Aquí se habla claro: propuesta de Andrés y otros jóvenes sordos de Circo Nicoló

16·OCT·2022
El Circo Barrial Nicoló presente "Aquí se habla claro", una obra hecha por 7 jóvenes sordos que busca visibilizar su condición y sensibilizar la cudadanía.
''Aquí se habla claro", obra del Circo Barrial Nicoló hecha por sordosFoto: Idipron
Andrés Felipe Apreza hace parte del Circo Barrial Nicoló.

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Por culpa de la sordera que le produjo una fiebre que sufrió su mamá, mientras él estaba en su vientre, Andrés Felipe Apreza lleva 27 años escuchando los sonidos del silencio.  El vivir en ese mundo no le permitió reconocer la tierna voz de su madre arrullándolo, ni las risas de sus compañeritos de juego en la escuela, ni escuchar el canto de los pájaros, pero tampoco le impidió correr detrás de sus sueños.

‘’Ser sordo no es difícil, es difícil que haya barreras y que no comprendan que la comunidad sorda es minoritaria, que es como la comunidad indígena, como los raizales; que tienen un idioma diferente. Entonces, lo que debemos hacer es estudiar su idioma, su cultura, para poder comunicarnos’’, asegura con la confianza de alguien que no está dispuesto a dejarse someter por las dificultades.

Hoy, Andrés Felipe hace parte del Circo Barrial Nicoló, del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron, a donde llegó después de pertenecer a Cultura Ciudadana, uno de los fortines que tiene esta institución para ayudar a los jóvenes vulnerables o en riesgo de estarlo, que viven en Bogotá.

A continuación, una foto del grupo de jóvenes que integran el Circo Barrial Nicoló.

Circo Barrial Nicoló
De izquierda a derecha los integrantes del Circo Barrial Nicoló: Edwin Camilo Ortíz, Karen Lorena Ríos, Lucy Gómez Pérez, Daniel Alfonso Segura, Leydy Daniela Romero, Amparo Bojacá y Andrés Felipe Apreza Pedreros. Foto: Idipron

‘’Este año con todo el tema de la inclusión y la importancia de la política de la discapacidad, teníamos un grupo de 7 beneficiarios sordos, desarrollando un trabajo con Cultura Ciudadana, participando en la Batukada’’, cuenta César Bejarano, el director del Circo Barrial Nicoló, quien quiso aprovechar las virtudes de los jóvenes en la danza y otras expresiones artísticas.  ‘’Me senté a ‘hablar’ con ellos, textualmente, con su intérprete, y les propuse: ‘Vamos a visibilizar este grupo de sordos en el Idipron, ante la ciudad, el Distrito, ante toda la política de discapacidad', y ahí nació la idea’’.

‘Aquí se habla claro’

Una idea que no fue fácil concretar por las dificultades en la comunicación, pero que poco a poco se fue consolidando, tanto así, que se le midieron a un reto mayor, para lograr esa visibilización que estaban buscando: montaron una obra, que desde el título ya genera un poco de inquietud: ‘Aquí se habla claro’, que tiene 4 actos, uno de ellos el de un turista sordo que llega a un aeropuerto y al tratar de pasar por el detector de metales, por los piercings que tiene en todo su cuerpo, termina casi desnudo porque cada vez que intenta atravesarlo suena. Al final, por fortuna, un policía -que también es sordo- entiende la situación, le permite pasar y abordar su vuelo.

Aquí se habla claro

‘’Es muy divertido, la gente disfruta mucho la coordinación; sobre todo que son muy histriónicos y tienen una facilidad de expresar emociones increíble. Ha sido todo un éxito ese grupo’’, dice César Bejarano.

Así, la obra cumple el objetivo de divertir y entregar un mensaje incluyente a la sociedad para que tenga en cuenta a los sordos y los entienda como un polo de desarrollo para la ciudad, empezando por no victimizarlos. ‘’El real inconveniente es que las personas no tienen claro que somos una comunidad y nos ven como enfermos y con discapacidad, y el contexto real es que hay unas barreras de comunicación’’, asegura Andrés Felipe.

