Luisa Torres, flautista de Idipron a quien el padre Nicoló inspiró para el arte

17·JUL·2022
Luisa Fernanda Torres conoció al padre Javier de Nicoló en una sede de Idipron y desde entonces su vida cambió gracias a su afición por el arte.
El Padre Javier de Nicoló inspiró a niña a convertirse en flautista Foto: Archivo personal
Luisa empezó a tocar flauta después de conocer al padre Javier de Nicoló en Idipron.

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Luisa Fernanda Torres tiene resplandeciente en su memoria el primer día que vio al padre Javier de Nicoló, el legendario fundador y por entonces director del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron.

“Fue en la tarde, un día en el que hacía mucho sol. Me llamó mucho la atención su aspecto físico porque era muy elegante, y claro, el padre tenía todo su cabellito blanco como un copo de nieve”, dice con una voz afectuosa.

Ese día, de 2008, la vida de Luisa empezó a dar un giro del que todavía está recibiendo los frutos, gracias al Conservatorio 'Javier de Nicoló' cuyo objetivo es la formación artística musical como estrategia para fortalecer los factores resilientes individuales y sociales de adolescentes y jóvenes que se encuentran en riesgo de habitar la calle por alta fragilidad social.

A continuación, una imagen del padre Javier de Nicoló quien falleció en 2016.

Padre Javier de Nicoló
El padre Javier de Nicoló nació en Italia y murió en Bogotá a los 87 años. Imagen: Idipron

Luisa siempre admiró al padre Javier de Nicoló.

Ella tenía 8 años y acababa de llegar a la Casa Belén, una Unidad de Protección Integral, UPI, en el centro oriente de la ciudad - carrera 1ª con calle 6 - y a la que había sido llevada por su mamá, acosada por una pobreza franciscana que le impedía brindarles todo lo necesario a sus tres hijos.

“Lo vi, y me dijeron que él era el padre Javier de Nicoló y después muchas veces fue a donde yo estaba, siempre hacía presencia. Muy pendiente de sus muchachos, de sus niños, de sus jóvenes, entonces fue un acercamiento de él a nosotros”, recuerda complacida y agradece todo lo que él hizo para cambiarles la vida a cientos, miles de jóvenes como ella, nacidos en medio de las carencias.

En El Mirador del Norte, un barrio colgado de las montañas que rodean a Usaquén, arriba de la carrera séptima, Luisa había sido ‘reclutada’ por una campaña que escuchó en su lugar de residencia y que invitaba a aprovechar las nuevas oportunidades que estaba brindando el instituto para los más vulnerables. “Prácticamente mi niñez la viví ahí y fue perfecta y puedo decir que pude aprovechar muchas cosas en Idipron, gracias al padre Javier, claro está”.

El padre Javier de Nicoló les inculcaba el amor al arte para cambiarles la vida

“El padre Javier siempre nos inculcó que el arte era la salida y la transformación de nuestras vidas: la salida de cosas que nos atormentaban, por decirlo así, y el camino para emprender otras cosas, para poderlas atraer a nuestras vidas”, cuenta.

En la siguiente foto podemos ver a Luisa Torres tocando la flauta traversa.

Flautistas
Luisa Torres (centro) en una de sus presentaciones en el municipio de Subachoque, Cundinamarca. Foto: Archivo personal

Por esa razón, cuando fue trasladada a otra unidad - en La Vega, Cundinamarca-, se aficionó a la música, a través de una flauta dulce que la acompañó en todos esos momentos difíciles que, como fantasmas, a veces se le aparecían para recordarle que su familia estaba lejos. “El padre (Nicoló) contrató personas muy buenas que nos inculcaron la música y desde ese momento, desde muy chiquitica, fui amante del arte”.

Esa relación con el arte, combinada con la conexión con la naturaleza, se fue arraigando en ella y pasó de la flauta dulce a la traversa que, básicamente, se diferencian por la posición en que se tocan, el tamaño y el material en que están hechas. “Cuando pequeña me enseñaron a tocar flauta dulce, y llegaron esos profesores a la Vega, con otros instrumentos, y como ya tocaba flauta sentí esa conexión con la flauta traversa”.

La vida de Luisa cambió cuando se aficionó a tocar la flauta

“Fue algo impensado, como que uno siente esa conexión”, dice la joven bogotana que también, por esa época se acercó al canto -otra de sus pasiones- y en la que gusta de interpretar baladas, pop y música colombiana, entre otros géneros.

A continuación, una foto de Luisa Torres, estudiante del Conservatorio 'Javier de Nicolo'.

Luisa Torres flautista
Luisa, aparte de tocar, la flauta está estudiando música en la Universidad Pedagógica. Foto: Archivo particular

Esa cercanía con el arte, muy a su pesar, la rompió durante unos años porque la trasladaron a un centro de Idipron en el que no se logró acomodar y se retiró para empezar a estudiar operaciones comerciales, algo con lo que no se identificó por lo que retornó al instituto.

“Me volví a presentar porque sin la música yo no era nada ni nadie. Entonces no me quedó muy difícil llegar al conservatorio. Todo es preparación, todo es disciplina”, recalca y agrega: “Lo que más me gusta es sentir que puedo transmitir algo, que estoy comunicándome por medio de la flauta; poder compartir esos momentos es lo que más me gusta a mí, hacer música de verdad”.

"Hace sonar la flauta de una manera especial"

Catalina Torres, profesora del Conservatorio Javier de Nicoló – que hoy tiene más de 100 estudiantes-, la describe como una joven ejemplar, que se pone en los zapatos de los demás y que cuando toca la flauta la hace sonar de una manera muy especial. “A ese instrumento no es fácil sacarle el sonido. Ella a partir del estudio a diario, ha logrado un color en su sonido, bonito, característico de Luisa”.

En el siguiente video de Luisa Torres en una de sus presentaciones.

Como una gran soñadora y motivada por Claudia Mondragón, la directora del conservatorio, Luisa se propuso ingresar a la universidad y ya terminó su primer semestre, una experiencia muy significativa, no solo por lo académico, también porque le está ampliando su visión de la vida y ahora percibe “cositas que antes no veía”.

Convencida de que todos es posible y de que la única limitación es la mente, Luisa también está aprendiendo a tocar piano en la Universidad Pedagógica.

A continuación, una foto de Luisa Torres, a quien le gusta tocar la flauta y el piano.

Flautista
Luisa Torres toca la flauta y está aprendiendo a tocar el piano. Foto: Archivo personal

Ingresó a la universidad y quiere transformar vidas a través de la música

“Quiero graduarme como músico pedagoga, para poder, por medio de la música y la pedagogía, transformar espacios y vidas”, dice la flautista de 22 años que también aspira a tener una fundación para niños de escasos recursos porque siempre piensa en los demás, tal vez inspirada en aquella persona que una tarde del 2008, empezó a sembrar en ella el amor por el arte que cambia vidas: el padre Javier de Nicoló, que para ella fue como su papá.

“Es lo que el padre decía: que uno tenía que ayudar y así se completaba como ser humano”. Luisa Fernanda Torres -Flautista