones que nos lleven a construir muy rápido, esa inclusión social, productiva y democrática que están reclamando.
Y Bogotá tiene todo para eso: un aparato productivo maravilloso, un empresariado que lidera prácticamente todos los temas, las iniciativas de desarrollo sostenible, entre otras. En este cuatrienio vamos a duplicar el número de mujeres que trabajan en la construcción, para dar solo un ejemplo de innovaciones que tenemos con el sector privado. Vamos a crecer en industrias 4.0 e industrias creativas. Hace dos años no teníamos un solo Distrito Creativo, hoy tenemos 12 y la cuenta va a seguir. Tenemos todo para honrar el deseo de cambio.
Sé que la Cámara Colombiana del Libro y Corferias están sopesando si hacer o no la Feria del Libro. ¡Claro que hay que hacer la feria del libro! Hay que hacer todas las ferias. Que no se cancele ni una sola. Ya vamos en 26, ojalá se nos ocurran 10 más. Debemos hacer la feria de las industrias creativas. Y que trabajemos juntos para que el año entrante hagamos muchas más. Ferias de las nuevas empresas, de los nuevos emprendimientos, de los nuevos sectores económicos que harán parte de este cambio histórico que nos están pidiendo los jóvenes y los ciudadanos de Bogotá.