20 de julio, un barrio tradicional de Bogotá bautizado por un inmigrante ruso

¿Por qué el 20 de julio fue bautizado con ese nombre patriótico?Foto: Alcaldía de Bogotá
La iglesia es uno de los sitios más concurridos del tradicional barrio 20 de julio, en el sur de Bogotá.
Publicado:
20
Jul
2022
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Entre cuatro y seis pesos mensuales debieron pagar, durante tres años, los primeros propietarios de lotes en el barrio 20 de julio, ubicado en el sur de Bogotá -en la localidad de San Cristóbal- y hoy convertido en uno de los más tradicionales y conocidos de la ciudad.

Próximamente se pondrán a la venta lotes de este nuevo Barrio (sic), situado en San Cristóbal a cuatro cuadras del Tranvía, en el cruzamiento del Camellón de Fucha. Estos lotes se venderán a plazos, pagaderos en treinta y seis mensualidades, desde cuatro hasta seis pesos cada mes. Para informes más detallados dirigirse a la oficina: Edificio Liévano, número 118”.

Quedó consignado un texto de aviso de prensa publicado en el periódico El Tiempo, el 7 de mayo de 1920, por Rubén Possin, un inmigrante ruso de origen judío que había llegado a Colombia, huyendo “de las precarias condiciones de vida que les fueron impuestas a los judíos que habitaron los territorios de la Rusia de los zares durante el siglo XIX”, según lo reseña Martínez Ruiz, A. (2010) en el artículo ‘Haciendo comunidad, haciendo ciudad: los judíos y la conformación del espacio urbano de Bogotá’. 

A continuación, una foto de Rubén Possin al lado de una de sus hijas, en 1930.

Rubén Possin
Rubén Possin al lado de su hija Maruja Possin. Foto: Tomada de ‘Haciendo comunidad, haciendo ciudad: los judíos y la conformación del espacio urbano de Bogotá’ de Martínez Ruiz, A. (2010).

¿Por qué el barrio 20 de Julio fue bautizado con una fecha histórica para Colombia?

“Como estábamos en épocas del centenario de la independencia, porque hacía poco en 1919– había pasado la celebración del centenario de la Batalla de Boyacá, el fervor de todo ese espíritu independentista de 100 años estaba vivo. Entonces, él (Rubén Possin) decide usar la otra fecha, contraria al 7 de agosto que es la del 20 de julio, para ponerle su nombre al barrio”, argumenta el historiador Barón, quien agrega que: “Ese es el espíritu que hay detrás del nombre del barrio”.

A esa ‘fiebre’ por darle un toque histórico a los nombres de los barrios, se sumó el bautizar las calles con los nombres de los próceres de la independencia: Acevedo y Gómez, Camilo Torres y Francisco Morales, fueron algunos de los usados en el 20 de julio, que, con el paso de los años y con la intromisión de la nueva nomenclatura, fueron desapareciendo del vocabulario popular.

Por supuesto a la hora de hablar del barrio 20 de julio, no se puede dejar de lado la tradición religiosa que lo ha acompañado en sus casi 100 años de vida y que va ligada con la advocación y la adoración al Divino Niño Jesús.

A continuación, la fotografía del Divino Niño Jesús del 20 de julio.

Divino Niño 20 de julio
La adoración del Divino Niño Jesús ha sido una de las costumbres más tradicionales del barrio 20 de julio. Foto: Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

El Divino Niño del 20 de julio

“Al costado norte de los predios dónde se localizó el barrio, se encontraba el Campo de San José de la comunidad católica Salesiana donde se estableció desde 1935 una enramada en la que el sacerdote Juan del Rizzo promovió la devoción a la niñez de Jesús a través de una pequeña imagen que fue conocida como el Divino Niño, versión criolla de la devoción al Santo Niño de Praga iniciada por la comunidad carmelita en 1628 en Europa”, relata Martínez Ruiz, A. (2010). ‘Haciendo comunidad, haciendo ciudad: los judíos y la conformación del espacio urbano de Bogotá’.

El historiador Alfredo Barón evoca un hecho curioso que se dio alrededor de la imagen que luego se haría famosa como el Divino Niño Jesús, ya no de Praga, sino del 20 de julio, y es sobre cómo fue su elaboración. “Cuando el padre del Rizzo manda elaborar la figura, la hace un artesano de esas tiendas tradicionales de figuras religiosas del centro de Bogotá, El Vaticano, y la hace con una cruz. El padre le manda quitar la cruz porque no tenía nada que ver y entonces, por esa razón, es que el niño tiene los brazos levantados”.

A medida que crecía la fama por el Divino Niño, surgió la necesidad de hacer un templo, que se terminó de construir hacia 1941, a la par del tranvía que tenía su punto de retorno en ese sector, donde seis años atrás –1935 se había iniciado la adoración en la modesta enramada. Sin duda un ícono del tradicional barrio bogotano, que siempre ha despertado el fervor de los feligreses que cada fin de semana, acuden a hacer sus oraciones.

Encuentra acá el video Voces del Patrimonio del IDPC en la localidad de San Cristóbal.

“En ese entonces la eucaristía se hacía no con la afluencia de público que hay en este momento. Todavía no era tan famoso el niño Jesús”, cuenta la señora Cecilia Rodríguez Rodríguez, Consejera de Patrimonio Cultural de la localidad de San Cristóbal, quien recuerda haber ido por primera vez a la iglesia en 1968. “Con el paso del tiempo le han hecho promesas al Divino Niño Jesús, lo mismo que hacen en Monserrate y Guadalupe; que los 9 domingos, que no puede fallar ninguno, y sí hay muchos testimonios de gente a la que se le han cumplido sus milagros”, asegura.

A continuación, una fotografía de la plaza de mercado del barrio 20 de julio,  en el sur de Bogotá:

¿Por qué el 20 de julio fue bautizado con ese nombre patriótico?

Pero no solo para pedir va la gente a este templo de la fe católica. Son muchos los personajes de la vida nacional que han ido a agradecer por los favores recibidos, como lo hicieron los expresidentes Ernesto Samper y Andrés Pastrana: el primero, por haberlo salvado de un atentado que por poco le quita la vida y el segundo, porque fue el ‘niñito’ el que le hizo el milagro e inspiró su libertad cuando estuvo secuestrado en 1988.

Muchas son las anécdotas alrededor de este barrio bogotano, próximo a cumplir su primer centenario, que siempre estará ligado a la rica historia de Colombia porque el 20 de julio, es una fecha y un nombre que están impresos en la memoria como un patrimonio de la ciudad, curiosamente, gracias al olfato comercial de un inmigrante ruso.

Por su parte, Rubén Hernández, docente e investigador de la campaña de la Alcaldía Local 'San Cristóbal tiene memoria', finaliza resaltando que, "El nombre del barrio fue propuesto como un tributo a la fiesta de Independencia, pero le pone a las calles y carreras nombres de reconocidos héroes de la patria".