Por: Santiago Clavijo Merino y Sergio Grandas Medina
En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ destacamos a los deportistas del Equipo Bogotá que con bandera de la ciudad, se destacan a nivel deportivo y muestran su tenacidad en los I Juegos Nacionales Juveniles del Eje Cafetero 2024 que se realizan hasta el 28 de noviembre de 2024.
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Después de sus cuatro medallas de oro en Río 2016, Simone Biles llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 cargando en sus hombros el peso de la presión de erigirse como la mejor gimnasta artística de todos los tiempos. Se pensaba que su actuación iba a ser memorable, pero con las mismas agallas con las que sale a competir en cada compromiso, renunció en medio de las finales desnudando una verdad que muy pocos atletas se animan a decir.
"Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental, hoy en día este factor es más importante en los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Ya no confío tanto en mí misma. Tal vez sea por la edad. Hubo un par de días en los que todos te hablaban y sentías el peso del mundo”, comunicó Biles en ese momento, anunciando su retirada de las olimpiadas.
La presión a la que se refería Biles era a la que estuvo sometida tras no lograr la medalla de oro en la prueba de salto. La cabeza la traicionó y los nervios de cumplir con la expectativa del mundo exterior, le ganaron en esta ocasión. Aunque ella se veía fuerte en competencia, por dentro estaba débil, necesitaba descansar y respirar, para luego no cumplir con las metas de la opinión pública sobre ella, sino con los sueños por los que trabaja desde muy pequeña.
El caso de Simone Biles ha desenmascarado una verdad que se ha escondido detrás de la gimnasia artística desde su génesis. Es un deporte apasionante, pero que a la vez conlleva mucho sacrificio, presión para triunfar y entrar en el olimpo. Y la historia de Dayana Benítez no es ajena a ello.
Dayana es una pequeña gimnasta artística bogotana de 13 años que brilló con luz propia en los I Juegos Nacionales Juveniles 2024 en todas las pruebas en las que compitió. De Armenia se fue cuatro tres medallas de oro colgando en el pecho: una en barras asimétricas, una en individual general, una en suelo y otra en modalidad de equipos. Además de un bronce en la prueba de salto. De esta manera se perfila como la gran promesa de la gimnasia artística de Colombia y desde ya es el prospecto a pulir para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
"Es un orgullo poder representar a mi ciudad y saber que detrás de cada esfuerzo puede haber un resultado muy bueno. En el proceso nos enfocamos mucho en todos los aparatos para poder ganarnos la medalla de oro en todo", dijo Benítez.
La historia detrás del éxito de Dayana Benítez esconde mucho esfuerzo, en especial de su madre, Kelly Benítez, quien es cabeza de hogar y que a punta de sudor y lágrimas ha sacado adelante a Dayana y a Ginneth, la mayor de las dos pequeñas de la casa y quien es atleta de alto rendimiento y llegó a representar en varias ocasiones al Equipo Bogotá en gimnasia artística también.
"Es un orgullo para mí que mi hermana haga gimnasia, siendo gimnasta también. No tengo palabras para explicar la emoción que siento ahorita, pues una cosa es estar uno dentro de la competencia, pero la presión que se siente estando afuera viendo la competitividad es mayor porque la angustia por temor a que falle en un elemento o que cualquier cosa ocurra, desde afuera se vive el doble a nivel emocional. Yo me siento muy orgullosa de Dayana, se lo dije todos estos días. Le he dicho que ella está hecha para grandes cosas en este deporte y va a llegar más lejos de lo que yo llegué. Tengo toda la certeza de que así va a ser y sé que en unos Olímpicos la voy a ver más adelante", dijo una Ginneth muy conmovida.
La tradición gimnasta en esta familia es relativamente corta. Kelly nunca la practicó, pero sí fue la encargada de iniciar este legado llevando a Ginneth a presentar pruebas en la liga de gimnasia de Bogotá cuando apenas tenía casi 10 años luego de que una profesora de educación física en el colegio le detectara cierto talento en esta disciplina. Pasaron los años, Ginneth fue creciendo deportivamente y Dayana se fue enamorando también de este deporte siguiendo el ejemplo de su hermana mayor cuando la veía mientras entrenaba y competía.
