Soy hija de una maestra y quiero ser alcaldesa de Bogotá: Sofía Méndez

Soy hija de una maestra y quiero ser alcaldesa de Bogotá: Sofía MéndezFoto: Archivo personal.
Sofía durante una presentación en el colegio José Celestino Mutis, donde cursa sexto grado.
Publicado:
26
Feb
2023
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Por: John H. Barrera. 

El 8 de diciembre de 2011 nació en el hospital San Rafael al sur oriente de Bogotá, Laura Sofía Méndez, una niña de 2, 5 kilos, 23 cm. y tez blanca. Sofía lleva el nombre de la diosa griega de la sabiduría, una decisión influenciada por la literatura helénica que por ese entonces leía su madre.

Martha Yaneth Méndez es la mamita de Sofía, licenciada en Básica Primaria con énfasis en español y literatura, y “amante de los libros”, agrega en voz alta, mientras comenta que esa es su mejor carta de presentación. Sin sonrojarse como suele suceder en algunas mujeres, Martha suelta la edad sin pena y con una buena dosis de gloria: “tengo 42 años, muy bien vividos”.

Dice Martha que su vida cambió –para bien-, desde ese 8 de diciembre cuando dio a luz a Sofía. “En ese momento tenía 30 años y estaba en la flor de la vida”, recuerda.

Ella, hace parte de los 12 millones de mujeres cabeza de familia que existen en Colombia y del 40 % de hogares en el país que son liderados por una mujer. “Soy madre cabeza de hogar, siempre he sido mamá y papá para Sofía. ¡Eso me enorgullece!”, exclama con firme vehemencia.

Si algo caracteriza a Martica –como le dicen-, es el ímpetu y la fuerza del corazón para afrontar la vida. Cuando apenas era una niña, salió en busca de mejores oportunidades de su natal San Juan de Rioseco, un pueblo anclado en la cordillera central a 117 km. de Bogotá. Dice ella, en un tono aciago, que fueron momentos complejos hasta que aprendió que “el dolor y la alegría son la esencia permanente de la vida”, como dice la histórica canción El Camino de la Vida del maestro Héctor Ochoa, entre otras cosas, declarada como la canción más bella de Colombia.

Se describe como una mujer de 1.70 de estatura, cabello y ojos negros, delgada y “muy bonita”, esto último lo resalta en un tono que refleja su mejor cualidad, la simpatía. Aunque salta a la vista su inteligencia, carisma, elocuencia y don de la palabra. Es de esas mujeres ‘echadas pa´lante’ con quien se disfruta de un libro y un buen café.

Sin duda Sofía le heredó a su madre ese ramillete de cualidades. Ciertamente, la inteligencia y su amor por el dibujo y la literatura son los que lleva tatuados en el alma. A los 7 años, esta pequeñita ya leía algunos versos de poetas latinoamericanos y levantaba la pluma como el dios Apolo.

Su amor por las letras brotó años más tarde cuando se lanzó al abismo de la escritura. Su madre, familiares, amigos y docentes del colegio José Celestino Mutis quedaron sorprendidos con su capacidad narrativa.

“Ella obtiene muy buenas notas y la han elogiado por ser una de las mejores estudiantes, siempre gana mención de honor y medallas por excelencia académica”, expresa su madre con cierto de matiz de orgullo.

Sofía llegó a esta institución educativa ubicada en los límites de Ciudad Bolívar cuando apenas tenía 4 años, su amor por la naturaleza y por los animales es herencia de sus ancestros campesinos. “Me gusta el campo porque produce el alimento y me encanta la naturaleza y la vegetación porque nos llena de paz y tranquilidad”, comenta emocionada la pequeña.

El colegio José Celestino Mutis es uno de los 28 colegios públicos con vocación agrícola y rural de Bogotá, pues la capital del país es la primera ciudad de Colombia en implementar una Política Educativa Rural que –actualmente-, beneficia a más de 14 mil estudiantes de 8 localidades. Esta política tiene como objetivo garantizar a los estudiantes trayectorias educativas completas y fortalecer la formación para la convivencia y la paz. 

