En medio de la mañana soleada de un viernes de febrero en el centro de Bogotá, en la carrera 7ª con calle 23, un grupo de muchachos con uniformes de colores rojo y negro, en los que se puede leer Convenios Idipron, empiezan a bajar materiales de un camión parqueado en la esquina de este populoso sector de la ciudad, en el que se mezclan transeúntes, ciclistas, vehículos y vendedores ambulantes.
En medio de risas y con mucho ánimo van bajando las pinturas, disolventes, agua, jabón y desengrasantes; en fin, todo lo que necesitan para cumplir con una misión muy especial: devolverle la juventud y con ello la utilidad que tienen las señales de tránsito, que en cada esquina lucen los stickers, grafitis y, en general, las afectaciones producto del vandalismo a que son sometidas diariamente.
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Una campaña para reducir los índices de accidentalidad
Vanesa, Nicolás y Juan son tres de los diez integrantes que tiene esta cuadrilla, todos del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) que, en convenio con la Secretaría de Movilidad del Distrito, adelantan la campaña 'Limpiando señales de tránsito ¡Salvamos vidas!', de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que ha restaurado más de 40.000 señales de tránsito, reduciendo con ello los índices de accidentalidad en toda la ciudad.
Según Carlos Marín Cala, director del Idipron, la meta es llegar a 160.000 señales restauradas y, “Se trata de un convenio firmado entre el Instituto y la Secretaría de Movilidad que busca, además de actualizar la señalización vial, desarrollar espacios laborales que alejen a los beneficiarios del mundo de las drogas, la calle y la delincuencia".
Lo más difícil de despegar son los stickers y los grafitis
Provista de una espátula y disolvente, Vanesa Cuevas se ubica en uno de los semáforos y se dispone a retirar los numerosos stickers o calcomanías, una de las labores que adelanta desde que hace tres meses se unió a estas cuadrillas. “Lo más difícil es despegar los stickers, de resto todo facilito”, dice mientras empieza a manipular con destreza la espátula para afectar lo menos posible la pintura del poste que sostiene el semáforo.
Vanesa es una joven madre, que hace nueves meses encontró en Idipron y en estos convenios una oportunidad para darle un nuevo rumbo a su vida, marcada por las carencias. “Lo más satisfactorio es que me ha cambiado muchas cosas, en lo laboral y mental. Tengo un hijo y quiero tener una buena profesión para darle lo que no tuve. Tener algo estable”, dice orgullosa y agrega que está estudiando belleza y terminando su bachillerato.
En otra esquina, Nicolás Prada, trepado en una escalera, se dedica a dejar como nueva una señal de tránsito doble que indica la velocidad máxima para los ciclistas en ese sector peatonal de la carrera séptima. “Quitar los grafitis es lo más difícil de hacer, porque es una pintura muy difícil. Yo les diría a los muchachos que no lo hagan porque las señales se ven muy mal y ponen en riesgo vidas porque las tapan”, dice.
Gracias a idipron Nicolás dejó atrás 'los malos pasos'
En un comienzo Nicolás sentía miedo al treparse a la escalera, pero ya tiene más confianza, la misma que dice tener desde que llegó a Idipron porque “andaba en malos pasos, cogiendo malos hábitos, en vagancia”. Por ahora, ya bachiller, quiere seguir trabajando y estudiar serigrafía, después costura y audiovisuales, para progresar, “Porque si uno no hace nada entonces se queda, no avanza”.
Por eso este joven bogotano, que hoy vive en Soacha, de acuerdo con el programa, trabaja cuatro días a la semana recuperando señales de tránsito y otros dos días los dedica a estudiar en los distintos cursos que tiene el idipron, diseñados para contribuir en el crecimiento de todos aquellos jóvenes vulnerables que se acercan a pedir una oportunidad para sus vidas.
“Con los muchachos me siento muy orgulloso, y muy agradecido con la vida por haberme brindado la oportunidad de haber estado acá, porque les brindamos un granito de arena para salvar una vida”, afirma Diego Clavijo, el coordinador operativo de Idipron, quien resalta la calidad, la humildad de esos muchachos a los que orienta en el cumplimiento de su misión en las calles, unas calles que ellos conocen como pocos.
Han restaurado más de 40.000 señales de tránsito
En total son 107 jóvenes los que integran las ocho cuadrillas ‘salvavidas’ del idipron, que desde septiembre de 2021 han restaurado 42.634 señales de tránsito haciéndolas visibles para los conductores, peatones y ciclistas, incrementando su seguridad. Un trabajo en el que en ocasiones hay que duplicar los esfuerzos para contrarrestar el vandalismo del que son víctimas las señales verticales, preventivas, reglamentarias e informativas, así como los postes tipo mástil de los semáforos.
“Hay veces que nos dicen que Dios lo bendiga que es muy bueno lo que estamos haciendo. Hay otros que lo tratan mal, que no estamos haciendo nada”, comenta Juan Monsalve, quien un poco más al sur y ya avanzada la mañana, en medio del calor, le da los retoques finales con pintura blanca a una señal preventiva, de la que poco sabía antes pero que ya hoy conoce y valora por la importante función que cumple.
Son aproximadamente 140 señales las que intervienen día a día, con un promedio de 15 minutos por cada una, aunque a veces esos tiempos se duplican por los daños a reparar y por circunstancias especiales. “Precisamente acá en el centro histórico de Bogotá, en La Candelaria, en la mañana, habíamos atendido varias intervenciones y ya al final de la jornada, cuando volvimos a pasar, ya estaban con stickers y grafitis y pues tocó volver a intervenirlas”, recuerda Daniel Clavijo y agrega que en los sectores con universidades, colegios o donde hay mucho comercio son los lugares con más afectación.
Por ahora los jóvenes prestan el servicio de mantenimiento integral de señales en las localidades de Usaquén, Suba y Santa Fe, pero hacen presencia en otras localidades de Bogotá, según el plan de manejado desde la Secretaría de Movilidad que estará vigente hasta diciembre de 2023 y tendrá una inversión total de $10.545.978.600.
¿Cómo ingresar a los convenios?
Los 107 jóvenes que lavan y arreglan las señales, son una parte de los 1.780 que hoy están vinculados con entidades del Distrito en labores como guías de Transmilenio y aquellos que ayudan a reforestar los cerros de Bogotá, entre otros. Los que ingresan a los convenios deben estar vinculados al Idipron a través de sus unidades y tienen que cumplir con el modelo pedagógico académico, no tener comparendos y cumplir con la asistencia. Los responsables de las sedes, UPIS, Unidades de Protección Integral, son los encargados de postular a los jóvenes (hombres y mujeres) que deben cumplir un esquema de 4X2, lo que quiere decir cuatro días de vinculación por dos de estudio.
Así funciona la campaña Limpiando señales de tránsito, ¡Salvamos vidas!, que tiene como actores principales a los jóvenes de Idipron, quienes con su trabajo diario quieren devolverle a la ciudad y a sus habitantes un poco de la gratitud que sienten al terminar cada jornada porque saben que esas mismas calles que los vieron sufrir, hoy les brindan la oportunidad de volver a sonreir por haber reencontrado su camino en la vida.