Un reciente estudio adelantado por la Universidad Nacional, que utiliza un modelo geoestadístico de accesibilidad territorial urbana, confirmó que actualmente los bogotanos de estratos 1 y 2 deben pasar hasta dos horas más en el transporte público que sus conciudadanos residentes en estratos 5 y 6.
Sin embargo, dice el estudio, gracias al nuevo sistema de troncales que se proyectan desde la Alcaldía de Bogotá, este tiempo se reduciría hasta en 50 minutos, garantizando así un acceso mucho más equitativo a sus lugares de trabajo y mejorando la calidad de vida de las personas de estratos 1 y 2.
“Este análisis muestra que la política de movilidad para consolidar el sistema de transporte público en Bogotá, impacta positivamente en la reducción de los tiempos de viaje de todos los bogotanos y, sobre todo, de quienes cuentan con los ingresos más bajos. La incorporación de nuevas troncales los beneficiará a ellos en mayor medida”, señaló el secretario de Movilidad Juan Pablo Bocarejo.
Después de analizar la cobertura del sistema de transporte público en Bogotá, la ingeniera Valeria Cortés, líder de la investigación y magíster en Ingeniería – Transporte de la Universidad Nacional, señaló que los viajes de una persona que vive en el estrato 1 se tardan 1 hora y 50 minutos en promedio, y cerca de 2 horas para quienes viven en el estrato 2. “Sin embargo con la red de troncales el tiempo para los primeros (estratos 1 y 2) pasaría a 1 hora y 18 minutos”, señaló la nota de prensa de la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Cuando Cortés evaluó, mediante el modelo de accesibilidad media global, los tiempos que tendrán estos mismos usuarios cuando entren en funcionamiento las nuevas troncales de TransMilenio y troncales alimentadoras del Metro, incluyendo la Troncal Séptima (en adjudicación de obra), la Av. Ciudad de Cali y Av. 68 – Calle 100 (finalizando los diseños), y la Av. Boyacá (en proceso de factibilidad) los usuarios verán una importante reducción en el tiempo de viaje. “Las personas que gastaban 2 horas en sus rutas de transporte pasaron a 1 hora; en términos generales, la movilidad de Bogotá presentaría un impacto positivo en cuanto a tiempos de viaje con la entrada en funcionamiento de las troncales”, aseguró Cortés a la agencia de noticias UN.
“En el escenario futuro se observó una importante ganancia de tiempo en comparación con el escenario actual. Las personas que gastaban 2 horas en sus rutas de transporte pasaron a 1 hora; en términos generales, la movilidad de Bogotá presentaría un impacto positivo en cuanto a tiempos de viaje con la entrada en funcionamiento las troncales”, comenta Cortés, en comunicado de la Agencia de la U. Nacional.
Si bien los tiempos de viaje seguirán siendo más largos para los bogotanos residentes en los estratos 1 y 2 que para los de estratos 5 y 6, la reducción significa una mejor calidad de vida: “En los dos casos el porcentaje es mayor para los usuarios más vulnerables de la red, estratos socioeconómicos e ingresos promedio por hogar”, comentó.
Al respecto, Yaneth Mantilla, directora del IDU, aseguró que “efectivamente, este estudio que publica la Universidad Nacional demuestra cómo las nuevas troncales de TransMilenio que hemos diseñado y que pronto iniciarán la construcción, entre ellas la nueva Carrera Séptima, mejorarán la calidad de vida de los habitantes. En el caso de la Carrera Séptima, viajes que hoy toman dos horas y media van a reducirse a casi 50 minutos. Será una vía ordenada, como lo hemos dicho, con carriles exclusivos para el transporte público y los carros particulares, nuevos pasos soterrados y puentes vehiculares en los puntos que hoy generan mayor congestión”.
Por su parte, TransMilenio manifestó que “Bogotá merece tener un transporte público de calidad que mejore la calidad de vida de sus habitantes. Una forma de lograr esto es ofreciendo la infraestructura necesaria poder movilizar la población, especialmente la que más necesidades tiene”, dijo la gerente María Consuelo Araújo.
Además, el ente gestor del transporte público en Bogotá señaló que “el esfuerzo que hemos hecho desde la Alcaldía de Bogotá para salir del atraso en infraestructura es muy grande y en algunos años se verán los resultados. Lo importante es nunca parar, pues si la ciudad se detiene, cómo pasó en años pasados, no importa qué modo de transporte tengamos, no va a ser suficiente”, explicó la gerente.
El estudio tuvo en cuenta las características físicas de la red de transporte público, como número de carriles, trazado sobre la ciudad, giros e intersecciones, aunque la variable más importante, dice la investigadora Cortés, es la velocidad de operación del sistema. Para poder generar un algoritmo de camino mínimo entre los nodos y conocer el tiempo promedio de viaje entre estos, es fundamental tener la red y los nodos georreferenciados.
Así, se tiene un análisis de cobertura espacial para analizar las poblaciones y medir el tiempo promedio de cada uno.
Para hacer las proyecciones a futuro, se utilizó la misma metodología, pero se agregaron los trazados de las troncales proyectadas. Según la investigadora Valeria Cortés, aunque la metodología se ha utilizado en ciudades del Eje Cafetero, nunca se había hecho esta proyección para Bogotá.