Lo que debes saber sobre el manejo del arbolado cuando hay obras en Bogotá

Proceso de extracción de un árbol para traslado.
Antes de una tomar acciones como talar o trasladar árboles de una zona específica, existen procedimientos, estudios y protocolos estrictos. Foto: Prensa IDU.
Publicado:
30
Abr
2021
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El Instituto de Desarrollo Urbano -IDU es la entidad que ejecuta la mayor cantidad de obras viales y de espacio público en Bogotá. Sin duda, también es la que más tiene que enfrentar la difícil situación de mover o talar arbolado, cuando las necesidades de movilidad o de uso del espacio público (tan reducido en la ciudad) obligan a tomar la decisión.

Pero antes de una tomar acciones como talar o trasladar árboles de una zona específica, existen procedimientos, estudios y protocolos estrictos, muy marcados por el respeto a la naturaleza y la sostenibilidad, para poder hacer este tipo de intervenciones.

Siempre reparando la huella de las obras públicas sobre el medio ambiente urbano y también priorizando al máximo la riqueza vegetal, esencial para la calidad del aire, para la habitabilidad de la biodiversidad, atenuar las lluvias y proveer sombra para animales y personas.

Bogotá tiene una deuda histórica con el arbolado. Según la OMS, se requiere un árbol por cada tres personas en un asentamiento urbano; sin embargo, según Bogotá Cómo Vamos, para 2020 la medida global en la ciudad era de medio árbol por el mismo número de ciudadanos; la recomendación solo la cumplen Santa Fe, Teusaquillo, Chapinero y la Candelaria, mientras que en Bosa siete personas comparten un solo individuo.

Portal Bogotá entrevistó al ingeniero forestal Juan Guillermo Jiménez, funcionario del IDU, quien explicó el procedimiento que se sigue en medio de las obras para salvar la mayor cantidad de árboles posible par que luego, si hay necesidad de talar, se pueda compensar la cantidad que tuvieron que ser extraídos de los puntos de obra.

Portal Bogotá: ¿Cómo es el proceso de manejo del manejo del arbolado en las obras del IDU?

Juan Guillermo Jiménez: Primero se busca identificar la presencia de arbolado en los sectores que vamos a intervenir. En cada etapa se van depurando inventarios forestales, que es enumerar cada árbol, medirlos y caracterizarlos en su salud y otras particularidades.

Se llena un formato y se envía a la Secretaría de Ambiente y, de acuerdo a su evaluación y una visita conjunta entre las entidades al terreno, se decide la intervención sobre cada uno de ellos.

PB: ¿En qué momento se decide si un árbol se tala o se traslada?

JGJ: Lo primero que se decide es si el árbol puede permanecer o no dentro del proyecto, para eso se tiene en cuenta si afectan el diseño, las estructuras o si generan inestabilidad en el terreno.

Cuando se identifica la interferencia y nos damos cuenta de que no se puede solucionar con una intervención pequeña como una poda o poda de raíz, entramos a analizar la posibilidad de trasladarlo o si es necesario talarlo.

Nosotros verificamos que los árboles tengan buenas condiciones de salud y no estén dañados por plagas, desgarros de ramas, lesiones por rayos, vehículos o las marcas que algunos ciudadanos hacen con objetos afilados que suelen afectar su estado sanitario. Si el árbol presenta unas condiciones muy malas, se va para tala.

Luego vemos la viabilidad de traslado, si el árbol no es demasiado grande, si podemos maniobrar con él y sus condiciones sanitarias permiten el traslado, lo hacemos. No todas las especies son susceptibles de traslado, algunas mueren en el proceso.

Todo esto se decide conjuntamente y bajo estrictos protocolos con la Secretaría de Ambiente.

 

PB: ¿Cuánto dura todo el proceso silvicultural o de manejo del arbolado?

JGJ: La evaluación de los árboles se mantiene durante todo el proceso de estudios y diseños. En el caso de la avenida 68, duró dos años aunque en promedio estamos hablando de un proceso que dura un año. Esto cambia en el tiempo. Por ejemplo, en el caso de la 68, algunos árboles han dejado de considerarse para tala y se han dejado para traslado y otros para conservación.

