Hace 25 años, Carlos Velásquez, entró en el mundo del arte por medio de los títeres con su paso por la Asociación Cultural, Hilos Mágicos, un espacio que le permitió formarse durante más de cuatro años y en la que empezó sus primeros pasos en el campo artístico.
Desde aquí, nuevos horizontes se abrieron para Carlos, que tiempo después le permitieron graduarse como artista escénico en una universidad del país, formándose cada día en diferentes grupos e intercambiando experiencias en el área.
Los títeres se convirtieron en parte fundamental de la vida de Carlos, con ellos tenia un medio para expresarse, crear, imaginar y compartir sus propuestas escénicas, retándose cada día con en una nueva aventura artística.
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En el año 2005 junto con otros titiriteros crearon un espacio llamado La Juti “La Juventud Titiritera”, un colectivo que tenía la propuesta de intercambiar habilidades en el arte de los títeres y que llevó a Carlos al comienzo de su proyecto personal “Carlangas Títeres”.
“Carlangas Títeres nace conmigo porque así me conocen en el medio varias personas, como Carlangas, hace mucho tiempo lo creé y me ha servido para apoyar, y para intercambiar y seguir aprendiendo con otras agrupaciones”, comenta, Carlos Velásquez.
La inspiración es la herramienta fundamental que Carlos utiliza en cada uno de sus personajes, los cuales son creados con sus propias manos y le permiten en cada detalle dejar una huella personal de sus gustos, aprendizajes y experiencias.
El Instituto Distrital de las Artes llegó a la vida de Carlos y le abrió las puertas de sus escenarios, sus títeres empezaron a verse en las tarimas del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, un espacio que le permitió llevar sus personajes a otro nivel.
Para Carlos su profesión, es un campo de juego, que cada día le exige la mayor seriedad a la hora de presentarse frente a su público, pero esto es lo que más le apasiona, poder tener capacidad de juego en sus presentaciones y divertirse al máximo con sus espectadores, hasta llegar al punto en que todos se conectan con el personaje y se olvidan de él, que está detrás de la vida de cada títere.
"Siempre he pensado de los títeres, que es un lenguaje universal, todos le hablablan al personaje como si fuera otra persona más, estaban encantados, sus rostros eran de felicidad, no hay edades, el títere como que tiene una cosa maravillosa que conecta con la gente", asegura, Carlos Velásquez.
Su paso por los escenarios es grande y se suman a su larga experiencia en este arte. La magia que le coloca a cada uno de sus personajes hace que siempre sean recordados después de sus presentaciones, que ha compartido con grupos musicales, artistas, actores, entre otros.
Para Carlos, sus títeres tienen una esencia increíble, lo que le hace casi imposible decidir cuál es su favorito porque cada uno de ellos lo enamora y al ver sus creaciones se siente identificado y se considera fan número uno, junto a su familia, de cada uno de estos personajes.
“Es difícil saber cual es mi favorito, diría que todos, pero de mi creación seria Jensen de Hamlet Monstruo, porque me ha permitido crear un personaje maravilloso y compartir con jóvenes que hacen parte del equipo que están haciendo sus búsquedas en el teatro y con los títeres es muy chévere porque ellos están interactuando todo el tiempo”, menciona, Carlos Velásquez.
Actualmente, Carlos sigue participando con sus personajes en diversos escenarios artísticos, abriéndose nuevos caminos en el gran mundo de los títeres y la animación de objetos, ha encontrado que los niños son su fan número uno pero que los adultos también se conectan y juegan con él.
Comparte con su esposa y familia el gusto por el arte y juntos brindan espacios de aprendizaje a los ciudadanos, compartiendo parte de trabajo, experiencias y conocimientos, labor que fortalece el amor que cada día crece por sus títeres y su profesión.
“Mis títeres tienen una esencia propia, ellos saben que son personajes y que son títeres entonces el juego es aún más enriquecedor porque no están representando una persona real y eso les permite conectarse con todo mundo”, asegura Carlos Velásquez.
Carlos agradece al Idartes por las oportunidades que obtuvo gracias a cada uno de los espacios que le abrió las puertas y le permitió que su carrera profesional siguiera creciendo y que su amor por los títeres se fortalezca con cada proyecto que empieza a realizar.