Hoy conmemoramos el Día de las poetisas y los poetas colombianos quienes nos prestan sus palabras para soñar, pasar un mal momento, celebrar, entre otras sensaciones.
Hoy, te presentamos las siguientes obras de tres poetisas bogotanas, quienes se han destacado en este género literario como creadoras de historias.
Siempre
Maruja Vieira (1922)
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Siempre regresas.
Para ti no hay tiempo
ni tiene oscuros límites la tierra.
Siempre vuelves.
Y siempre estoy aquí, esperando tus manos,
llenándome de sueños como de lluvia un árbol.
No hay nada diferente. Todo es igual y puro
cuando vuelves.
No han pasado los días ni he sufrido. Estoy sola,
con el corazón limpio como una fuente nueva.
Tengo otra vez palabras y caminos
y contigo regresan la brisa y las estrellas.
Regresan las campanas y los pájaros,
me devuelves la música, el murmullo
de los ríos lejanos,
la claridad del monte,
la perfecta verdad de que te amo.
Otra realidad
Olga Elena Mattei (1933)
Soy un yo compuesto de
tus enigmas y mi ego.
Vivo el tiempo
como una vida paralela
en donde eres protagonista
central de la otra
realidad que me duplica.
Y mientras vivo en dualidad
con un ser fantasmal,
ya no percibo cuál
es la verdad:
si mi realidad es esta trama cotidiana
en la que se ubica mi humanidad corpórea,
o es este transcurrir mental de tu presencia,
donde transita mi alma.
Las cicatrices
Piedad Bonnett (1951)
No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas.