Desde que el alcalde Mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán Pachón, asumió el cargo, una de las principales metas de su gobierno ha sido garantizar que las mujeres en Bogotá vivan una vida libre de violencias.
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Entre el 01 de enero y el 31 de mayo de este año, 6 mujeres han sido víctimas de feminicidio. De acuerdo con cifras de la Fiscalía General de la Nación, entre enero y diciembre de 2023 un total de 22 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Bogotá, otras 7.643 fueron víctimas de violencia a manos de su pareja o expareja y 6.538 fueron víctimas de violencia intrafamiliar.
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Estas cifras, sumadas a las violencias económica, psicológica y al acoso que frecuentemente padecen las mujeres en el espacio y el transporte público, han sido catalogadas por el alcalde de inadmisibles, y precisamente por eso la Secretaría de la Mujer lanzó este lunes 9 de septiembre, la ‘Estrategia Mujeres’, una apuesta intersectorial que se enfocará en la prevención de cinco formas de violencias basadas en género.
Esta estrategia trabajará intersectorialmente en la prevención de aquellas violencias que están tipificadas en la Ley 1257 de 2008, pero también abordará violencias invisibles como la violencia política y el acoso sexual y violencias en los espacios y transporte público para que en Bogotá, mi ciudad, mi casa, las mujeres caminen seguras.
¿Cuáles son?
Violencia contra las mujeres en la política
La Violencia contra las Mujeres en Política (VCMP) se define como cualquier acción, conducta u omisión, realizada de forma directa o a través de terceros(as), que cause daño o sufrimiento a mujeres o a sus familias, con el objetivo de menoscabar, restringir o anular su participación ciudadana en procesos electorales, representación democrática o ejercicio de la función pública.
Esta violencia puede manifestarse de múltiples formas, incluyendo el acoso, las amenazas, la descalificación pública, y la agresión física o psicológica. Además, la VCMP también abarca las tácticas de intimidación y manipulación destinadas a desincentivar la participación política de las mujeres y perpetuar la desigualdad de género en el ámbito político.
Y, por último, están los estereotipos de género que siguen siendo una presencia constante en el debate público y democrático, reforzando las desigualdades y dificultando la participación plena de las mujeres en la vida política.
Acoso sexual en espacio y transporte público
El acoso sexual es una forma de violencia que se manifiesta de manera cotidiana y persistente en espacios y transporte público, afectando mayoritariamente a las mujeres y limitando su derecho a moverse libremente.
Aunque este tipo de conducta es frecuentemente trivializada o normalizada como parte del "comportamiento social", es crucial reconocerla y abordarla como lo que realmente es: una violación a la integridad y la libertad individual. El acoso sexual impide que las mujeres disfruten de los espacios públicos en igualdad de condiciones que los hombres, restringiendo su libertad y reforzando estructuras de poder desequilibradas.
Violencia económica y patrimonial
La violencia económica y patrimonial es una forma de control y sometimiento que enfrentan las mujeres y está profundamente interrelacionada con otros tipos de violencia, como la física, psicológica y sexual.
Desafortunadamente, la violencia económica ejercida por los agresores, que en su mayoría son sus parejas o exparejas, es una forma de manipulación que les permite seguir manteniendo control sobre las mujeres, perpetuando así el ciclo de violencia y es por eso que alcanzar la autonomía económica es un paso fundamental para que puedan reconstruir sus proyectos de vida y vivir libres de violencia.
Violencia física, sexual y psicológica
Las violencias basadas en género son un problema endémico a nivel global. Estas violencias tienen consecuencias devastadoras no solo en la integridad física de las víctimas, sino también en su salud mental y bienestar general.
La violencia física se puede expresar a través de toda clase de golpes, empujones, puños, bofetadas, patadas, quemaduras o ataques con armas, objetos, ácidos u otros líquidos; la violencia psicológica aborda toda clase de insultos, humillaciones, chantajes, descalificaciones, celos extremos o intentos de control, y la violencia sexual incluye manoseos, acoso, relaciones sexuales u otro acto de tipo sexual en contra de la voluntad.
Y el feminicidio, entendido como el asesinato de una mujer por razones de género, es la forma más extrema de violencia contra las mujeres y representa el último acto en un continuum de violencias.
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Construcción de una cultura libre de sexismo
Construir una cultura libre de sexismo en Bogotá implica crear un entorno donde las mujeres puedan vivir, contribuir y participar plenamente, sin enfrentarse a barreras estructurales o sociales que limiten su potencial.
Para lograrlo, es fundamental generar acciones para erradicar el machismo, que comprende actitudes, normas, comportamientos y prácticas culturales que refuerzan y preservan la estructura de dominio masculino sobre la sexualidad, la procreación, el trabajo y los afectos.