PB: En la avenida 68 se logró reducir en un 30 % la tala. ¿a qué obedece este resultado y ajuste de protocolo?

JGJ: Obedece a una revisión técnica que se realizó por solicitud de la comunidad. Esto lo hicimos a partir de una evaluación inicial conjunta con el Jardín Botánico. Al llegar a terreno, encontramos que algunos individuos mejoraron sus condiciones físicas y sanitarias; sin embargo, unos van a necesitar un tratamiento muy especial y por eso el jardín botánico va a apoyar este contrato para que el manejo se lleve a cabo de manera estricta.

PB: ¿Cuál es el tratamiento que recibe un árbol cuando va a ser trasladado?

JGJ: Puedo usar como ejemplo el cuidado que debemos tener en las casas cuando vamos a pasar una mata de un lado a otro. Hay que cuidar la raíz y conservar la copa. Los árboles tienen dos sistemas alimentación: la copa, por donde se realizan los procesos sintéticos y las raíces, por donde ingresan nutrientes y agua.

Lo primero que hacemos es generar un bloque de tierra por excavaciones manuales, envolvemos el sistema radicular con la tierra en materiales biodegradables, hacemos algunos cortes limpios (no con machete), luego hacemos una reducción de la copa que no debe ser mucho.

Después lo trasladamos en algún sistema que puede ser cama baja, montacarga o tractomula, todo depende del tamaño del individuo. Un árbol de 12 metros puede pesar entre 20 y 25 toneladas. Después los llevamos a los sitios donde hemos planeado.

PB: ¿Es claro y a la vista de cualquier persona el estado físico de un árbol?

JGJ: La evaluación de los árboles se hace a partir de la técnica que, como ingenieros forestales, aprendimos en la universidad y también de la experiencia. Si bien, hay características evidentes como la marchitez de las hojas y otros rasgos físicos.

Cuando hay cosas que no se ven, acudimos a otras herramientas del jardín botánico como el Resistógrafo o el Tomógrafo, con las que podemos ver su composición interna.

PB: ¿Cómo es el proceso para definir lo que se siembra alrededor de las obras?

JGJ: Hay una frase que define el espíritu de la arboricultura urbana: “El árbol adecuado para el sitio adecuado”. Cuando hacemos los diseños paisajísticos, nos sentamos con el Jardín Botánico y la Secretaría de Ambiente y sobre los manuales, elegimos las especies bajo criterios como la armonía con las obras, la durabilidad y los servicios ambientales y ecosistémicos.

Las especies nativas tienen un proceso de naturalización y un paquete técnico que nos dice qué tratamiento requieren, cómo va a ser su comportamiento, por ejemplo, en las raíces y si estas afectan a no la infraestructura de andenes o redes de acueducto o alcantarillado, y evita que haya muchas pérdidas.

PB¿Los árboles jóvenes cumplen la misma función ambiental de los viejos o el proceso tarda mucho tiempo en recuperarse?

JGJ: Se tiende a creer que los árboles jóvenes no reemplazan los árboles adultos, pero hay casos en los que algunas especies no responden a los servicios ecosistémicos que se demandan y entran árboles más jóvenes que pueden mejorar, por ejemplo, los sumideros de carbono que necesite alguna zona de la ciudad.

En la 68, por ejemplo, los árboles recibirán nutrientes y agua con un cuidado especial durante tres años. Como vamos a tener un proceso de crecimiento rápido, la biomasa resultante tendrá mayor fijación de carbono. Así se puede mejorar la prestación de servicios ambientales.

PB: ¿Cómo va la socialización de la intervención sobre los árboles de la avenida 68?

JGJ: Hemos hecho reuniones, recorridos, mesas de trabajo. Escuchando a la comunidad hemos reducido el número de talas propuestas y estamos buscando alternativas de inclusión u oferta de arbolado en el sector. Estamos revisando estrategias para mejorar el diseño paisajístico.

Nos comprometimos a adelantar mesas técnicas para revisar con la comunidad el diseño paisajístico y que este sea más inclusivo. Como resultado de ese ejercicio de participación estamos trabajando en la modificación de la resolución para que queden en firme los cambios.

La comunidad ha defendido su patrimonio ambiental y nosotros les hemos podido explicar las acciones. Todo está teniendo muy buenos resultados.