Leidy Coby Barreto es migrante, tiene 31 años y es cuidadora de sus tres hijos. Según ella, que es beneficiaria de la Manzana del Cuidado de Los Mártires, allí encontró el apoyo para comenzar de nuevo.
Llegó a esta Manzana del Cuidado luego de varios meses de atravesar una crisis por el cambio intenso que vivió al salir de su país, Venezuela, y llegar a Bogotá, en búsqueda de nuevas oportunidades y mejores condiciones de vida.
“Al principio, cuando llegué como todo migrante, desconocía las reglas de la ciudad, desconocía todo. Inscribí a mis hijos en el colegio, uno de ellos sufrió de bulling, fue muy fuerte, estuvo 6 meses en proceso con el ICBF, y yo entré en depresión, yo lo que hacía era llorar todos los días en mi casa porque era la primera vez que vivía esto, que me sentía tan sola”, recordó Leidy.
Esto se sumaba a episodios de rechazo que vivió en sus primeros meses en la ciudad, que la hacían extrañar aún más a su familia y su casa.
“Mi esposo siempre ha trabajado acá en la 19, yo antes venía a traerle comida y cuando llegaba a cierta esquina y escuchaba los comentarios de la gente de ‘esos venezolanos vienen a joder el país’, cualquier persona xenofóbica que venía a decirle eso a uno, pues eran cosas que me deprimían, me ponían más triste. Escuchar las críticas de personas inconscientes a veces le pega a uno, porque nadie quiere salir de su país”, afirmó Leidy.
Hasta que un día escuchó sobre la Manzana del Cuidado y decidió acercarse para saber qué era y de qué se trataba. Y desde el momento en que entró a la entidad ancla del Castillo de las Artes en la localidad de Mártires encontró un lugar de acogida y bienestar.
“Siempre toda mi vida había querido estudiar, nunca lo había logrado, empezando porque mi compañero falleció hace tres años, y pues quedé yo sola luchando con todo. Desde que él se fue me dije ‘ya es hora de que me sacuda’, y así me motivé a aprovechar cada oportunidad que se presentara”, dijo.
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Una de las cosas que más ha motivado a Martha es poder estudiar sin hacer largos trayectos a la zona urbana de la ciudad. “No se me había presentado algo cerca a la casa, incluso hace años me llamaban para que me metiera a estudiar en la nocturna, pero no, difícil, imagínese acá es complicado el transporte en la noche y el tiempo tampoco me daba”, aseguró.
Martha en este momento está terminando su educación básica, pues por dificultades económicas y por dedicarse al hogar y el trabajo solo pudo estudiar hasta tercero de primaria.
“Me gusta estudiar, aunque es un poquito difícil porque la mente no está solamente en las clases sino que está aquí o allí, entonces a veces se le dificulta a uno mucho aprender, pero nunca es tarde. Me agrada mucho las matemáticas, español me encanta porque uno aprende cosas de ortografía”, afirmó.
Pero no solo está estudiando, sino que también disfruta de la actividad física con el IDRD y de otros cursos de formación, como el de herramientas tecnológicas, con el que le ha perdido el miedo al computado y al celular: “tenemos un grupo muy bonito, los docentes son personas geniales, y estoy muy amañada”, dijo Martha.
Hoy Martha, aunque solo lleva mes y medio en el Bus del Cuidado, se siente diferente y quiere cumplir su sueño de terminar la primaria y encontrar un trabajo flexible que le permita tener una entrada económica y seguir cuidando de su hijo. También hace una invitación a todas las mujeres cuidadoras de la ciudad para que se acerquen y conozcan todos los servicios que Bogotá tiene para ellas.
“A las mamás cuidadoras yo les diría que si tienen tiempo para aprender que lo hagan, porque eso es lo único que le queda a uno en la vida, lo demás solo es trabajo, solo es estrés”, puntualizó Martha.
A su vez, dijo que: “Me dijeron que podía estudiar, yo en ese momento no tenía ningún documento legal, entonces me dieron la oportunidad de estudiar con mi misma cédula venezolana y yo quedé super agradecida. El mismo día que traje mis papeles me hicieron una prueba para iniciar. Así empecé a estudiar en enero de 2022 y terminé mi bachillerato en diciembre de ese año”.
Desde ahí, Leidy comenzó a vincularse en otros espacios de la Manzana, como la actividad física, el apoyo psicológico, y muchas otras cosas más, que la hicieron verse a sí misma con diferentes ojos y cambiar la perspectiva de su vida.
“Me sentí viva desde que llegué a la Manzana del Cuidado, te lo digo que no lloré más, no sufrí más, porque acá me enseñaron cómo quererme yo misma con las clases de yoga, de psicología, las mismas profes son un amor con uno y me enseñaron a quererme más. Acá en la Manzana nos ponían tareas como dibújense ustedes mismas, mírense a un espejo, yo nunca había hecho en mi vida, yo pensaba que eso no me hacía falta y resulta que sí son cosas que le hacen falta a uno, mirarse al espejo y decirse que uno se ama”, explicó Leidy.
Uno de los cambios más importantes en su vida diaria ha sido la actividad física, pues ahora asiste a las clases de rumba y yoga en el parque Renacimiento: “Es algo bueno para mí porque me siento viva, no me siento desanimada, no me acuesto en una cama a llorar, eso es algo muy gratificante para mí, se siente uno con más vitalidad y más energía”, afirmó.
Otro de los servicios que disfruta Leidy es el de lavandería comunitaria, un espacio en el que ella ahorra tiempo y esfuerzo. Antes, para lavar su ropa y la de sus tres hijos Leidy tenía que alquilar una lavadora en su barrio y se demoraba más de 5 horas en esta labor.
“Ahora me dieron la oportunidad de estar en la lavandería y me la paso acá todos los jueves. Cuando la alcaldesa vino a inaugurar la lavandería fue una alegría muy grande, que a uno lo tomen a uno en cuenta como migrante venezolano para tantas cosas, realmente fue un cambio total en mi vida, le agradezco mucho a la Alcaldesa y a todas las personas que han trabajado por esto”, dice con orgullo Leidy.
Hoy, Leidy está reconstruyendo su vida, sembrando nuevas raíces en Bogotá y brindándose una nueva oportunidad a ella y a su familia.
“Esa Leidy que entró acá era una mujer muy depresiva, una mujer que no se arreglaba, no se peinaba, y ahora me quiero comer el mundo, me pongo mi pinta y salgo para la Manzana”, puntualiza Leidy.
¿Eres cuidadora y vives o trabajas en la localidad de Mártires?
Te esperamos en la Manzana del Cuidado, con actividades de respiro, educación y generación de ingresos, todo esto mientras cuidamos a quienes cuidas.
Acércate al Castillo de las Artes, Calle 23 #14-19, o comunícate vía whatsapp al 312 571 5081.
¡Recuerda! Todos los servicios son gratuitos. Conoce más aquí sobre los servicios de la 👉 Manzana del Cuidado de Mártires.
La Alcaldía logró que el Sistema Distrital de Cuidado se convirtiera en política pública de ciudad. Este sistema está conformado actualmente por 18 Manzanas del Cuidado y 2 buses del cuidado en donde a la fecha se han atendido 230 mil personas.
También te invitamos a conocer más sobre 👉 qué está haciendo la alcaldesa, Claudia López, por las mujeres de Bogotá, en materia de prestación de servicios sociales, opciones de formación, oportunidades laborales y mucho más.