Las tinguas azules están llegando a Bogotá, como parte del proceso migratorio que inicia en octubre y que se extiende hasta marzo o abril de este año, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) invita a la ciudadanía a trabajar #UnidosPorBogotá, proteger la fauna silvestre residente y migratoria, y a reportar los casos en los que se identifiquen una tingua desubicada o en riesgo.
Durante los últimos días, la presencia de estas aves se ha intensificado, junto con otras aves como pollas celestes, polluelas piquirrojas y algunas aves semiacuáticas.
La Secretaría de Ambiente, como autoridad ambiental en Bogotá, ha atendido estos individuos y le ha prestado, a través de profesionales en biología, veterinaria y zootecnia, la atención necesaria para que puedan continuar con sus recorridos migratorios.
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¿Dónde reportar un ave migratoria o fauna silvestre en riesgo?
Líneas celulares
Línea fija
Correo electrónico
fauna@ambientebogota.gov.co.
¿Qué hacer y a quién reportar un ave migratoria?
Ponerse en contacto con la Secretaría de Ambiente y seguir las instrucciones mientras profesionales especializados atienden el caso.
Poner el animal en una caja de cartón libre de residuos y olores, y hacerle varios orificios que permitan el ingreso de aire.
En el caso de las tinguas, agua en un recipiente limpio, añadir al agua vegetales (zanahoria rallada, lechuga, espinaca, acelga o tomate en trozos pequeños), arroz crudo.
Si hay presencia de perros o gatos, o si el individuo se encuentra sobre una vía pública, retirarlo y ponerlo a salvo.
¿Cómo identificar una tingua azul?
Es un ave de pico rojo con amarillo, frente azul claro, patas y dedos largos y amarillos, y un plumaje color púrpura azuloso brillante cuando ya están en estado adulto. Los juveniles son de un tono café verdoso.
Desde que inició la campaña de aves migratorias (octubre 2023) se han recuperado más de 758 aves migratorias distribuidas en 729 tinguas, 4 polla celeste, 3 grises y 22 polluelas piquirrojas.
Precisamente, 533 tinguas azules, 4 pollas celestes y 20 polluelas piquirrojas han sido liberadas durante la campaña en varios ecosistemas de la ciudad, especialmente en humedales.
La temporada de aves migratorias tiene su pico entre enero y febrero. Muchas de ellas, vienen de largos viajes, provenientes de los llanos orientales, incluso desde el norte de América, estos largos viajes hacen que lleguen agotadas, heridas o desorientadas a la ciudad.