El circo busca sensibilizar a la gente

En igual sentido se pronunciaron Karen y Lucy Gómez, otras dos integrantes del circo, luego de bajar de la tarima, donde divirtieron con su actuación a un grupo de sordos, en el marco del mes de la discapacidad en el Distrito.  ‘’Los sordos desarrollamos la habilidad de observar; en el circo ponemos en práctica esas habilidades”, expresa Karen con alegría, mientras arma con sus manos las palabras que la intérprete traduce en sonidos y frases para los oyentes. ‘’Es sensibilizar a la gente de que, a pesar de la sordera, no tenemos ninguna discapacidad y podemos tener una profesión’’, agrega la joven bogotana que también nació sorda y quiere seguirse puliendo para ser una gran artista.

A continuación, una foto de Karen y Lucy Gómez, integrantes del Circo Barrial Nicoló.

Dir.Idipron
César Bejarano, director del Circo Barrial Nicoló, al lado de Lucy y Karen. Foto: Portal Bogotá

Algo parecido piensa Lucy, quien con una cara redondeada por una imborrable sonrisa dice: “Somos personas con una habilidad visual mucho mejor que las demás. Nosotros no nos comunicamos por medio de la voz, somos una comunidad minoritaria que se comunica por una lengua viso gestual’’.

El Distrito tiene 6 modelos linguistícos incluyentes en jardines infantiles

Se estima que en Colombia hay cerca de 400.000 personas con capacidad auditiva reducida o nula, y Bogotá es la ciudad con más sordos, unos 90.000. Por ello el Distrito cuenta con 6 modelos linguistícos en los jardines infantiles que están a disposición de los niños sordos, sus familias y con todas las niñas y niños para promover y favorecer el aprendizaje de la lengua de señas.

 El proceso de selección del modelo lingüístico se hace en compañía de una persona sorda, una educadora especial con competencias en lengua de señas colombiana y es fundamental que sea usuaria de lengua de señas colombianas y sea una persona activa dentro de la comunidad sorda’, dijo  Luis Hernando Parra, subdirector para la Infancia de la Secretaría de Integración Social sobre cómo se realiza el proceso de selección de estas personas.  

‘’Me he asombrado de muchísimas cosas que uno desconoce de esta población, como, por ejemplo, que hay sordos que sí hablan español y otros que no lo hablan. Para uno que no conoce las vicisitudes de esta población yo quedé como ¡guau! ¿Cómo así? Y claro, si te pones frente a un sordo que maneja la lengua de señas y uno no la sabe es como si estuvieras por allá en Kazajistán, o sea como si estuvieras hablando con un ruso’’, dice el director del circo, al que sus pupilos le insisten en que prefieren que les diga sordos y no población con discapacidad auditiva.

Después de dos años de funcionamiento el Circo Barrial Nicoló ya ha impactado a más de 80 jóvenes, que han encontrado en él una manera de alejarse de la vulnerabilidad que les trajo el haber nacido en medio de las carencias y necesidades.

En este proceso novedoso con población sorda y el ‘Aquí se habla claro’, los 7 jóvenes han llevado su mensaje a decenas de sitios para mostrarle a la sociedad que a través del arte y la inclusión ellos también pueden ser parte del desarrollo de la ciudad.

Aquí, una foto de Felipe Apreza en medio de una entrevista. 

Entrevista a sordo
César Bejarano, izquierda, Felipe Apreza, centro, acompañado por una intérprete. Foto: Idipron

Felipe volverá pronto a la universidad

Tanto es así, que Felipe, el personaje inicial de esta historia, pronto terminará su ciclo en el circo y volverá a la Universidad Pedagógica -que tiene un programa de inclusión-, a seguir estudiando:  ‘’Mi objetivo es ser profesor, saber ser, saber hacer, saber actuar y siento que amo mi carrera; el formar, el educar para mí es una vocación que creo que tengo’’, asegura este artista que siempre quiere verle la cara más amable y sonriente a la vida, no solo porque se camufle detrás del pin pon rojo que distingue a los payasos.

‘’Soy feliz, me hace feliz. Considero que Idipron ha hecho que se visibilice la comunidad sorda y que se construyan algunos procesos que por ser sordos en otras entidades no pasan.  Por ejemplo, en el colegio, en el contexto diario; en cambio ahora practicamos baile, teatro, tantas actividades que nos abren otras puertas. Claro que, sí  soy feliz’’, gesticula, recalcando en la palabra feliz, que muestra con sus manos grandes, con puños cerrados y los pulgares apuntando hacia arriba y los meñiques hacia el centro.

Mira la foto de Felipe Apreza, uno de los integrantes del Circo Barrial Nicoló.

Felipe Circo
Andrés Felipe dice que es feliz y espera seguir estudiando en la universidad para ser profesor. Foto: Idipron