Bordar es contar una historia: la que imaginamos o la que nos sucede mientras damos cada puntada. Por eso las historias se escriben en tramas que contienen nudos, por eso, para leerlas, no hay que perder el hilo. En este espacio veremos cómo el bordado puede ser una herramienta expresiva e intuitiva que despierta la memoria de nuestras manos.