Una habitación de la Unidad Hospitalaria Especializada del Hospital Jorge Eliécer Gaitán, adscrito a la Subred Centro oriente, se convirtió por algunos días en salón de clase. Pedro Antonio Salas Mendoza, su habitante, aprendió a leer y escribir, gracias a la paciencia y comprensión de una guarda de seguridad.
Este hombre de 54 años, quien se encuentra hospitalizado desde hace varios meses con varias patologías relacionadas con insuficiencia cardiaca, ha encontrado en las letras un nuevo mundo.
Cada jornada, después de realizar sus actividades y de manera voluntaria,la guarda de seguridad Marimair Riaño, quien se ha convertido en su amiga y profesora, va en búsqueda de Pedro, se sienta junto a él y con paciencia y dedicación le enseña letra a letra, palabra a palabra, una nueva forma de comprender la vida a través de los cuentos, historias, poemas y fábulas.
Luego de terminar su clase, la ‘profe’ deja unas tareas para el siguiente día y se va para su casa.
Y es que Pedro habitó por varios años en la calle y fue consumidor de sustancias alucinógenas. Hoy debe estar constantemente conectado a una fuente de oxígeno.
“Nunca tuve estudio y tampoco una familia que me enseñara a leer, por eso estoy muy contento porque ella me ha enseñado a leer. Ya aprendí a escribir mi nombre y ella me enseñó todo el abecedario. La quiero como si fuera mi mamá”, contó Pedro.
“Es maravilloso poder aportar al conocimiento y crecimiento personal de una paciente. A veces, los seres humanos como Pedro, solo necesitan una mano amiga que les dé una oportunidad”, dijo Marimair Riaño.
Teniendo en cuenta que Mendoza se encuentra en condición de abandono social y cuenta con varias comorbilidades que lo exponen más debido a la emergencia por COVID 19, la Subred continúa prestándole asistencia médica y protegiéndolo.
Asimismo la institución, a través del área de trabajo social de la Subred Centro Oriente, avanza en el proceso para facilitar que obtenga su cédula de ciudadanía, documento que nunca ha tenido. Además, es beneficiado con talleres lúdicos y actividades recreativas realizadas para los pacientes que allí se encuentran hospitalizados.
“Estoy muy agradecido con el personal médico y de enfermeras, y en especial con la vigilante Riaño, porque gracias a ella y a todos, estoy aprendiendo algo increíble, estoy conociendo el valor que tiene aprender a leer y escribir, muchas, muchas gracias”, manifestó Pedro.