En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ la economía circular es una prioridad. Por ello, nace la necesidad de impulsar la transformación de residuos en oportunidades y fortalecer a comunidades y sus territorios, esta fue una de las conclusiones del panel ‘Economía circular: una oportunidad para el desarrollo’, del evento organizado por la Fundación Panamericana para el Desarrollo (Fupad) en el que participó Andrea Saldaña, subdirectora de Ecourbanismo y Gestión Ambiental Empresarial de la Secretaría de Ambiente.
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Uno de los principales retos para impulsar la economía circular es que las ciudades identifiquen cuáles son los sectores económicos y productivos estratégicos con los que pueden trabajar y hacer esta transición, según se discutió.
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“En el caso de Bogotá se han identificado tres sectores: el textil, con el tema de moda sostenible; el de alimentos y el de construcción”, destacó la subdirectora Saldaña.
En estos sectores se han puesto en marcha estrategias para pasar a un modelo más colaborativo que proteja el ambiente y que, a su vez, impulse el desarrollo socioeconómico de las comunidades.
Cada día, el relleno sanitario Doña Juana recibe aproximadamente 6.000 toneladas de residuos. Si se realizara una adecuada separación en la fuente, una parte significativa de estos residuos podrían aprovecharse y gestionarse de manera adecuada, con el fin de reducir la presión sobre el relleno y fomentar el reciclaje.
Ante esta situación, han surgido iniciativas como la Ventanilla Distrital de Negocios Verdes de la Secretaría de Ambiente, que promueve la generación y el crecimiento de emprendedores que dentro de sus actividades económicas aseguren tener un impacto positivo con el medioambiente. La Ventanilla, hasta la fecha, ha avalado 132 Negocios Verdes; la meta es llegar a 200 en este cuatrienio.
“Sumado a ello, tenemos programas voluntarios que reconocen las buenas prácticas ambientales y que avanzan hacia la sostenibilidad como lo es Acercar, el Programa de Excelencia Ambiental Distrital (Pread), Red Moda Circular y Bogotá Construcción Sostenible”, agregó Andrea Saldaña.
Estos proyectos aseguran que las empresas reconozcan su progreso y se conviertan en referentes para otras.
Aquí, un post de la Secretaría de Ambiente (SDA) sobre el impulso a la economía circular en ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’:
En la jornada se presentaron casos de éxito de distintas partes del país relacionados con el reciclaje, destacando cómo este esfuerzo aporta un valor significativo a la sociedad y se establece como un trabajo esencial. Además, se subrayó la necesidad de incluir a los recicladores en programas de capacitación, la importancia de maximizar el aprovechamiento de residuos y de involucrar a todos los actores en este proceso.
“Una labor con valor es una campaña dedicada a reconocer y valorar el trabajo de los recicladores, quienes juegan un papel esencial en la sostenibilidad del planeta y en el modelo de la economía circular, protegiendo nuestro entorno y fortaleciendo sus comunidades”, dijo Roberto Obando, director de Fupad Colombia.
Es fundamental ampliar el concepto de economía circular, entender que los residuos no son basura, son materiales.
“Hay que pensarlo de forma responsable hacia la circularidad. Es importante forjar alianzas entre las empresas, la academia, el Estado, los productores y los consumidores, para desarrollar una conciencia ciudadana que se enmarque es un estilo de vida sostenible, teniendo en cuenta la realidad en la que nos encontramos”, concluyó la subdirectora de Ecourbanismo.
Entre los participantes del panel también se encontraba Andrés Cortés, coordinador del proyecto Binacional Ciudades Circulares de Swisscontact; Claudia Lorena García, directora de economía circular en Carvajal Empaques; María Isabel Jaramillo, jefa de sostenibilidad y mercadeo en Enka de Colombia S. A.; y Tatiana Ardila, gerente de Abastecimiento y Sostenibilidad en Empacor.
¿Qué es la economía circular?
Según la Política Pública Distrital de Economía Circular 2023- 2040, este es un modelo compuesto por un conjunto de soluciones sistémicas de producción y consumo que hace frente a desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación.
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Este modelo se basa en tres principios: preservar y mejorar el capital natural usando y fabricando productos más inteligentes; optimizar el uso de los recursos extendiendo la vida útil del producto y de sus partes; y fomentar la eficacia del sistema aplicando de manera útil los materiales al mismo tiempo que se regeneran los sistemas naturales.