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"Es una deportista muy segura cuando compite, tiene una técnica muy limpia. Siempre camina imponente, sabe lo que hace, sabe para dónde va y sabe qué quiere lograr. A nivel físico tiene todo para ganar una competencia, es muy buena para la gimnasia y creo que ha dejado a Bogotá demasiado bien parada en estas justas", dijo Ginneth al destacar las mayores virtudes deportivas de Dayana.
Ginneth y Dayana son el sol que alumbra los ojos de Kelly Benítez cada amanecer. Por ellas lo da todo, incluso la vida misma. Por eso es que sus ojos se inundan de lágrimas cada vez que ambas salen a la escena deportiva. Son su mayor orgullo y verlas hasta donde han llegado también es fruto del esfuerzo que ella lleva haciendo por 20 años.
El camino no ha sido fácil. Para una madre cabeza de familia en Colombia no es sencillo sacar adelante a dos hijas con todo lo que ello implica, sobre todo por las barreras económicas. Aun así, esta mamá luchadora lo ha logrado, y en el camino se ha encontrado con varios ángeles que la han sostenido. Uno de ellos ha sido el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), que, viendo el potencial de ambas hermanas en el deporte, las ha apoyado con certeza para que ellas desarrollaran -y sigan desarrollando- su enorme talento, sobre todo el que Dayana tiene por delante en la gimnasia artística.
"El apoyo del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) ha sido fuerte porque la gimnasia demanda muchas cosas para ellas a nivel económico y que en nuestra condición no se permite tener, así que toca hacer un esfuerzo bastante grande para sobrellevar eso. Ahí está el apoyo", mencionó Kelly.
En ese sentido, Ginneth destaca que, en su caso, "al comienzo uno de chiquito está emocionado cuando recién ingresa a un apoyo porque están pagando por algo que a uno le gusta, no hay nada más. No hay cómo sentirse más feliz que yo pueda decir que me están pagando por hacer algo que realmente me apasiona y no por algo que a mí me toca hacer, entonces desde ahí, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) siempre ha estado desde chiquita apoyándome y cuando mi hermana entró al programa, también han estado a su lado".
En Armenia, Dayana tuvo la fortuna de contar a su lado con su hermana y su madre, quien trata de nunca fallar a una competencia, pero por su responsabilidad de sostener un hogar, a veces tiene que soltar a sus hijas y dejarlas volar solas, aunque de corazón siempre va a estar, sabiendo que de igual manera se queda en Bogotá luchando por un porvenir mejor para ellas.
"Las acompaño siempre y cuando pueda porque soy mamá cabeza de hogar, y en ocasiones me queda imposible acompañarlas. Ginneth es mi mano derecha, es la que enfoca a Dayanna. Las acompaño sobre todo en competencias al interior del país. Siempre que pueda estaré a su lado", afirma Kelly.
Ginneth Briceño se retiró de la gimnasia artística hace un año luego de los Juegos Nacionales de mayores. Ahora incursiona en el levantamiento de pesas y continúa ligada al Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), pero sueña con ser entrenadora de gimnasia en el futuro. En tanto, Dayana apenas está dando sus primeros ‘pinitos’ en su carrera deportiva, y a pesar del corto camino, ha recogido frutos en abundancia.
Este 2024 ha sido auspicioso para ella. Además de los cuatro oros y un bronce alcanzados en estos Juveniles, Dayana también fue multimedallista en los Juegos Bolivarianos del presente curso. Su sueño es llegar a unos Juegos Olímpicos y desde ya trabaja para hacerlo realidad en Los Ángeles 2028. Es joven, pero los expertos de la gimnasia artística en Colombia se emocionan cada que la ven, pues ven en ella un prospecto que puede marcar la historia de este deporte en el país.
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"Son unas guerreras, siempre echadas para adelante. Estoy super orgullosa de las hijas que tengo porque esa es la perseverancia, que salgan adelante, que sean mejor cada día y que se esfuercen por lo que quieren ellas para un futuro", cierra Kelly con una sonrisa de mamá orgullosa, que no se arrepiente ni un segundo de todo el esfuerzo que ha hecho porque los resultados hablan por sí solos.
Aquí nace una estrella y en familia no pueden estar más seguros de esto. Estas tres mujeres ya ganaron y ya tienen balcón alquilado para ver los triunfos que las esperan en los años venideros.
