Gracias a un convenio entre la Secretaría de Educación y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) los puestos y todo el mobiliario de oficina viejos están siendo remplazados y entregados a la población recicladora de la ciudad.
De acuerdo con la Secretaría de Educación en el último año más de 100 mil elementos escolares y de oficina han sido reciclados.
“Vamos a darles una buena destinación final para contribuir al medio ambiente. Eso es lo que más me gusta de este oficio: ayudamos al saneamiento básico para que no lleguen tantas toneladas de desperdicios a Doña Juana”, señaló Paula Rengifo, recicladora de oficio que se ha beneficiado de este proyecto.
Ella adelanta su trabajo en el colegio Antonio Van Uden hace más de un año.
Más de 370 familias de 7 organizaciones de recicladores de Bogotá se han visto beneficiadas de este convenio que busca disponer correctamente del mobiliario escolar en desuso.
Con programas como estos la Alcaldía de Enrique Peñalosa busca garantizar a los recicladores de oficio el acceso cierto y seguro al material aprovechable que se genera en los colegios oficiales.
Este convenio entre en vigencia en marzo del año pasado, desde ese momento han sido entregados a los recicladores 106.634 elementos escolares y de oficina de más de 200 colegios oficiales, 12 Direcciones Locales de Educación y la oficina central de la Secretaría de Educación del Distrito.
“Clasificamos de acuerdo al material. Por ejemplo, de las sillas separamos las que tienen tablones de madera para dejar solo el hierro para fundición y la madera se usa para hacer carbón. Los que tienen plástico también lo separamos porque es propileno de alta, lo llevamos a un molino que está en el centro de reciclaje de la Alquería y ahí se hace la pretransformación de ese material. En cuanto al material hecho con aglomerado actualmente no lo podemos procesar, pero ese material sirve para hacer abono”, explicó Paula Rengifo.
El grupo de Paula, uno de los 7 que actualmente hacen parte del convenio entre la Secretaría de Educación y la UAESP, recogió el año pasado algo más de 25 toneladas en mobiliario escolar y de oficina que ya cumplió su vida útil y que, gracias al trabajo de los recicladores de Bogotá, causarán un impacto ambiental menor en esta ciudad comprometida con el cuidado del planeta tierra.