Cuenta Sofía con ese brillo que la caracteriza que, “no existe ni la más mínima posibilidad de un cambio”, el colegio José Celestino Mutis, lo siente tan propio como su cotidianidad, esa misma que la impulsa a levantarse de lunes a viernes a las 4:10 de la mañana, hora en que comienza la fiesta de su vida.

Después de un buen desayuno y de repasar algunos temas de última hora, sale con su madre de una pequeña vivienda ubicada en el barrio La Estancia a las 5:00 de la mañana, hora en la que apenas se puede divisar el alba.

Sofía, minutos después, se sube a la ruta escolar que tardará más de una hora en llegar al colegio. A sus 11 años, esta pequeña aprendió con extrema disciplina a ponerle reloj a sus jornadas; “tiempo para el fútbol, para la lectura, el dibujo y por supuesto para la escritura”, agrega entre risas.

Hace unos días, se enteró por un grupo de docentes que la alcaldesa Claudia López visitaría la institución educativa con el fin de entregar computadores portátiles y kits escolares a la comunidad estudiantil más vulnerable.

Tras la devastadora pandemia del COVID-19, la mandataria implementó la ‘Ruta 100K’, un programa con el que Bogotá avanza en el cierre de la brecha digital a través de dispositivos electrónicos, conectividad y formación para el desarrollo de habilidades digitales.

“La noticia de la visita me puso en shock”, exclamó Sofía.

Desde ese mismo instante, con esa nitidez narrativa que lleva en su ADN, empezó a escribir una carta para la primera mujer en llegar al Palacio de Liévano por elección popular.

“Querida Alcaldesa de Bogotá, Claudia López:

Te admiro por la mujer valiente y empoderada que eres, mi sueño es ser abogada y prepararme para ser alcaldesa como tú”.

Líneas más abajo escribió: “Espero poder conocerte y conversar acerca de cómo es gobernar una ciudad tan grande y llena de dificultades como Bogotá”.

El martes 15 de febrero, llegó la alcaldesa a la institución educativa. Allí, en primera fila, visiblemente emocionada, estaba la pequeña Sofía. Y fue en un abrir y cerrar de ojos cuando la mandataria pasó por su lugar, la saludó y selló con un abrazo esa nueva amistad.

“Cuando le entregué la carta sentí muchos nervios, estaba temblando y sudé de la emoción. Pero cuando la recibió me dio paz y mucha felicidad. Casi me da un paro cardiaco”, narra la pequeña Sofía. 

Minutos más tarde, cuando empezó el acto protocolario, la Alcaldesa llevó su mano derecha al bolsillo y ahí estaba la carta de Sofía, la leyó línea por línea, mientras una lluvia de emociones se apoderaba de ella. Entonces subió al escenario principal y dijo: “este es uno de esos días felices porque invertir en la mejor educación de nuestros niños, niñas y jóvenes como Sofía es lo que más felices nos hace”.

Luego contó en su discurso que es hija de una maestra, quien le enseñó el amor por la lectura, la escritura y el conocimiento”, palabras que sintió Sofía como si fuera un retrato de su propia vida, pues de inmediato recordó que su carta empezaba con esa frase: “Soy una niña de 11 años, de grado sexto y soy hija de maestra como tú”.

La Alcaldesa siguió con sus emotivas palabras: “Yo soy la primera mujer alcaldesa de la ciudad y estoy segura que habrá muchas más mujeres que lleguen a la Alcaldía de Bogotá”, esa fue la frase que más emocionó a Sofía pues también estaba escrita en su misiva: “Sueño con ser abogada y prepararme para ser Alcaldesa como tú”.

Minutos después, la Alcaldesa Mayor se despidió de la comunidad educativa del José Celestino Mutis, allí dejó una semilla de ilusión en muchos de los estudiantes, -especialmente- en Sofía quien seguirá estudiando para cultivar el sueño de ser Alcaldesa de Bogotá.

Esta es la carta que Laura Sofía le entregó a la Alcaldesa:

carta