¡Aquí sí pasa! Bogotá, mi Ciudad, mi Casa marca un hito global en democracia deliberativa. La voz de la ciudadanía ahora orienta la reglamentación de los Ciclos Deliberativos, espacios donde las decisiones públicas se construyen con y para la gente.
Si te interesa leer: Conoce cómo funcionan los Fondos de Desarrollo Local en Bogotá
El proceso inició con una convocatoria dirigida a más de 51.000 habitantes de Bogotá, de los cuales 2.113 manifestaron su interés en participar. A partir de este grupo, fueron seleccionadas 70 personas asambleístas mediante un proceso de sorteo y concurso. Con este ejercicio, Bogotá da un paso firme hacia una participación ciudadana que deja de ser un discurso para convertirse en transformación real.
“Los Ciclos Deliberativos son la mejor muestra de que la democracia puede ser más participativa, cercana y útil cuando las personas tienen un papel real en las decisiones que afectan sus vidas”, expresó el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero Ardila.
¿Qué es un ciclo deliberativo y por qué es clave para Bogotá?
Un ciclo deliberativo es un proceso en el que un grupo diverso de personas se reúne para:
1. Recibir información clara y verificada sobre un tema de ciudad.
2. Escuchar diferentes miradas, con respeto y apertura.
3. Dialogar y construir acuerdos, pensando en soluciones colectivas.
Deliberar no es votar
Cuando votamos, escogemos entre opciones ya definidas. Cuando deliberamos, construimos opciones nuevas de manera conjunta.
Deliberar no es levantar la mano para decidir rápido: es sentarse a conversar, analizar, informarse y acordar en colectivo.
¿Por qué son importantes para Bogotá?
Bogotá es una ciudad de más de 8 millones de habitantes, diversa, compleja y en constante transformación. En este contexto, los ciclos deliberativos son clave en cinco escenarios:
1. Enriquecen las decisiones públicas: permiten que, antes de decidir sobre temas de ciudad, se escuchen voces diversas que aportan miradas que a veces no están en los diagnósticos técnicos o políticos.
2. Promueven la inclusión: las personas participantes son seleccionadas aleatoriamente, garantizando diversidad de género, edad, territorios y condiciones sociales. Esto evita que opinen “los mismos de siempre” y asegura que la mesa represente realmente a la ciudad.
3. Fortalecen la confianza en lo público: al abrir espacios donde la ciudadanía puede informarse, dialogar y ver cómo sus aportes inciden en políticas concretas, aumenta la credibilidad en las instituciones y en el ejercicio democrático.
4. Permiten construir consensos en medio de la diversidad: la deliberación ayuda a encontrar puntos comunes y propuestas compartidas que reflejan acuerdos colectivos.
5. Van más allá de la opinión rápida: en una ciudad acostumbrada a consultas, encuestas o votaciones, los ciclos deliberativos dan un paso más: ofrecen tiempo para informarse, escuchar y reflexionar antes de proponer soluciones.
No te vayas sin leer: Cuidado con los cobros indebidos en servicios de protección y bienestar animal
Los Ciclos Deliberativos son una oportunidad para que cada habitante de Bogotá vea reflejada su realidad y sus ideas en las decisiones de ciudad.







