Entre 2016 y 2017 cerca de 27.900 jóvenes han sido atendidos por el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y Juventud (Idiprón). Muchos de los funcionarios que han hecho posible que niños y jóvenes decidan recibir atención, han estado vinculados por décadas a la entidad. Aseguran que cada vez que logran sacar a una persona de las calles, reafirman su pasión por esta misión.
Aliria Beltrán cumple 36 años de estar trabajando en Idiprón, por lo cual recibió la Medalla Cívica 'Ciudad de Bogotá' de manos del alcalde Enrique Peñalosa. Inició en esta labor desde que se graduó del colegio. Hoy, con una maestría en educación, continúa recorriendo desde las 5:30 de la mañana, las calles de Bogotá junto a otros 'ángeles azules' para rescatar a quienes la habitan.
"Con frases como, gracias profes, cuchos, cuchas, tías, mamá, Dios les bendiga, en la buena y me acaban de salvar, nos motivan a continuar con esta labor tan gratificante", cuenta Beltrán.
Actualmente dos grupos, en los que trabajan cerca de 100 funcionarios, operan en territorio con habitantes de calle y con personas en riesgo de habitarla. Ellos llegan hasta los sitios más oscuros y apartados de la ciudad, debajo de los puentes, casas abandonadas, semáforos y separadores, para contactarlos.
"Todos los días con integrantes de mi grupo 'Operación amistad', que lo conforman 30 personas, entre profesionales y facilitadores, hacemos el recorrido. También trabajamos en las tardes y noches", explicó Aliria.
Estas acciones se realizan en las zonas norte, sur, centro y occidente de la ciudad. Los Mártires, Santa Fe, La Candelaria, Puente Aranda, Kennedy, Antonio Nariño y Ciudad Bolívar, son las localidades que más visitan.
“A uno no lo salva sino quien lo ama. Y desde la madrugada se puede ver a Aliria con su grupo caminando por Bogotá, demostrándole a los habitantes de calle que hay gente que los quiere, y que la Administración está deseosa de brindarle las mejores oportunidades para que salgan adelante,” destacó Wilfredo Grajales, director del Idipron.
Con buses y camionetas trasladan a los centros de protección a unas 300 personas todos los días, allí pueden bañarse, alimentarse, también reciben ayuda psicosocial y talleres ocupacionales. Muchos de ellos deciden quedarse y es cuando inicia su proceso de recuperación.
Según informó el alcalde Enrique Peñalosa, en esta Administración se han duplicado los recursos para la atención a esta población. De acuerdo con datos de la Secretaría de Integración Social (Sdis), de los $ 193.000 millones que se invertirán en todo el cuatrienio para la recuperación de habitantes de calle, más de 33 mil serán para Idiprón: un 72 por ciento más que años anteriores.
De igual forma, para todas las acciones estratégicas de prevención del fenómeno de habitabilidad en calle, el Idiprón destinó una inversión de $87.181 millones para el cuatrienio. Entre las que se encuentran la atención a víctimas y riesgo de Explotación Sexual y Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (Escnna), y menores en riesgo de entrar en conflicto con la ley.
De esta manera se incrementó la oferta de servicios en 17 por ciento durante 2016.
"Tenemos toda la confianza en que podemos lograr que nuestros jóvenes salgan de las calles. Sabemos que todas las situaciones que han afrontado han sido muy difíciles, por eso estamos trabajando para que sientan por parte de nuestras entidades un verdadero apoyo", señaló el alcalde.
Según Aliria, desde su campo ha visto cómo la presencia de niñas y niños en las calles, ha disminuido desde la intervención del Bronx.
"Reconocemos la capacidad de decisión del alcalde, era tan triste ver cómo estos pequeños y jóvenes entraban a 'las puertas del infierno', como ellos mismos lo llamaban, ante la mirada indiferente de todos", aseguró.
"Luego del operativo del Bronx, atendimos 1.644 niños, adolescentes y jóvenes, de los cuales 550 continúan el procesos con nosotros", aseguró Peñalosa.
Como Aliria, muchos funcionarios trabajan a diario en campañas de sensibilización, actividades lúdicas, pedagógicas y de corresponsabilidad, para motivarlos a que se acojan a los diferentes programas que le ofrece el Distrito.
“Ellos los han atendido durante muchísimos años. Las tías, que son las que los consienten con la comida, los que los atienden en la puerta y el gran grupo de profesionales, todos ellos hacen parte del proceso de cada persona que recuperamos de la calle”, resalto Grajales.
'El profe se convirtió en mi familia': ex habitante de calle
Para el grupo de funcionarios del Idiprón condecorados el pasado viernes por el alcalde Enrique Peñalosa, el mayor galardón es haber ayudado a tantos jóvenes y niños a salir de las calles.
Mientras eran nombrados uno a uno para recibir la Medalla Civil ‘Ciudad de Bogotá’, un grupo de ex habitantes de calle, y entre ellos algunos que estuvieron en riesgo de habitarla, aplauden, mientras otros toman fotos con sus celulares. Los jóvenes saben que esa distinción es más que merecida.
Uno de ellos, Alejandro Echeverri, de 22 años, quien faltó esa mañana a su trabajo, no para 'parchar', como lo habría hecho años atrás. Ese día pidió permiso para acompañar a Giovanni Cock a la premiación, en la que se le otorgó la Medalla Civil ‘Ciudad de Bogotá’, por su arduo trabajo en la Unidad de Atención Integral La Rioja.
Giovanni Cock es el director de la unidad La Rioja, y ha dedicado ocho años de su vida para que jóvenes como Alejandro puedan recuperar lo que perdieron mientras vivían en las calles.
“Cuando uno de mis muchachos culmina el proceso con nosotros y vuelve a reintegrarse a la vida social y familiar para empezar de nuevo, es cuando digo este trabajo en verdad vale la pena”, expresó Cock.
Alejandro es proveniente de Armenia, en donde también vivió en la calle. Cuando llegó a la ciudad, hace tres años, había decidido trabajar e iniciar una nueva vida, pero mientras laboraba en Corabastos continuó consumiendo drogas, las cuales lo llevaron de nuevo a las calles. Un día en compañía de un amigo llegó a las puertas de la Unidad de Protección Integral La Rioja, en donde Cock lo acogió y ha apoyado siempre.
"Él se ganó un espacio en mi corazón", afirma Echeverri, poniendo su mano en el pecho. "A pesar de que ya estoy trabajando y me encuentro en otra etapa de mi vida, nunca ha dejado de preocuparse, si debo llamar a alguien papá sería a él, porque hizo lo que nadie había hecho por mí", agregó.
Cock, graduado en sicología, afirma que nunca ha contemplado la idea de tener otro trabajo, pues asegura que ningún otro empleo le permitiría cambiar drásticamente la vida de alguien como lo hace desde Idiprón.