📹 Conoce los detalles de los hallazgos arqueológicos en obras en Bogotá
En caso de un hallazgo arqueológico, se procede con la identificación del material revisando su densidad, lo cual permite establecer las medidas.
Ginna R. Sánchez
Entre las múltiples actividades que se desarrollan en el curso de una obra de infraestructura, ya sea de construcción nueva, de mantenimiento o de conservación, existe la posibilidad de encontrarse de frente con un hallazgo arqueológico, lo cual es posible prever, de alguna manera, gracias al cumplimiento de la normativa del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
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Estos hallazgos, importantes para preservar el patrimonio histórico de Bogotá, pueden ocasionar algunos retrasos en las obras que se adelantan; los procesos de excavación y revisión son más minuciosos y requieren de mayor cuidado.
Así las cosas, al inicio de las actividades constructivas en un proyecto que, por evaluación previa en la etapa de prefactibilidad se ha determinado como un área con potencial arqueológico, la entidad, a través del Programa de Arqueología Preventiva, y en cumplimiento de la normativa definida por el ICANH, realiza las diferentes fases de acompañamiento a los proyectos.
De acuerdo con la Oficina de Gestión Ambiental del Instituto, en caso de un hallazgo arqueológico, se procede con la identificación del material revisando su densidad, lo cual permite establecer las medidas a implementar para el rescate arqueológico y así salvaguardar este patrimonio.
Aunque el tiempo que exigen las actividades de intervención en los hallazgos arqueológicos varía de acuerdo con su magnitud y complejidad, cada hallazgo exige la aplicación de metodologías científicas para recolectar, asegurar, consolidar y tratar los materiales recuperados con el fin de reconstruir la historia del lugar y de nuestra ciudad.
Harrison Gallego, uno de los arqueólogos que participan en las acciones que se adelantan en el Centro Fundacional de Usaquén, explica: “Estas actividades requieren de un equipo de arqueólogos y ayudantes quienes realizan un trabajo minucioso para evitar afectar el patrimonio, lo que implica la necesidad de realizar excavaciones totalmente manuales, que pueden superar el metro de profundidad, sin apoyo de herramienta mecánica”.
El cuidado de nuestro patrimonio toma tiempo, requiere dedicación y paciencia; no es posible avanzar en el cuadrante de la obra, en la que se hace el hallazgo, hasta que se descarte la posibilidad de encontrar nuevo material.
Una vez el hallazgo ha sido documentado y gestionado, según lo aprobado por el ICANH, lo cual implica un registro detallado de todas las evidencias por medio de fichas, fotografías, dibujos y planos, y luego de que se almacenan y conservan asegurando su integridad, se presenta un informe al Instituto Colombiano de Antropología e Historia, en donde el respectivo documento puede ser consultado por la ciudadanía. A su vez, el material arqueológico quedará en custodia de un tenedor (instituciones culturales) o en casos eventuales del ICANH.
Algunos hallazgos arqueológicos encontrados en proyectos de infraestructura
Durante la construcción de obras en la ciudad, se han hallado evidencias arqueológicas que dan cuenta de los diferentes momentos de ocupación humana, por ejemplo, piezas prehispánicas como elementos cerámicos, instrumentos líticos, contextos funerarios y domésticos, así como coloniales y republicanos en donde se ha encontrado pisos y cimientos de antiguas estructuras, cañuelas y evidencias de antiguos sistemas hidráulicos de la ciudad, entre otros.
En 33 proyectos del IDU se han hallado más de 280 000 piezas arqueológicas. Por ejemplo, en la extensión de la troncal Caracas Sur, se dio un hallazgo arqueológico conformado por más de 182 mil piezas, entre estos, restos óseos, fragmentos cerámicos, así como vasijas completas, entre otros.
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De igual manera, en el proyecto de Revitalización del Centro Histórico de Usaquén, se presentó un hallazgo del mismo tipo, en el que se encontraron más de 18 235 piezas conformadas por metales, vidrio, restos de fauna, fragmentos cerámicos, líticos (relacionados con piezas talladas en piedra) y recientemente restos óseos humanos.
Estos hallazgos, aunque pueden convertirse en una variable que extienda el plazo de ejecución de una obra, abren la posibilidad de conocer la historia de nuestra ciudad y de entender cómo se conformaron y transformaron los diferentes centros poblacionales en el tiempo.