Dentro de los planes tradicionales para hacer en Bogotá se encuentra recorrer los famosos Mercados de Las Pulgas, lugares visitados por estudiantes, ancianos, amas de casa, artistas, comerciantes y extranjeros, catalogándose como joyas culturales de la ciudad.
En los ‘pulgueros’, como tradicionalmente se les denomina, puedes encontrar artesanías, antigüedades, acetatos, colecciones, libros, electrodomésticos, reliquias, juguetes y 'cachivaches' de toda clase.
Estos mercados se concentran en tres puntos claves de la ciudad: La plazoleta de Usaquén, en la Carrera Séptima y en el Pasaje Rivas, ubicado en pleno corazón de la ciudad. Cada uno de estos lugares tiene su particularidad, la experiencia que se vive es totalmente diferente, pero tienen algo en común: brindan una experiencia cultural inolvidable. También se realizan diferentes encuentros de melómanos, ferias turísticas y hasta subastas con piezas de colección y de alto poder adquisitivo.
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Mercado de Pulgas Usaquén
El Mercado de las Pulgas de Usaquén nació en 1990, con el nombre de mercado 'Asociación de expositores Toldos de San Pelayo', este nombre hace referencia a San Pelayo, el joven mártir español, que se relaciona con el nacimiento del comercio de las antigüedades.
Ubicado en la Calle 119 Con Carrera 6a. Este espacio abre su comercio al público los domingos desde las 9:00 a.m. hasta las 6:00 p.m.
Allí trabajan ciudadanos del país y del mundo. Sus visitantes pueden disfrutar de una atractiva oferta gastronómica y de música en vivo, mientras recorren las coloridas calles llenas de creatividad y con todo un abanico de opciones para comprar. Este reconocido mercado ha cumplido con la reglamentación que se tiene en la ciudad para el buen uso del espacio público y los requerimientos establecidos en el Acuerdo local número 4, de julio de 2007.
Este mercado se encuentra en la calle 120 con carrera cuarta, en el corazón de la localidad. En este espacio es posible encontrar una amplia oferta de artesanías y manualidades, así como trabajos y muestras de de artistas y artesanos que trabajan con cerámicas, telas y materiales reciclados como vidrios y plásticos.
Mercado de Pulgas San Alejo
Por más de 30 años, el mercado ha sido y, sin duda, seguirá siendo un espacio de encuentro cultural, tradición, cachivaches y antigüedades. Está ubicado en la carrera 7 No. 24 - 70. El mercado de pulgas San Alejo obtuvo un reconocimiento por el Concejo Distrital como actividad patrimonial y de interés cultural desde 2005. Atiende todos los domingos y días festivos de 9:00 a.m. a 5:30 p.m.
Con poco más de 330 locales, negocios o carpas, comerciantes y empresarios ofrecen sus productos a los cerca de 40 mil visitantes cada día, productos tan inusuales, extraños y únicos como los mismos visitantes.
Dentro del mercado está la zona de antigüedades, una de las más apetecidas y visitadas. En este espacio es común encontrar objetos de siglos pasados como porcelanas, baúles, ropa, vitrolas y arte en general; además de electrodomésticos como televisores, radios, teléfonos, equipos de sonido y computadores que ya no se venden en el mercado, generalmente son buscados para sacarles partes que servirán como repuestos.
Mercado de Pulgas Pasaje Rivas
Con la idea de que Bogotá tuviera un centro comercial al estilo parisino, el filántropo Luís G. Rivas mandó a construir el Pasaje Rivas en 1893 en la localidad La Candelaria. De esa forma se convirtió en el primer centro comercial de Bogotá. Aunque este lugar no es un mercado de pulgas convencional, es una vitrina para conocer la historia rural y artesanal de Colombia. La ventaja que tiene el Pasaje de Rivas sobre los mercados de pulgas de Bogotá es que abre todos los días, de lunes a sábado de 9:00 a.m. a 6:30 p.m. y los domingos de 10:00 a 3:00 p.m.
Aún así y luego de que tuviera que trasladarse a donde está hoy: a la carrera 10 con calle 10 (a unos pasos de la Plaza de Bolívar), dejó de tener relación con el boulevard al estilo parisino con el que soñó su creador, para ligarse más al bazar tradicional de Tunes, Egipto o Marruecos, ofreciéndoles a sus visitantes cientos de productos netamente colombianos.
Cientos de artesanos, campesinos y artistas son los encargados de preservar la memoria y cultura del primer centro comercial de Bogotá. Aún se pueden encontrar objetos populares como la tradicional maleta ABC, juguetes de madera, canastos, sillas, alcancías de barro, materas y hamacas.
Además, es posible encontrar hamacas de San Jacinto, mochilas Wuayúu y Arhuacas, canastos, chochos, cerbatanas, los carrieles paisas y muebles tradicionales en madera y fibras naturales como el mimbre.