“Linda rondaba por los 9 años cuando decidió llevar a cabo una mentira sin saber que le dejaría una marca por siempre...Vivía en un municipio del Huila con su madre, quien se dedicaba a laborar en un restaurante como cocinera durante todo el día. Después de mucho esfuerzo y por primera vez compraron un tv de cuatro patas a blanco y negro, su control remoto era un alicate mohoso con el cual sujetaban la perilla para cambiar el canal.”, así empieza el cuento ‘Una mentira hecha cicatriz’, con el que dando vuelo a su imaginación y sensibilidad con la pluma, Janessa Yaneth Muñoz Ortega ganó el Concurso de Cuento Corto organizado por la Biblioteca de la Cárcel Distrital de Bogotá en el que participaron 50 personas, 46 privados de la libertad y cuatro del personal de custodia.
“Alejado de sentimentalismo este texto tiene una voz narrativa en el que la autora siembra la semilla de una infancia, de donde obtiene la materia prima…es una estocada a la vanidad”, escribió en su veredicto Andrés Montoya, el reconocido libretista de Rosario Tijeras y ganador del Premio Nacional de Periodismo, quien fue uno de los jurados del concurso que en la cuarta versión estuvo inspirado en la poesía ‘Cicatrices’ de la escritora Piedad Bonnett.
En “Una mentira hecha cicatriz”, JYMO, la ganadora, que ya había participado en la anterior versión del concurso, relata la historia de una niña que inventa una mentira para poder quedarse en casa viendo televisión y no ir al colegio por lo que, tras una y otra mentira, termina en el quirófano de un hospital por culpa de un dolor ficticio con el que engañó no solo a su madre, sino a los médicos que decidieron operarla.
“Al día siguiente se despierta en un cuarto de niñas rodeada de sus vecinas porque su madre debía ir a trabajar, frutas, jugos y gelatina en vasitos de colores que en ese entonces solo comían las niñas de estrato alto y una hermosa pijama color rosa fueron su compensación a dicha mentira que la llevó a una cirugía innecesaria 10 cm vertical del ombligo hacia abajo. Una cicatriz que no solo le marcó el cuerpo sino también su autoestima por la vergüenza que sentía al no poder lucir cierta ropa como las demás adolescentes. La cicatriz de la mentira fue para toda la vida.”
El segundo lugar lo ocupó el participante, también privado de la libertad, que se identificó con el seudónimo de Feo y quien escribió el cuento ‘Cura o locura’.
Los dos, JYMO y Feo, por ocupar los primeros puestos del concurso, que se realiza desde 2017, recibieron unos bonos que les fueron entregados a sus familiares. A todos los participantes se les reconoció su esfuerzo y colaboración con un almuerzo, una felicitación con copia a su hoja de vida y libros.
“Este año fue un año de muchos aprendizajes para todos nosotros: tanto para las personas privadas de la libertad como para los funcionarios que habitan este espacio. Por eso decidimos usar el tema de las cicatrices. Así, 50 reclusos se atrevieron a contarnos a través de un pequeño relato cómo han sido sus relaciones y cuáles son los aprendizajes de sus cicatrices", contó Ángela Mesa Salavarrieta, coordinadora de la biblioteca de la Cárcel Distrital y gestora del evento que con el apoyo de Biblored, a través de la escritura, busca generar nuevos espacios de recreación y cultura para los internos que encuentran así oportunidades de crecer como personas y mostrar sus talentos escondidos