"Uno en la vida debe hacer lo que lo hace feliz, y, en mi caso, es el rescate", dice la profesora Andrea Cristina Murcia al referirse a su proyecto 'Amigos de cuatro patas' con el que, en compañía de colegas y estudiantes, ha logrado rescatar y dar en adopción a más de 510 gatos y perros en situación de calle.
Todo comenzó hace cerca de 10 años en el colegio distrital Delia Zapata Olivella, ubicado en la localidad de Suba, donde ella se desempeña como docente de Tecnología.
Consciente de la problemática de abandono de muchos animales en la zona, un día les propuso a sus alumnos rescatar a uno, y así fue como Mickey, un perro schnauzer víctima de maltrato en la calle, llegó a su vida y se convirtió en el símbolo del hogar de paso con el que cuenta esta institución educativa.
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"Mickey abrió las puertas de todo y gracias a él surgió esta iniciativa, que no hay en Colombia. Este perrito llegó a nuestras vidas muy maltratado y duró dos años recuperándose. Nos quedamos con él y hace un tiempo murió de viejito, con una despedida muy linda que le hicieron los niños. Nuestro hogar de paso se llama Mickey en honor a él, porque simboliza el amor y el trabajo que han hecho estos chicos", cuenta la profe Murcia.
El proyecto no solo consta de un hogar de paso para los animales que a diario son rescatados, sino que se ha convertido en una herramienta de educación ambiental fundamental para los estudiantes del colegio. Hoy existe una asignatura denominada Centro de interés: amigos de cuatro patas, que se dicta a niños y jóvenes de todas las edades.
La docente Murcia explica que, de primero a cuarto grado, la asignatura es obligatoria; de quinto a noveno se ofrece como un voluntariado; y en décimo y once forma parte del servicio social ambiental.
En la mañana y en la tarde los estudiantes se turnan para sacar a pasear a los animales, hacer limpieza a los guacales, lavar las cobijas, organizar la comida, peinarlos, darles sus medicinas y, por supuesto, consentirlos. También hay un grupo que se encarga de gestionar los recursos para el funcionamiento del hogar de paso.
"Lo que hacemos es educar a los estudiantes en cuanto a la tenencia responsable, pero en ese proceso ellos fortalecen habilidades educativas, orales y de autoestima. Es ver cómo ese perrito o gatito que rescatan y cuidan hasta el feliz término de la adopción también transforma en ellos muchas cosas", expresa la profesora.
El trabajo en equipo ha sido fundamental para sacar adelante el proyecto. Andrea ha contado en este camino con el apoyo de entidades públicas, colegas y familias de la institución, con quienes ha tejido una red para impulsar la adopción responsable de los animales que son rescatados.
La idea de la profesora ya traspasó las paredes del colegio Delia Zapata y, en este momento, está siendo implementada en la institución distrital Friedrich Naumann, de la localidad en Usaquén. Además, ella, los profesores que la acompañan y los estudiantes están trabajando en un proyecto para llevar los perros y gatos a los hospitales a visitar a niños con cáncer.
"Mi sueño es que cada colegio tenga un 'Amigos de cuatro patas', un hogar de paso donde se les enseñe a los niños desde los primeros años hasta once a respetar, proteger y, así, disminuir la cantidad de animales que están en situación de calle. Creo que la educación tiene el poder de transformar, sanar y cambiar realidades", agrega.
El 26 de enero, en la celebración del Día Mundial de la Educación Ambiental, la Secretaría de Ambiente le entregó la condecoración Augusto Ángel Maya a la profesora Andrea por su vocación y compromiso en la consolidación de espacios para fortalecer la ética ambiental en Bogotá.