Crónica: Así se vive una entrega de ayudas del Distrito

5·JUN·2020
Así fue la ayuda humanitaria para 600 familias del tradicional barrio San Bernardo, en pleno centro de la ciudad
Entrega de mercados
Solidaridad, el 'arma elegida' para afrontar la pandemia

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5:30 a.m. del 24 de mayo de 2020. Un duchazo con agua fría como es costumbre, ropa acorde a la madrugada y un café caliente antes de salir de casa. ¡Ah!, y por supuesto, el kit del momento: tapabocas y alcohol, para evitar la propagación del Covid-19. 

La ruptura del Alistamiento 

7:00 a.m. Inicia la concentración de cerca de 100 voluntarios de diferentes entidades del Distrito, en la sede la Secretaría Distrital del Hábitat, institución encargada de liderar la jornada. 

Desde la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano D.C., atendimos el llamado a ser parte del equipo de voluntarios para llevar las ayudas humanitarias a la población del tradicional barrio San Bernardo, y cómo no hacerlo, si es una de las poblaciones con las que más contacto hemos tenido en los últimos tiempos, gracias al trabajo social adelantado en el sector para el desarrollo del plan parcial San Bernardo – Tercer Milenio. 

El Recorrido 

8:30 a.m. Los carros de varias entidades del Distrito arrancan concentrados en una misma misión: llegar con ayudas alimentarias para 600 familias del centro de la ciudad. El miedo al contagio se esfuma acatando las medidas de prevención y con la satisfacción de saber que eres el canal, para extender una mano a los que más lo necesitan, en este aislamiento preventivo para mitigar la propagación del Coronavirus. 

Un recorrido que, en un día normal, duraría alrededor de 40 minutos, duró menos de 15 gracias a la quietud de la ciudad, algo así como un 25 de diciembre o un primero de enero. El tiempo pasa lento, como disfrutando de una tensa calma, pero tal vez necesaria, muy necesaria, para darle un respiro al planeta. Mientras tanto, los voluntarios en representación de toda la Administración Distrital, apoyamos el programa Bogotá Solidaria en Casa, para que ningún habitante de la ciudad pase necesidades. 

 

 

En terreno 

¡Llegó la hora! Organizados en cuatro grupos, se distribuyeron los cuadrantes a atender, liderados por los colaboradores de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano D.C., quienes conocen muy bien el sector.  

Iniciamos en los pagadiarios que colindan con la calle 6, justo en frente al monumental parque Tercer Milenio, ese mismo que, por estas épocas de cuarentena, se encuentra absolutamente desolado. 

Cientos de rostros nos miraban, con esos ojos que hoy se acentúan más, por el uso del tapabocas. Ojos que expresaban tristeza, rabia, impotencia, angustia, desolación, tal vez dolor. Muchos de esos ojos, idos y perdidos en la adicción a las drogas, esa enfermedad que no mide estratificación, raza, sexo, preferencias políticas, edad. Y por esto, aún más se hizo importante esta ayuda humanitaria, porque es una población que vive de una economía del día a día, una economía informal.  

En todos los momentos pasaron por nosotros, un sinnúmero de sensaciones durante esta ayuda humanitaria, gracias a las personas que expresaban en su hablar nobleza, carácter, furia, agresividad, ternura, incluso amor. Muchas sensaciones encontradas. 

 

 

 

La moraleja 

En medio de la entrega de mercados, un arquitecto y compañero de la Empresa sacó, creo, la mejor de las sonrisas de toda la jornada, pues quedamos sorprendidos al verlo y escucharlo entonar ‘Ojos Azules’, canción andina compuesta por el boliviano Gilberto Rojas Enríquez, en el año 1947, con uno de los habitantes del sector.  

“Ellos muchas veces están sumidos en ese mundo, un mundo fuerte en el que los ataques, son el pan de cada día y se olvidan de escucharse, de hablarse. Ellos necesitan mercados, pero en el fondo y de manera desesperada, están pidiendo 30 segundos de atención”, aseguró el voluntario y protagonista de la conmovedora escena.  

Así culminamos una gran jornada de ayuda humanitaria, en donde 600 familias que, viven en pagadiarios, trabajadoras y trabajadores sexuales, vendedores informales, entre otros, del barrio San Bernardo, en la localidad de Santa Fe, recibieron ayuda en este aislamiento preventivo.  

No queda más sino agradecer a los cientos de servidores que han hecho posible que 529.800 familias de toda la ciudad, hayan recibido los beneficios del programa #BogotáSolidariaEnCasa.